Intentando olvidarte.

Bonita.

Capítulo 12.

Esmeralda Greham

Mi cabeza duele como nunca antes y tengo un dolor muy agudo en la espalda, me muevo un poco y me quejo al ver que aumenta el dolor en la espalda, abro los ojos poco a poco pero los cierro al hacer contacto con la luz, retomó la acción efectuada y logré abrirlos sin problema después de acostumbrarme a la luz, lo primero que vi fue a Nathan con semblante preocupado se acercó un poquito más a mi estudiando cada movimiento.

— ¿Que pasa Esme?–– me preguntó y yo fruncí el ceño.

— ¿Nathan?–– dije terminando de abrir los ojos por completo.

—Aquí estoy bonita y no me iré nunca–– se acercó y me dio un beso en la frente, cerré los ojos al sentir el contacto de sus labios en mi frente, me siento plena, llena de vitalidad aunque dolorida pero a su lado.

No sé si sea lo adecuado pero el que su cercanía me brinde tanta seguridad me llena de paz y puede sonar irónico pero necesito darme cuenta si es igual, generalizar nunca ha formado parte de lo que soy y esta vez no será diferente. 

—Siento el haberte evitado como lo hice, es solo que estaba muy estresada por todo lo que tenía que hacer y no me puse a pensar en todo esto–– nos señale.

—No tienes porqué disculparte bonita, entiendo totalmente que no quieras nada conmigo, ni yo querría ––apartó la mirada y yo me ahogue con mi saliva al escuchar semejante idiotez.

— ¡No puedes ser más idiota!–– espeté y volteo el rostro desencajado.

— ¿Qué?––preguntó aturdido.

—Que eres un idiota–– su falta de entendimiento en lo que le estaba diciendo me hizo soltar una risita–– nunca dije que no quería ser tu novia––dije al fin y su rostro se iluminó.

— ¿A no?–– preguntó y me dieron ganas de darle un puñetazo pero gracias a que mi cuerpo se encuentra débil no pude, solo rodé los ojos.

—No, solo recordé una parte de mi vida que quisiera desapareciera por siempre, pero mi mente es tan estúpida que ni eso puede hacer bien.

— ¿Y que más no puede hacer tu mente?––me dijo en tono pícaro y me guiño un ojo lo que hizo que me sonrojara y el soltara una risotada que derribo todas las barreras que quise construir esa semana–– ahora señorita Greham quiere ser oficialmente la novia de este chico encantador y simpático–– no pude evitar reírme.

—Bueno señor Cooper gracias a tu modestia y arrogancia me temo que no––le Sonreí compadeciéndome de él y su rostro se vuelve totalmente triste –– ¿cómo tener un novio que crea que él es más encantador y simpático que yo?––puse un dedo en mi mentón luciendo pensativa.

—Jamás bonita, no hay nadie más encantadora y simpática que tu––y comenzó a llenarme la cara de besos––y que dices ¿aceptas?––seguí pensando pero mi respuesta es obvia.

—Claro que acepto idiota––me acerque a él y le bese como nunca lo había hecho, es cierto que todo cambia cuando son novios y siento que dentro de ambos todo cambio al decirle que sí y espero no arrepentirme de esto jamás.

Pasaron tres horas en las cuales el doctor me pregunto muchas cosas y acabe relatándole mi semana entera desde que no comía si no que tomaba mucho café hasta donde solo dormía diez minutos, por eso encontró la repuesta a mi desmayo y debilidad, tengo deshidratación por la falta de alimentación y agua, en la parte de dormir solo me recomendó descansar tres días para recuperar todo lo perdido, dijo que el dolor en la espalda solo es por el impacto del golpe y me mando unos analgésicos para el dolor.

Marifer llevó la justificación medica al director y en efecto tengo que descansar tres días quiera o no ya que si me empeño a asistir a clase no me dejaran pasar "órdenes del director" y yo más que feliz acepte porque de verdad lo necesito, Esteben no se separó de mi lado después de traerme la ropa para que me cambiase, más al enterarse de que Nathan y yo ahora somos novios.

Ahora estoy lista para empezar mis vacaciones de tres días, llegamos a casa y no me dejan hacer nada todos están al pendiente de cualquier cosa y estoy feliz por tener a mi novio de sirviente.

—Esme...creo que ya no necesitas más nada ¿cierto?––asentí–– tengo que irme ya pasan de las diez y mañana tengo que entregar un trabajo–– hice un puchero–– no hagas eso bonita si fuera por mí me quedara contigo aquí pero Esteben jamás lo va a aceptar.

¡Aaf! Verdad que Esteben jamás va a dejar que nos quedemos los dos solos, en un cuarto, a oscuras, en la misma cama. Si, mejor lo veo mañana.

—Ven aquí––se acercó y lo besé ––promete que vendrás mañana ¿sí?––dije mientras le daba besos cortos.

—Esmeralda...––gruño al sentir mis manos acariciando su nuca––si...ma-mañana vengo––quito mis manos delicadamente de su nuca, agarró mi rostro con sus dos manos y me beso inundando mis fosas nasales con su perfecto aroma masculino, lo atraje hacia mi profundizando el beso––Bonita...––no lo deje terminar lo atraje otra vez y lo besé con más intensidad, un gemido se escapó de mi garganta al sentir el beso más exigente–– Esmeralda...ya...–– me separe de él con la respiración agitada y los labios hinchados, su cabello está desordenado y al darme cuenta de sus pupilas dilatadas caí en cuenta lo que estaba haciendo y me sonroje, me escondí debajo del edredón y el comenzó a reírse.




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