Internado Murdor

Capítulo 14

Capítulo 14

El baile de Invierno

1234, Valta

Palacio Real de Dinasty

El sábado llego antes de lo esperado, y con él la inquietud entre los alumnos. La gente corría de acá para allá preparándose nerviosos para el baile, los sirvientes hacían arreglos de última hora a la decoración de palacio, todo el mundo estaba ansioso por la llegada de esa noche, sin embargo, Kayla no podría estar más indiferente. Tumbada en su cama con dosel del palacio esperaba a que su querida amiga hiciese acto de presencia, Meredith había prometido pasarse para ayudarla a arreglarse. 

Marco la página en la que se había quedado y cerro el libro cuando el sonido de unos golpes en la puerta le indicaron que alguien quería entrar. Su pelirroja amiga la miro de arriba abajo sorprendida cuando le abrió la puerta.

-¡¿Pero se puede saber porque sigues así vestida?!- ignorándola completamente paso a su habitación y dejo unos estuches en la cama- Son las siete y media Kayla... LAS SIETE Y MEDIA.

Observo sin entender a su amiga quien había adquirido de la nada un extraño tic en el ojo.

- ¡El baile empieza a las nueve Kayla, y tú todavía ni te has duchado!

Discretamente la rubia se olfateó para ver si olía mal o algo, pero a ella le pareció que olía normal.  Meredith cuyo tic en el ojo parecía que iba a peor la miraba como si quisiera matarla. Sin ningún cuidado le agarro del brazo y la metió en el baño de un portazo.

-¡Que ni se te ocurra salir hasta que estés tan limpia que tus propias ideas huelas a rosas!- la grito.

 

Melissa observaba incrédula al rey dudando de si era buena idea lo que estaba diciendo.

-Sigue sin convencerme- musito la directora.

El rey la miro exasperado.

-Vamos Melissa- se acercó a ella y le agarro la mano para que le mirase a los ojos- Sabes que a nadie le preocupa más el bien estar de estos chicos que a mí.

Ignorando sus intentos de hacerla entrar en razón la mujer se levantó de la silla negando con la cabeza.

-Es peligroso, no nos podemos permitir ponerlos en peligro-el rey sentado en su despacho suspiro fuertemente- Son solo niños, me preocupo por ellos.

La directora consideraba que, estando las cosas como estaban, con los ataques y las amenazas, celebrar el baile de invierno era exponer a los alumnos de una manera innecesaria. Pero el rey pensaba de manera diferente a ella.

-Yo también me preocupo por ellos. Es por eso que quiero que se celebre el baile, necesitan un descanso- observo el informe de muertos que tenía encima de la mesa- necesitan olvidarse de todo y divertirse, aunque solo sea por una noche.

Melissa le miraba frunciendo los labios.

-Se lo debemos

 

El salón en el que se realizaba el baile estaba decorado en tonos blancos y plateados, enredaderas de flores plateadas subían por las columnas hasta el techo, y gracias a un hechizo pequeñas motitas de nieve caían suavemente hasta el suelo. En el escenario tocaba una conocida banda de música y en la pista algunas parejas ya bailaban. 

Kayla y Meredith bajaban corriendo las escaleras sujetándose el vestido para no caerse. Recuperaron el aliento y se miraron mutuamente antes de entrar al baile.

-¿Como estoy?- pregunto Meredith.

Se había colocado un bonito vestido verde pastel largo que resaltaba el color de sus ojos y se había recogido el pelo en un elegante moño que dejaba a la vista unos lagos pendientes de esmeraldas.

-Perfecta, ¿y yo?

Kayla se había recogido el pelo en una simple trenza de cascada en la que habían enganchado pequeñas flores azules que su amiga se había encargado personalmente de hacer aparecer.

-Tan caliente como el fuego - bromeo su amiga.

Entraron juntas al salón llamando así la atención de todos los presentes, especialmente la de cierto príncipe que no podía parar de mirar a la Ignis. Harley le dio delicadamente un codazo para sacarlo de sus pensamientos.

-Como sigas así acabaras babeando- le pico su hermana.

Pero él ni la escucho, seguía mirándola con la boca abierta.

-Déjalo Harley, mírale boquea como un pez- dijo Nate- mejor vamos a bailar.

Agarro a su novia y la llevo hacía el centro de la pista.

 

Meredith miraba curiosa por encima de su hombro mientras hablaban.  Una sonrisa se extendía por su cara poco a poco.

-Te está mirando tanto que podría confundirse con una acosador- Kayla miró a su alrededor confusa.

-¿Quien?

Giro su cuerpo para comprobarlo, pero no vio a nadie, o por lo menos nadie que ella conociera, porque apoyado en una de las columnas de la esquina un extraño hombre que juraría que no había visto nunca no paraba de mirarla. Sintió como un escalofrío la recorrió de arriba a abajo cuando el extraño la saludo con la mano.




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