Taylor irrumpe en el despacho sin siquiera tocar la puerta, llorando a mares se lanza sobre el sofá.
- Taylor que carajos significa esto.
- Señor su hijo.. Su hijo me ha lastimado profundamente, no sé si quiero seguir estando con él.
Pierre masajea su cien frustrado por la actitud de la mujer. - Que sucedió ahora.
Antes de que la mujer pudiera decir algo Sebastián entra. - Padre te pido disculpas por la forma tan grosera que tiene está mujer de actuar tal parece que ni siquiera sabe con quién está hablando.
Taylor retrocede de inmediato al notar la voz fría de su pareja, suele actuar de manera caprichosa con él porque sabe que la ama, pero ahora se da cuenta de que ha cruzado una línea peligrosa.
Pierre se levanta molesto y con su vista puesta en ella le exigue una explicación.
- Que pasó ahora Taylor.
- Yo.. Yo.. Solo quería un pequeño regalo.
- Te atreves a entrar a mi oficina como si fuera la casa de tu padre de una manera tas repugnante simplemente porque no te dieron lo que querías. ¿Ya no quieres vivir Taylor?
- Señor... Perdóneme no quería ofenderlo de esta forma, el embarazo me pone de muy mal humor y no me doy cuenta de lo que hago.
Es verdad mientras en mi vientre tenga la descendencia de la familia Morfeo estaré a salvo, pero desde ahora tengo que tener más cuidado o una vez que el bebé nazca no dudarán en cortar mi garganta.
Pierre observa a su hijo y este niega con la cabeza. - Ella quiere el cuadro de Peny y yo se lo negué.
- ¿Por qué quieres las cosas de mi hija?
- No.. No.. Es lo que parece, pensé que era un simple cuadro que adornaba este lugar.
Dayton interviene sin darle oportunidad. - No es así padre, ella ni siquiera lo quiere para sí misma, es algo que quiere darle a una de sus amigas y como le dijimos que no se volvió loca.
La morena mira furiosa a Dayton. - Bien ya no lo quiero. - Intenta salir, pero Sebastián le bloquea el paso.
- A donde crees que vas Taylor todavía no terminamos de hablar.
- Déjame ir Sebastián no te olvides que yo llevo a tu hijo en mi cuerpo y que soy tu mujer.
La mano de Pierre se apoya en el hombro de la mujer dirigiéndola a un asiento obligándola a sentarse. - Taylor aquí se te ofrece el respeto que mereces por justamente llevar a mi nieto en tu vientre, pero eso no te da el derecho de creerte dueña y señora de lo que es mío. Entiendes eso verdad.
- Señor no hagamos esto por un simple cuadro.
- Fuiste tú la que provocó todo esto por ese cuadro.
- Yo pensé que lo le molestaría dármelo después de todo es de Penélope.
- Entiendo por qué piensas que no hay problema, pero todo lo que está en esta casa es mío que te quedé bien claro eso.
- Si.. si.. Señor.
- Bien ahora lárgate inmediatamente.
La morena sale empujando a su pareja y se va dejando todas sus compras atrás. Dayton y Sebastián se dejan caer en el sillón esperando ser castigados por su padre.
- Lo lamentó mucho padre.
- Tienes que poner a esa mujer en su lugar, desde que quedó embarazada su ego ha crecido sin medida.
- Papá esa mujer siempre se ha creído mejor que Peny al ver como la dejamos de lado, pero esto que acaba de hacer me enoja muchísimo y lo siento Sebastián, pero si ella vuelve a querer hacer esto la echaré de esta casa.
- Yo también estoy furioso, entiendo que dejar a la pequeña mariposa de lado es para protegerla aun así odio cuando personas ajenas se creen con el derecho de también despreciarla.
- Hermano yo creo que lo mejor es que te mudes de aquí con esa loca. Ah y tengo algo que contarles de Peny.
- Que pasa con ella ahora. - Pierre se sienta para escuchar las travesuras de su pequeña.
- Hable con ella como me lo pediste hermano y no sabes todo lo que pasó, me insultó incluso creo que me maldijo en su cabeza y luego se fue furiosa enseñándome su dedo.
- ¿De verdad hizo eso?
- Peor, dijo que si quería su respetó le tenía que demostrar el mío primero. Dijo que estaba cansada de vivir como un perro olvidado y que me fuera al diablo.
Pierre comienza a reír seguido de Dayton. - Yo tampoco me aguantaba las ganas de reír, es increíble verla así parecía una pequeña gata salvaje dispuesta a arañar.
- Así que la pequeña se está volviendo toda una mujer.
- Papá otra cosa que dijo y no me gustó fue que si me atrevería a golpearla si no se comportaba bien.
- Que cosa.
- Le dije quien se había atrevido a levantarle la mano, pero no me respondió con algo concreto.
Esto es algo que definitivamente no me gusta y si resulta que alguien está intimidado a mi hija desataré una guerra sin pensarlo.
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Editado: 12.10.2025