Intercambie almas con la hija del tirano.

Capitulo 24

Ese hombre me regala una sonrisa únicamente para mí lo que despierta la envidia de muchas y para colmo el cuerpo de la niña entró en trance, puede que cualquiera terminaría a sus pies, pero ese tipo no es de mi gusto. Odio a los presumidos que se creen inalcanzables por tener una cara bonita, yo prefiero a alguien común incluso si tiene unos kilitos de más uff eso sí me encanta.

- Si viniste preciosa.

- Feliz cumpleaños.

- Porque actúas tan fría mi bella dama.

Pierre llega junto a mí en el mejor momento posible. - Acaso hay alguien problema con mi hija, joven Matt.

- Para nada señor Pierre, solo admiraba a su hermosa hija y me preguntaba si tal vez tenga la gran dicha de tener una pieza de baile con ella.

- Pequeña quieres bailar con él.

- Me gustaría, padre. - Me acerco para dejarle un beso en su mejilla. - Sálvame si me ves incómoda.

Él sonríe entendiendo mi mensaje y yo me voy con Matt bajo la mirada de todos. Justo por esto odio a los chicos guapos.

- No tienes idea de lo mucho que te extrañe Peny. Contaba las horas para poder estar juntos cada día.

- ¿Somos así de cercanos?

- Escuche algo de que estabas confundida por un golpe, pero me duele que olvidaras lo nuestro.

- Quieres decir que somos algo así como pareja o amigos con beneficio.

- Yo diría que más bien es como futuros esposos.

No lo puedo evitar y comienzo a toser sin parar, literal todas las palabras se atoraron en mi garganta.

- ¿Estás bien? Acaso dije algo malo.

- Como que futuros esposos, apenas tengo 18 años pervertido.

- Espera no es así, si hablamos de matrimonio para más adelante ahora estamos en proceso de conocernos y formar un vínculo.

Una pareja que baila junto a nosotros me empuja con fuerza al voltear veo a una mujer lanzarme una mirada asesina.

- Lo siento, no eres mi tipo además valoró mi vida y no quiero lidiar con tus admiradoras todo el tiempo.

- Penélope tú no tienes competencia, ninguna de estas mujeres se compara contigo y si alguna te molesta solo tienes que decirlo y la sacamos del juego así como la noche en que tu padre te ascendió dándote el cachorro de su fiel amigo.

Ahora entiendo todo, este tipo no quiere a la niña solo la usa para su beneficio personal y poder hacer conexiones con su familia, Penélope siendo tan insegura y al estar tan falta de amor se creyó todo su teatro sin dudarlo, es una lástima para este gran cretino porque yo no soy ella y ahora mismo le demostraré que con los sentimientos no se juega.

- Tienes razón yo soy incomparable y única, nadie puede igualarme.

- Así es preciosa, nadie se compara contigo y tu belleza.

- Ni siquiera tú.

- Disculpa.

- Eres demasiada poca cosa para mí así que por favor Matthew ya no me busques más y mejor consigues a alguien de tu nivel. Adiós.

Su agarre aumenta impidiendo que me marché. - De que hablas amor, nosotros dos somos pareja, nos amamos y nadie es mejor que yo para ti.

- Suéltame, no quiero saber nada contigo.

- Si es por esas mujeres yo me encargaré, amor llevamos un año en esto no puedes decir eso de la noche a la mañana.

- Que me sueltes.

- Recuerdo cada vez que decías amarme y que no podías esperar a ser mi esposa. Dime que está pasando para que ahora te comportes así de grosera conmigo. ¿Alguien te dijo algo de mí?

- Que te pasa ya suéltame.

Pierre se apresura a sujetar su mano al ver que estaba siendo violento conmigo.

- Pasa algo joven Matt.

- Solo una charla con Peny, señor. Ella se molestó por las miradas de algunas invitadas y le estoy explicando que no es lo que piensa.

- ¿Hija?

- Papá ya me quiero ir.

- Bien, que siga disfrutando de la velada, nos veremos en otro momento.

Pierre me abraza amenazando a todas con su potente mirada, en especial a la que me empujó, ella retrocede de inmediato.

- Que pasó pequeña.

- Me voy de aquí.

- Bien voy a buscar a los otros dos.

- No, puedes quedarte Dayton sé que la estas pasando bien con tus amigas.

- Ja ja ¿Celosa?

Si estoy celosa y que, no es justo y me siento molesta con todos.

- Quiero que te quedes y veas todo lo que pasa aquí, yo me voy con papá para pasar tiempo con él a solas.

- Bien jefa.

Le doy la espalda y me aferró al brazo de Pierre, me siento tan infantil justo ahora, pero no lo puedo evitar. Odio a los chicos guapos.

Pierre no puede evitar la felicidad que le dieron mis palabras y ahora me siento peor por usarlo para escapar aunque esto también puede servir a mi favor.

Durante el viaje de regreso no digo nada y él tampoco, espero llegar a casa para comenzar con el interrogatorio. Voy a ser implacable hasta obtener todo lo que quiero.




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