Scarlette
-recuerda estas palabras, aquí hay pura y fiel crueldad-me explico Amaya mientras sacaba su ropa del armario-¿puedes creer que eso me dijo el profesor?-yo veía la ventana desde el dormitorio-¿Scarlette?
-¿no crees que las personas son muy pálidas aquí?- la ignore-.
-pensé que era la única que pensaba eso-se acercó a la ventana junto a mi-.
Era sábado en la mañana y el invierno ya casi se acercaba, por lo que se encontraba haciendo un poco de aire.
-también suelen ser muy frías las personas.
La mire.
-¿de sentimiento me imagino?-ella me miro-.
-no-dijo segura-si te acercas mucho a alguien y no hace aire alrededor irradian frio.
Levante una ceja.
-tampoco seas tan dramática-mientras me ponía mi suéter de mezclilla color blanca que hacia juego con la falda arriba de la rodilla también de mezclilla y una blusa de tirantes también blanca-no vemos en el comedor, voy a caminar un poco por los jardines-ella asintió-.
Cerré la puerta, no antes de checar si tenia mi teléfono, cuando me dirijo a las escaleras caminé por los pasillos solos ya que los alumnos se encontraban en el jardín, mientras el tacón de mis botines se escuchaba entre los pasillos pude sentir que alguien me seguía por atrás no le tome mucha importancia, pero al acabo de unos minutos me empezó a incomodar.
Me detuve mientras me volteaba, hasta que vi un chico a unos metros en su mano se encontraba un reloj como el mío, volteé para agarrar el mío propio, pero cuando levanté la mirada ya no se encontraba ahí y esa vibra que sentía desapareció.
¿Que acaba de pasar?
Hice un puchero.
-ni siquiera lo viboreé bien-me di la vuelta mientras caminaba-de seguro fue parte de mi imaginación.
Ya por fin Sali del internado mientras me recibía los alumnos que se encontraban en el pasto riendo y divirtiéndose incluso, algunos maestros se encontraban ahí sentados en unas mesas que lo cubría el sol con una carpa, mientras miraba alguna parte para encontrar a mis hermanos quien dijeron que se encontrarían ahí fui interrumpida por Anthony Velkov sentado junto con su amigos y Calipso quien era mi tutora.
-¿está perdida la dama?-me pregunto yo lo mire mal y seguí buscando-.
-¿sabes que es de mala educación dejar hablando solo a alguien?
-¿tus padres no te enseñaron a no hablar con personas desconocidas?
-o capullo-separo de su lugar y se acercó a mi-tu no eres una desconocida, al contrario, tu y yo nos conocemos muy bien-levante una ceja-.
-creo que te confundes de persona, Así que tal vez a la persona que buscas esta en el bosque así que ve y de paso piérdete
-me encanta cuando eres así-dijo con una sonrisa burlona-.
-genial aquí estas-apareció salvándome Colette quien tan pronto que vio a Anthony hizo un gesto de desagrado-.
-ah, pero si es mi princesa rubia.
-ah y tu sigues aquí…existiendo…que mal-le contesto ella-.
-te encanta que este aquí-dijo pícaro-.
-en tus sueños-le contesto-.
-en mis sueños siempre estas tu y te encanta estar debajo de mi
-idiota.
-solo tuyo-le sonrió al tiempo que una castaña se le balanceaba-.
-cariño-le dijo con voz chillona la muchacha-.
Anthony miro con miedo a Colette quien se encontraba con ceño fruncido.
-rubia no es lo que piensas.
-como si me importara con las muchachas con las que te acuestas.
rodo los ojos y me jalo para dirigirnos a un lugar donde se encontraba Athena, muy lejos de el nos sentamos.
Mi Athena se encontraba a acostada con el celular levantado a unos centímetros de su cara, que cuando sintió nuestra presencia se le cayó el celular en el rostro.
-au-se quejó mientras se sentaba-.
Al ver que no nos preocupamos por ella hablo.
-Oh Athena ¿estas bien? -nosotras las miramos-eso es lo que deben peguntar cuando alguien tiene un accidente.
-nop-dijo Colette mientras se acostaba-.
-sabemos que estas bien Athena no es necesario preguntar-le hable-.
-par de tontas sin sentimientos-se volvió a acostar, pero ahora con los ojos serrados fingiendo dormir-.
Mire el internado distraído, el frio que hacia esta mañana lo hacia ver más tétrico y misterioso las ventanas del castillo se veían de cristal rojo y no transparente como las ventanas que solían poner en Paris o en cualquier otro lugar, estaba tan concentrada en las ventanas que me pareció ver una sombra y no era cualquier sombra, era la sombra de una mujer pálida de cabellera negra y ojos grises como los míos, pero los de ella eran en un tono demasiado.
Un escalofrió me recorrió por todo el cuerpo y me puso los pelos de punta, y como si de magia se tratara las nubes empezaron a un tomar el color gris que daba entender de que llovería.
¿Cómo es eso posible?
En si no estaba el sol pero estaba nublado, y ahora esta como si habría una tormenta, en ese momento como me encontraba viendo el cielo la primera gota de lluvia toco mi rostro mientras la sentía rodar por mi cara y caer en el pasto la siguieron más detrás de ella, mire a los alumnos que disfrutaban del clima como si estuviéramos en verano, y el primer trueno sonó tan fuerte que Athena brinco en su lugar para sentarse.
Volvió a sonar tan fuerte mientras algunos de los alumnos incluso los maestros dejaban que la lluvia los mojara, sonaban uno tras otro para después ahora aparecer un relámpago tras otro y así sucesivamente, era un baile de puros sonidos fuertes.
-sonidos fuertes-dijo Athena ahí me percate de lo que se refería volteo a ver a Colette que se encontraba con sus manos en las orejas y las piernas pegadas a su pecho-.
-agarra tus cosas Athena-le di la orden ya que Colette tenia un cierto trauma en las tormentas como esta-.
Como pude pare a esta Colette mientras nos dirigimos al castillo para que se tranquilizara, ella murmuraba cosas intangibles, Athena nos seguía por atrás, mientras nos íbamos ante la atenta mirada de los profesores y alumnos. Cuando ya casi llegábamos a la entrada Thiago no impide entrar.