Capítulo 26.
Ya es treinta y uno de Diciembre y mis animos siguen en el suelo, me encuentro como en una etapa de encierro depresivo o algo así, solo sé que desde que regresamos a casa esa noche no he salido de mi habitación.
Mis hermanos han intentado animarme haciendo payasadas pero yo no paso de una sonrisa a boca cerrada, mi mamá a intentado hablar conmigo pero de mis labios ni una silaba es soltada, mi papá se mantiene al margen y Nathan, él tuvo que ir a la casa de sus padres ya que cuando los llamo le dijeron que lo querian ver.
Mi alma está agotada y por eso mis ganas de seguir estan en cero.
En dos semanas más tendré que volver a la universidad y eso me tiene aterrada pero no por Drew, si no por mí, me aterra hacer algún contacto con cualquier otro chico que no sea mi primo o Nathan.
Se siente horrible esto que está reprimido en mi pecho y sé que es todo eso que no he dicho o el llanto que no he soltado para terminar de liberarme.
Sé que la unica persona que puede ayudarme a superar esto es él pero debo entender que tiene que pasar año nuevo con su familia, no podría decirle que no a eso, él necesita pasar tiempo con ellos.
Me levanté para darme un baño e ir a desayunar, me quito toda la ropa y me meto a la ducha, lavo mi cabello y de igual forma mi cuerpo.
Salgo despúes de unos minutos y comienzo a ponerme mi ropa interior, deambulo por toda la habitación y me paro frente al armario para tomar una pijama.
Al estar lista bajo a la cocina y observo mi casa detenidamente, tenia tanto que no estaba en esta casa, no bueno de estar si ya que tengo una semana aca pero el hecho de no observarla bien despúes de llegar me llena de nostalgia.
He estado tan enfrascada en mi que no le he dado la importancia necesaria a mi familia.
Aparto esos pensamientos y termino de llegar a la cocina, al entrar me encuentro con mi mamá haciendo pan tostado con mantequilla y huevo.
Paso a la nevera y agarro un vaso de jugo de naranja, mi desayuno y le doy un beso en la mejilla a mi madre.
Debo dejar de pensar solo en mi, ellos tambien sufren y tengo aunque sea hoy poner una sonrisa en mi rostro por ellos.
Llego a la sala y comienzo a ver television al lado de mi hermanita y mi papá.
Ellos se quedan mirandondome y yo les sonrio espontaneamente porque sé que estan sorprendidos de que este en la sala y sentada junto a ellos.
Las horas pasan y mi madre comienza a cocinar como loca para la cena.
Vendra toda la familia, aunque solo faltaria Nathan pero algo es algo.
Despúes de ayudar un poco a mi mamá con la ensalada voy a darme un regaderazo para estar lista para cuando lleguen todos.
Entro a mi habitación y me tiro en la cama para descansar un poco los ojos.
Siento como si estuviera flotando, todo es de color blanco hasta mi ropa, miro para todos lados y es como si estuviera en una caja de cristal.
Me muevo y no siento un piso sino algo suave, bajo la vista y estoy parada en una nube, sigo flotando y llego al otro lado y veo como fuera del cristal hay personas vestidas de negro, me pego a este y puedo contemplar lo mal que se ve todo.
De pronto ya no estoy en una caja de cristal, sino en un campo repleto de flores, corro por todo el lugar y a lo lejos veo una casa de campo y un poquito más cerca veo a Nathan.
Corro hacia él y cuando ya estoy cerca todo se vuelve negro, todo se va encogiendo hasta dejarme sin aire y suelto un grito cargado de angustia.
Me levanto azorada por el sueño que acabo de tener, estoy sudando y mi pecho sube y baja velozmente.
Comienzo a llorar sintiendo un hoyo debajo de mi tratando de absorverlo todo, realmente lo extraño mucho a decir verdad pero debo controlar este sentimiento hasta que nos veamos en dos semanas.
Apesadumbrada me quito la ropa y me meto al baño, duro una media hora tratando de relajar mi cuerpo.
Lentamente me coloco la ropa interior y me tumbo nuevamente en la cama
─Y si... lo mejor seria alejarme.
Me levanto para evitar pensar en eso y es que no es mala idea solo que me duele dejar a mi familia, a Nathan que son las unicas personas que realmente me han ayudado, no puedo.
Voy al armario y saco el vestido que me regalo Marifer, es ceñido al cuerpo junto a una capa de tela transparente en la parte de la falda y atras es larga, tiene una fina linea de piedreria que conforma un cinturon y escote de corazón.
Es el vestido más hermoso que he visto nunca y es turquesa.
Me maquillo un poco y me coloco perfume, me suelto el cabello y me hago una especie de recogido hacia un lado, salgo al balcón un rato.
Quedo totalmente hipnotizada con las luces de la ciudad, todo esta hermoso.
Pasan las horas y bajo a recibir a mi familia, todos están tomandose fotos junto al árbol de navidad.
Yo sin querer estorbar en su felicidad agarro un vaso de jugo y salgo a sentarme al pie de la piscina, en forma de indio para no mojarme el vestido.
Comienzo a cantar el coro de una canción que habia escuchado hace mucho de Justin Bieber y que solo me se esa parte.
—As long as you love me...—las lagrimas comienzan a salir y siento una paz invedirme, es como si él estuviera junto a mi en este momento.
Veo en el reflejo del agua como viene caminando Esteben desde que salio de la casa, llega a mi lado y se sienta de la misma forma que yo, va vestido con un traje azul marino sin corbata, se ve genial.
—Estás muy guapa prima—volteo y le sonrio.
—Tu no te quedas atrás Esteben—él sonrie ampliamente.
—Se que te duele lo que paso pero no debes dejar que eso sea más fuerte que tú, que tus ganas de vivir, que el amor que ambos se sienten— bajo la mirada—por favor Esme no te dejes derrumbar, hazlo por tu familia, por Nathan y antes que nada por ti.