SCARLETTE.
No diría que mi mañana empezó bien, desde que me fui a dormir tuve un sueño raro, soñé con el chico que me encontré en el pasillo Amaya dice que tal vez sea mi imaginación en ese momento llame a la tía Irina, que por algún motivo de la maldita vida no contesto.
-de seguro esta muy ocupada con el trabajo-me tranquilizo Amaya cuando por tercera vez en la mañana me mando a buzón cuando intente llamar a la tía Irina-.
-la tía Irina siempre contesta los mensajes y llamadas esto es raro.
-recuerda que la tía Irina no es común ni corriente-Amaya se encontraba guardando sus libros desde la cama-tal vez…
-no me salgas con las teorías que también dice Athena sobre la tía Irina-Amaya frunció el ceño-.
-¿Cuáles teorías?
-ya sabes que Athena está medio cucú-hice un ademan con el dedo como si estuviera loca-.
-Scarlette no le digas loca a nuestra hermana-me reprendió-es solo que piensa con mente abierta como yo.
-mas bien con mente loca-susurre ella me regaño con la mirada-.
-Athena es única y inigualable.
-no, esa es Colette-la corregí-.
-ay, bueno, ¿pero me entiendes?
-sip
-a lo que voy es que es más fácil inventar teorías de lo que pasa alrededor
-Amaya no vas a andar por la vida contando teorías sobre las personas o lo que veas aquí o en otro lugar.
-hablando de personas-se acercó a mi-¿ya te dije que las personas de aquí son demasiado pálidas eso no es normal?
-me lo has dicho un montón de veces-rodé los ojos y mientras agarraba mi mochila llena de libros-ya no quiero seguir escuchando-y procedí abandonarla en el cuarto mientras me alisaba la falda del uniforme que siempre se arrugaba mientras bajaba las escaleras sentí la presencia de alguien atrás, sentí la misma sensación que cuando vi al chico-.
Cuando repetí lo mismo de voltear atrás no vi nada, volví a caminar ahora en los pasillos, sintiendo la misma sensación.
Y como soy yo, se me ocurrió una grande idea.
¡CORRER!
¡CORRE PERRA! ¡CORREEEEE!
Mientras yo hacía eso, sentía los pasos del individuó detrás de mi mire sobre mi hombro y si era un chico.
-joder me van a amatar-dije mientras corría más rápido-.
mientras llegaba a los casilleros pegados en la pared de piedra avance más tranquila sabiendo que no haría nada, ahora si no es parte de mi imaginación porque lo sentía pisándome los talones.
Y como soy muy inteligente saque un libro de tapa dura me volteo y este usándolo como arma lo golpe tirándolo al suelo.
Ni siquiera me percaté si estaba bien solo sali corriendo como si me quisieran secuestrar, llegando ahora a la puerta del salón la abrí azotándola y corriendo hacia mi lugar mientras escuchaba los gritos de la profesora por lo de hace unos minutos, la antes dicha al ver que no le hacía caso a sus regaños siguió escribiendo en el pizarrón.
-ahora a mi me toca preguntar-me hablo Athena cuando me senté en mi pupitre-¿Qué te sucedió? estas sonrojada y despeinada.
-creme que si te lo dijera no me creerías-Athena levanto una ceja confundida-.
Horas después me encontraba caminando por los pasillos para cumplir el castigo que hace unos días nos habían puesto, por suerte los de primero no solían ser tan tremendos, eso si, las niñas de primero dijeron que tuviera cuidado con Eris.
Una niña cuya crianza se basa en lujos y mimos de parte de su padre, se cree mucho solo porque sus padres son descendientes de uno de los fundadores de la academia MSSF MORONA, Circe que es una de las niñas que principalmente sufre de las burlas de todo el sequito de Eris, y es ella quien me advirtió de ellas, a pesar de que le llevo tan solo un año.
La muy canija de Eris con quince años se cree superior que los demás, cuando de seguro su mundo de lujo se vendrá abajo en tan solo un chasquido de dedos.
Hablando de Circe, al final de la sala se encontraba sentada en uno de los sillones, que era donde la mayoría de los de primer año se encontraban, sus cuartos y un salón de estar en donde la mayoría del tiempo estaban, en el saloncito estaban la mitad de los niños de primer año.
Y como había dicho Circe estaba sentada cómodamente en el sillón, la niña de pelo castaño de piel aperlada y ojos cafés se encontraba con el uniforme un poco arrugado con la vista en un libro que claramente toda persona conocía.
-Alicia en el país de las maravillas-me acerque a ella me miro con sus lentes que cada cierto minuto los hacia para atrás para que no se cayeran de su rostro-la necesidad de correr detrás del conejo blanco y sumergirse en otro mundo para no volver nunca más, una necesidad que de seguro toda lectora quiere.
-bueno…-cerro su libro para ver la portada-en realidad no es el libro original para niños.
-claro que no-sonreí-a lo que veo estas leyendo un retellinge de Alicia-ella asintió-.
-es un libro más oscuro que el original-lo miro con los ojos iluminados-la protagonista que es la hija de Alicia se enamora de dos personas.
-mm un poliamor– dije pícaro Circé asiento-.
-sus intereses amorosos son el sombrerero loco y el hijo de la reina blanca-ella se levantó de su lugar-muy entretenido pero demasiados capítulos picantes.
-¿dónde están los demás?-mire el salón-.
-con Eris y su sequito de locas-la volví a mirar-.
-dije específicamente que los quería antes del toque de queda.
-de seguro están en la fiesta-dijo uno de los estudiantes de primer ingreso-.
-¿Cuál fiesta?-le pregunte a Circe-.
-la fiesta que da cada año los de 7 año-me dijo con una sonrisa-es la oportunidad que usan los de primero para…experimentar-dijo picara lo último-.
-me imagino a lo que te refieres con experimentar-dije yo-¿esto lo planeo Eris verdad?
-lo más seguro es de que si-contesto Circe-más cuando se trata de Alastro.
Scarlette frunció el ceño al escuchar a tal mencionado, a pesar de que la chica llevaba algunos días aquí ya conocía a la mayoría de los de primer año, pero tal mencionado jamás lo escucho hasta hora.