Internado Murdor

Capítulo 13

Capítulo 13

La mascota del príncipe

1234, Valta

Palacio Real de Dinasty

Esa noche Kayla ni había podido dormir, no dejaba de repetirse en su cabeza lo sucedido con Deisor, y las palabras de la directora no hacían nada más que ayudar a su insomnio. Como si no fuese ya suficiente presión ser una Ignis, ahora resultaba que tenía poder infinito, pero un poder muy extraño que ni siquiera toda su gente lo tenía. Esa mañana Kayla había decidido pasar del desayuno y había ido directamente a su primera clase del día. 

Inmersa en sus apuntes de Psicología de las hadas no se dio cuenta de que Meredith se había sentado a su lado. La pelirroja bufo para llamar su atención, sin embargo, su amiga seguía inmersa en sus apuntes o mejor dicho en sus pensamientos.

-¿Que tanto piensas Kayla?- la preguntó.

-Umm...nada

Dith la miro si creerla nada, pero decidió dejarlo pasar.

-¿Es por el baile de invierno?- la preguntó 

Kayla la miró extrañada.

-¿Que baile?

-El baile de invierno- aclaro la chica- Ah claro... se me olvidaba que eres nueva.

La rubia se encogió de hombros.

-El baile de invierno, se hace una vez al año, es una fiesta mítica.- Explicó Meredith- Nos vestimos de princesa y pasamos la noche como unas.

-Suena bien. ¿Cuándo es?

-Es pasado mañana- señalo Dith- De echo deberíamos ir hoy a comprar los vestidos.

La profesora interrumpió su charla dando por comenzada la clase. Pese a que parecía que estaba explicando algo importante Kayla no podía centrarse, su mente revocaba cada dos por tres lo sucedido el otro día y las palabras de la directora. Como si no ser la última de su gente no fuese suficiente presión, ahora era la única salvación en la guerra. 

La clase ya había terminado y Kayla no había conseguido enterarse de nada.

-Un momento chicos- dijo la profesora al ver como recogían sus alumnos- Para mañana tenéis que entregar un pergamino de mil páginas sobre lo que os he explicado hoy.

Todos sus compañeros empezaron a quejarse.

-Menos tú Kayla- la señalo- Me ha pedido la profesora que no te ponga deberes.

-¡¿Cómo?!- se quejó una de sus compañeras- Primero entrena con los élites, y ahora la mascotita del príncipe no tiene que hacer deberes.

-¡Carlota!- la regaño la profesora- No digas eso.

-¿Por qué no? Si es lo que pensamos todos.

Así que eso era lo que creían todos. Kayla sintió como sus ojos se llenaban de lágrimas. No sabía que la gente pensase eso de ella. Recogió sus cosas rápidamente y salió corriendo de clase estallando en llanto.

 

 

Oliver paseaba tranquilamente por los pasillos del palacio cuando unos llantos llamaron su atención. El lloro venía del baño que se encontraba a su lado. El sonido le sonaba ligeramente familiar, por eso decidió entran a ver qué pasaba. Kayla se encontraba sentada en el suelo del baño dándole la espalda. Sus hombros se movían acompasando su llanto. Se acerco y la abrazo.

-Hey enana- le susurró- ¿Que te pasa?

Los hermosos ojos marrones de Kayla estaban llenos de lágrimas.

-No pasa nada.

-No me mientas. Dime la verdad, enana.

-Es una tontería ni si quiera tendría que ponerme así- le explico mientras que se secaba las lágrimas- Es algo que me han dicho, algo que me han llamado.

Oliver la miro sin entender.

-Estábamos en clase y la profesora mando deberes, pero dijo que yo no tenía que hacerlos

-Y entonces una chica de mi clase dijo que era injusto que primero entrenase con vosotros y que ahora "la mascota del príncipe" no tuviese que hacer deberes.

El joven sintió como su cuerpo se llenaba de rabia, iba a hacer pagar al culpable, nadie se merecía que Kayla llorase por él.

-¿Quién?- la pregunto tensando la mandíbula

- Carlota- respondió ella- Pero no hagas nada, prométemelo.

-Te lo prometo

 

 

 

Esa tarde cuando Meredith y ella fueron a salir del palacio se sorprendieron cuando unos guardias junto con la directora Murdor las detuvieron. Resulta que no podían salir alumnos del palacio sin llevar guardaespaldas, pero por la mirada de la directora, Kayla intuyó que era ella quien no podía salir sin protección.

-Hay peligros fuera- se justificó Melissa- Podríais estar en peligro.

-Todos los alumnos salen con protección- le siguió el juego uno de los guardias.

El viaje hasta el centro de la ciudad se les hizo muy corto. Valta era la ciudad más grande de Dinasty, aparte de ser la capital del mundo. Las calles estaban abarrotadas de gente que iban de aquí para allá. Meredith y Kayla pararon en el centro comercial de Valta.




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