Intercambie almas con la hija del tirano.

Capitulo 28

Demian es tranquilo y aprende rápido, puedo ver lo mucho que se esfuerza en querer seguir el ritmo.

- Que pasó con tu novia, Todo va bien.

- No era mi novia y puede que nunca lo sea. Le puedo contar algo privado, señorita.

- Peny.. Llámame Peny por favor y claro que puedes hacerlo ahora somos amigos Demian.

- Me cuesta hacerlo.

- Es por mi padre verdad, no te preocupes ahora estamos solos.

- El señor es aterrador. Bien Peny la cosa es que ella quería algo más íntimo y yo no estaba seguro de querer ir a toda marcha.

- ¿Ella quería un compromiso a largo plazo?

- Emm no, ella quería algo más carnal.

No puedo evitar sonrojarme y lo veo tener la misma reacción que la mía.

- Perdón no sé porque le cuento esto justo a usted, ahora pensará que soy un rarito o peor un pervertido.

- Demian tranquilo yo mejor que nadie sé lo que no es tener a nadie con quien hablar aunque este tema si es algo vergonzoso. Tú querías ir despacio y ella ya estaba lista para saltarse todo e ir a la cama.

- Así es, me puso muy nervioso y ahora no sé cómo actuar.

- Demian lamentó decir esto, pero las mujeres de esta casa no son de fiar incluso yo las he visto hacer visitas nocturnas en las habitaciones de otros empleados y sospecho que mis hermanos también disfrutan de sus servicios.

- Yo también lo sabía aun así no sé, quería pensar que tal vez podría funcionar.

- ¿Quien es ella?

- Prefiero no decirlo, no es que dude de ti Peny, pero no quiero meterla en problemas. Después de todo esto es algo personal, algo del servicio doméstico.

- No te rebajes a ti mismo de esa forma, eres especial y mereces encontrar una mujer buena que te quiera y te respete.

- Gracias por escucharme y aconsejarme, no sabía con quién hablar y los caballos no me decían nada.

- Ja ja ja ellos son buenos para escuchar, pero no para dar consejos.

Mientras reíamos una presencia no deseada se hace presente interrumpiendo nuestro momento.

- Penélope que estás haciendo aquí.

Levanto mi mirada y está ese engreído baboso de Matthew.

- La pregunta es que está haciendo usted aquí porque le recuerdo que está es mi casa y yo puedo ir a donde quiera.

- Porque actúas así conmigo incluso vine hasta aquí para saber de ti.

- Yo no te pedí nada.

La incomodidad se siente en el aire y Demian no sabe como actuar, me siento mal por él así que decido irme para no meterlo en problemas.

- Vamos adentro. - Comenzamos a caminar hasta llegar a los pasillos de afuera de la casa.

- Que pasa contigo nena, actúas de una manera tan desagradable cuando solo poco tiempo atrás no dejabas de darme amor.

Espera que acaba de decir este cretino. ¿Acaso la niña y él?. - Que quieres decir con dar amor.

- Ya sabes la pasábamos muy bien juntos y aunque el tiempo era limitado lo aprovechábamos mucho.

Si es lo que yo pienso este degenerado se aprovechó de una menor de edad, la sangre me está hirviendo y deseo mucho meterle una bala en medio de sus ojos, lo sujeto del cuello de su camisa totalmente alterada.

- Acaso tú hiciste algo incorrecto conmigo.

- Tranquila, amor que te pasa.

- ¡RESPÓNDEME!

- Peny por favor.

Mis gritos llaman la atención haciendo que unas cuantas personas vengan a ver, Matthew aprovecha la distracción y me neutraliza tapando mi boca poniéndome de cara a la pared.

- Shh o nos meterás en problema a los dos.

Intentó forcejear, pero su agarre es jodidamente fuerte, me es imposible quitármelo de encima y esto me está sacando de quicio.

- Amor no es lo que estás pensando, pero si tu familia llega ahora los dos tendremos problemas así que déjame explicarme.

Puedo sentir su asqueroso bulto en mi espalda y dice que no es un depravado, sin duda lo castraré.

- Mira no me refería a que estábamos juntos íntimamente, solo nos dábamos besos como niños a escondidas también nos tomábamos de las manos cuando nadie veía. A ti te gustaba llamarlo con ese estúpido apodo de dar amor.

Golpeó su pecho para que me suelte y deje que hable. - Maldito porque lo hiciste sonar tan sucio.

- No sé como expresarme. Que diablos pasa contigo últimamente, actúas como si fuera la primera vez que me ves o convives conmigo.

- Eso no te da el derecho de someterme.

- Penélope por favor no me dejaste otra opción de explicar y tu cabeza ya estaba creando una película. Amor nos prometimos casarnos cuando cumplieras 20 y mientras llegaba eso estaríamos así.

- ¿Fuiste tú? Matthew tú me ayudaste a escapar.

- De que hablas. Acaso escapaste de casa.

- No me intentes engañar, queríamos escapar para estar juntos por fin.

- No sé de lo que hablas, al final estaríamos juntos de todas formas porque diablos escaparíamos y pondríamos nuestras vidas en peligro.

Su expresión me hace dudar, pero no confío en este cretino.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.