Capítulo 10.
Después de haber hablado con mi mamá me sentí más tranquila, relajada y feliz, en pocas palabras me sentí libre, aunque todavía el sentimiento de culpa está ahí, incrustado en mí pecho, pero éste se ha ido disolviendo cada que me integro más a la familia.
Hoy me tengo que regresar a la universidad y estoy tremendamente triste porque ya me había empezado a acostumbrar a mis tías, primos, hermanos y sobre todo a mis padres pero no puedo hacer nada, aceptar y aprovechar los días en sí fue complicado y ya es hora de volver a desplegar mis alas fuera del nido y por haber fortalecido la relación con ellos no podía dejar a medias lo que ya había dado por iniciado hace unas semanas atrás.
Estoy afuera de la casa de mi abuela despidiéndome de todos con lágrimas amenazando por salir, es horrible como en tan poco tiempo te encariñas con personas que habías visto unas dos tres veces en reuniones familiares pero es así, igual que con mi propia familia. Les dedico una última sonrisa antes de subirme al auto.
—Vámonos ya, antes de que comience a llorar––le digo a Nathan mientras me esfuerzo por no dejar que las lágrimas salgan, el susodicho comprende lo que le acabo de decir y comienza a alejarse de aquella casa que ahora me pertenece, hablando de Nathan las cosas entre nosotros—después de que hablara con mi madre—tomaron un rumbo distinto y digo distinto porque no podíamos estar cerca porque nos besábamos o él me decía cosas que al final siempre me ponían de mejor humor a pesar de la pequeña depresión que llevaba a cuestas pero que gracias a él se hizo más soportable que en cualquier otro momento, es extraño como cada vez que estábamos cerca todo llevaba a un punto fijo... Sus labios sobre los míos moviéndose al compás de nuestro sentir.
¿Pero qué digo? Si ni se lo que él siente por mí, no había caído en cuenta de aquello hasta ese momento que todo su entorno —antes de conocerme—me golpeara como mil puños de acero en mi rostro algo verdaderamente doloroso pero que pese al dolor que mi pecho estaba sintiendo en ese mismo momento no pude controlar el zoológico en mi interior cuando me miro de reojo con una hermosa sonrisa en sus labios.
Sé que después de esta semana en la cual nos la pasamos de maravilla, todo se va a ir por el caño a como se han ido todas las chicas que han pasado por su lado, creo y estoy totalmente segura que yo no seré la excepción con la diferencia de que yo no pase por su habitación y eso es una gran victoria, pero pese al estado en el que me he sumergido con él a mi lado me va a doler más de lo esperado porque creó que me gusta Nathan Cooper y eso...eso es un total desastre, una catástrofe a niveles estratosféricos con magnitudes infinitas.
Sentí una opresión en mi pecho al imaginarme sufriendo por él porque a pesar de todo sé que nada va a ser fácil si estoy al lado suyo sabiendo lo que conlleva su "pasado con las mujeres" hay muchas que matarían por estar con él y yo de seguro seré un impedimento tanto para ellas como para él, sacudo mi cabeza al darme cuenta por donde van mis pensamientos.
Volteo hacia la parte de atrás y veo a mi primo metido en su celular con mirada triste y se lo que está viendo, después de la disculpa en la piscina, nos hicimos muy amigos tanto que me contó porque decidió irse a estudiar a Misisipi y no ha donde tenía planeado ir y yo me encontré relatándole lo que estaba sintiendo en ese momento por Nathan que ya en este instante es más fuerte, pero volviendo a mi primo fue duro saber cómo termino todo con él y su ex, también el comprender porque estaba así el primer día en el campus.
Ya no soportaba más el hecho de verse engañado por las dos personas que creía conocer, que decidió ahogarse en alcohol para así "borrar las penas de amor" lo que lo llevó a actuar sin medir las consecuencias e intentar eso...conmigo.
¡Su prima!
Claro que en ese momento ninguno de los dos sabíamos nada, agradezco haberlo conocido mejor y saber que va a estudiar en el mismo lugar y lo mismo que yo me puse súper contenta ya que en tan poco tiempo formamos lazos muy estrechos entre ambos, llegando al punto de sentirlo uno más de mis hermanos.
Por eso pese a la situación en la fiesta se vio amenazando a Nathan advirtiéndole que si me hacía daño lo lamentaría así como lamentaría no poder tener descendencia, lo que hizo que Nathan le prometiese que si algunas vez me hacía daño el mismo iría a donde estuviera él y haría que lo golpease sabiendo los dos que no teníamos nada o eso pienso yo, no sé hasta dónde pensara la cabeza de Nathan.
Después de muchas horas de viaje en donde todas mis fuerzas quedaron adheridas al asiento llegamos, pero yo no podía mover ni una sola parte de mi cuerpo y eso me molestaba porque quería decir que me tendrían que ayudar a subir y eso es aún más terrible porque sé que Esteben no va a dejar que Nathan me cargue si él está aquí para hacerlo, por eso después de varios minutos de escucharlos pelear de quien llevaría mi equipaje y de quien me llevaría cargando les grite.
— ¡YA!––exclame en un grito––Esteben que me cargue y Nathan que suba mi equipaje––Nathan hizo un puchero y mi primo dibujo una sonrisa de triunfo en sus labios, tenían más de diez minutos en eso y ya me habían colmado la paciencia.
Esteben me cargo como si fuera un bebé que no puede caminar bueno en realidad no puedo caminar pero tampoco para que crea que soy un bebé ¡Por Dios! Solo se me durmió todo el cuerpo y no podía moverme, nada más, éste me dejo en mi habitación y luego salió para después dejar pasar a Nathan sin antes lanzarle una mirada de advertencia que en lo que a mi concierne se vio muy tierno.