Intercambio de Esposa

Capítulo 9

Conversación

◇◆◇

Krysia

Bajo rápidamente por las escaleras tras recibir un mensaje de un repartidor de confianza. Al abrir la puerta, el chico me entrega una pequeña caja repleta de rosas rojas y bombones cubiertos de chocolate. Un sentimiento cálido llena mi pecho al mirar ese detalle tan romántico, siento como si estuviese viviendo un sueño.

Mi teléfono suena y sé de quién se trata, fue una buena idea intercambiar mi dispositivo con el de mi hermana.

Si quiero tomar su identidad debo hacerlo completamente, ver a través de sus ojos y sentir a través de su alma.

—¿Te gustó el regalo? —su voz masculina es tan calmada, varonil.

Titubeo por un instante antes de responder.

—Me encantaron las rosas, pero sobre todo, el significado detrás de ellas —un gesto dulce en medio de tanto trabajo y tensión—. Hace que me sienta muy especial.

La voz suave de Izak resuena por el auricular, una risita de que está satisfecho por mi respuesta, como si estuviese esperando a que dijera eso.

—Mereces eso y mucho más, no puedo esperar para hacerte mía, mi esposa, que tengas mi apellido y mi fortuna.

Un sentimiento indefinido surge en mi interior, aquel miedo a que se entere de la verdad, pero me mantengo serena, siguiendo con lo planeado.

Lena quiere que yo sea feliz, es uno de sus deseos.

—Y yo no puedo esperar a ser tu esposa.

—Mañana pasaré por ti en la tarde para visitar algunas tiendas, debemos vernos impecables en el aniversario de tus padres —sus palabras son como un valioso bálsamo para mi alma.

El alivio se expande por todo mi ser al escuchar su cariño, no quiero perder la poca de tranquilidad que tengo en este momento. Una pequeña parte de mí desea confesarle todo, aunque no lo haría por mi hermana.

Debo respetar su decisión.

Y no solo eso, tampoco puedo dejar que su revista caiga en picada, hay muchos lobos sueltos esperando cualquier desliz para atacar.

—Me parece bien, te avisaré cuando termine con los pendientes en la oficina. Cuídate, te amo.

Dejo el detalle en mi habitación y cuando bajo nuevamente, ya se encuentran todos posicionados en la mesa para cenar. Me siento tranquila por la tranquilidad que rodea la mesa, compartimos nuestras anécdotas mientras comemos la deliciosa pizza que ha preparado Sor Maria.

El aroma del queso derretido y el orégano flota en el aire, es un aroma reconfortante que llena el espacio pese a que tengamos grandes ventanales que dan hacia el patio trasero.

La novicia cada cierto tiempo nos deleita con sus famosas pizzas en el horno de la casa, siempre esperamos con emoción sus platillos tradicionales, su ascendencia es italiana, por lo que tiene mucho conocimiento al respecto.

En la base tiene una deliciosa salsa pesto, setas, champiñones frescos, jamón y queso, la combinación clásica que siempre destaca el sabor. Ella siempre cocina con amor y paciencia, una labor que requiere dedicación y pasión.

La comida es deliciosa como siempre, disfruto cada mordisco al mismo tiempo que conversamos sobre nuestro día, la vida cotidiana, problemas triviales, entre otras cosas.

—¿Cómo ha ido tu día Lena?

Mi gemela y yo nos miramos por un segundo, dudando en cuál de las dos debe contestar. Incluso en casa debo mantener esta farsa, desde bebés siempre nos han confundido, somos tan idénticas que solo hay algo que físicamente nos diferencia.

Una marca de nacimiento a un costado del seno izquierdo.

—Algo atareado, pero logré terminar a tiempo y mejorar el enfoque de la revista —contesto con fluidez.

—Eso es genial, saliste igual a tu padre de inteligente —dice con orgullo.

Sonrío en dirección a Sor Maria, luego regreso la mirada hacia mis padres y Lena, quien come en silencio, ninguno de mis progenitores se ha interesado en saber sobre ella.

—Gracias papá —musito, adaptándome a ser el centro de atención cuando antes era ignorada—. Es un buen trabajo y al menos puedo decir que contribuyo en algo positivo.

Cuando era el caso contrario, observaba la escena con una extraña mezcla de celos, antes parecía invisible para mis propios padres, solía comer con la mirada baja y en silencio porque no les interesaba saber nada de mí. Ahora que estoy desde este lado pienso que debo hacer algo para cambiar la situación, que mi sustituta no se sienta ignorada.

No tengo claro todavía como puedo influir en ellos sin que descubran la verdad. Solo puedo sentir la necesidad de ayudar, de ser una buena hermana.

Desde siempre he sentido como si mi familia apenas reconociera mi existencia, una sombra en comparación con mi otra mitad. Apenas recuerdo breves ocasiones en las que mis padres se dirigieran a mí con cariño y afecto auténtico, mi madre siempre me pedía con insistencia que protegiera a Lena, como si fuera algo que necesitara supervisar y tutelar constantemente. Incluso mis logros han sido minimizados, se achacaban a la suerte y nada más.

Todo este rechazo me ha llenado el corazón de rabia y tristeza, todos los ojos están clavados en mí, soy incapaz de sentir cariño por mamá y papá.




Reportar suscripción




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.