Intercambie almas con la hija del tirano.

Capitulo 35

Por más que lo reviso no le veo nada fuera de lo común, es un cuadro como cualquier otro solo que en una equina tiene un mensaje.

"Mi pequeña mariposa. PGN48"

Supongo que lo escribió la madre de Peny, pero no entiendo las demás letras y los números, puede que tenga que averiguar un poco más con alguno de los chicos o Pierre.

Días después salgo a revisar los cuartos, todos están ocupados buscando pistas sobre el atentado de esa noche y nadie me puede prestar atención. Taylor por su lado se ve normal, ajena a todo y últimamente está de muy mal humor. Mientras paseo por el jardín veo salir a Dayton a toda prisa, al menos mi corazón ya no se vuelve loco aunque la sensación todavía persiste fuerte en él ya no lástima como antes.

- Señorita quiere montar.

- Demian que alegría verte, si me gustaría hacerlo.

- He escuchado que hoy viene de visita ese hombre.

- Yo también, parece que no aprende el príncipe encantador.

- Vamos a preparar un hermoso caballo para usted.

- Demian tienes celular por casualidad.

- No, necesitas hacer una llamada acaso.

- ¿Si yo te doy dinero puedes comprar uno para mí?

- Si podría aunque luego me metería en problemas.

- Está bien no quiero que te regañen por mi culpa.

Maldición voy a tener que convencer a Pierre que me devuelva mi celular para poder llamar a casa. Luego de un paseo relajante en donde logró acomodar mis ideas vuelvo a casa y veo algo interesante. Matthew está hablando con Taylor apartados en una esquina del jardín.

No puedo escuchar, pero todo indica que jo es una charla de amigos que se ponen al corriente, intento acercarme un poco más entre las plantas.

- Que se supone que haga si ya no le gustas, ella es una niña mimada y tu querido pasaste a ser algo viejo para ella.

- No puede ser verdad, esta molesta aun así no creo que ya no me quiera.

- Te lo buscaste solo, quien te manda a andar como perro detrás de cada mujer que te muestra las piernas, acaso pensaste qué la niña te aguantaría tus estupideces.

- Soy hombre y ella no quería darme lo que necesitaba que se supone que haga. Visto de monje esperando hasta el gran momento. Ella tendría que estar agradecida de que yo la respetará y me buscará a otras para no forzarla.

- Todos los hombres son iguales, asco me dan.

Matt pincha el vientre de Taylor con descaro. Bueno no parece que te den tanto asco cuando estás así de gorda.

- No me toques desgraciado. Yo amo a Sebastián y también estoy feliz de llevar a su hijo en mi cuerpo.

- Antes eras una mujer tan hermosa Taylor y tan inteligente, no puedo creer que llegaras hasta este punto por alguien que no te quiere.

- Eso a ti no te importa al menos yo si tengo una relación con él, en cambio, tú ahora eres un patético ex que no pudo con una chiquilla.

- La recuperaré ya lo verás.

Así que estos dos planearon que la niña se emparejara con este estúpido, Taylor cada día cavas más tu propia tumba y aunque no quiera delatarte no me estás dejando más opción.

Salgo detrás del arbusto y camino como si nada, ellos se separan un poco al verme y fingen inocencia.

- Amor hoy te ves hermosa. ¿Otra vez estabas en los establos?

- Perdón yo no soy el amor de nadie y menos de alguien como tú y si estoy o no estoy en las caballerizas es mi problema.

- Vamos Penélope intento arreglar lo nuestro.

- Yo te veo intentando pasar un buen momento con una mujer casada.

Taylor abre los ojos de par en par algo molesta, esa era la reacción que quería y la conseguí sin esfuerzo alguno.

- Como dices algo tan desagradable, no piensas en los problemas que me puedes meter.

- No querida cuñada, tu sola te metes en problemas al estar a solas con otro hombre que no es tu pareja.

Paso entre medio de ambos y entro al pasillo, pero ella no me deja. - No seas infantil, Matthew y yo nos conocemos y eso no significa que estemos haciendo nada malo.

- Está bien, ahora quítame las manos de encima.

- Te has vuelto tan desagradable últimamente que no entiendo como te soportan. No creas que no vi que te llevaste el cuadro después de que amablemente te lo pedí.

- Sabes perfectamente que ese cuadro es un regalo de mi mamá así que no entiendo por qué lo quieres tanto, además si soy insoportable puedes largarte de aquí y no aguantarme más. Ah siento no puedes porque estas bajo vigilancia por ser sospechosa de traición.

El color de su cara pasa a un rojo carmesí hermoso y la cereza del pastel es la expresión de confusión del idiota este, tal parece que él no sabe nada o finge muy bien aunque con su diminuto cerebro lo dudo.

- Como te atreves a faltarme el respeto.

Taylor levanta la mano para golpearme, pero Matthew la detiene. - Estás loca, no puedes pegarle.

- Es una malcriada que se merece una lección.

- Pégame Taylor, vamos hazlo si te atreves y veamos que ganas con eso.

Ella retrocede de inmediato y se va furiosa maldiciendo en voz alta.

- ¿Estás bien?

- Que haces aquí, te dije que ya no quería verte más.

- Peny por favor lo nuestro era especial.

- No te creas tan importante.

Lo dejo solo y yo también entro, ahora la pelota está de su lado y ellos tienen que dar el siguiente movimiento.




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