Internado Murdor

Capítulo 21

Capítulo 21

Celos

1234, Valta

Dinasty

Parecía que desde que Kayla se había fugado, las cosas en el Palacio solo iban de mal en peor. Había pasado una semana y aún no la encontraban, a pesar de que estaban removiendo cielo y tierra para buscarla. Encima, c como si sus enemigos supieran cómo había decaído el ánimo en el Palacio, hace dos días habían comenzado a atacar los alrededores, provocando que se prohibiera salir de palacio y que la mayoría de los guardias regresaran para proteger la capital.

-Papá, no podemos hacer eso - negó Oliver al enterarse de la decisión que había tomado su padre - Si dejamos de buscarla y los rebeldes la encuentran antes que nosotros, la matarán.

El rey suspiró, sabiendo que no iba a poder hacer o decir nada para que su hijo dejara el tema.

-¿Por qué te importa tanto esa chica? - preguntó a su hijo.

-Es importante para el reino.

-¿Solo para el reino? - lo miró interrogante - ¿No para ti?

Oliver se quedó callado sin saber si responder, pero a su padre no le hizo falta que dijera nada.

-Te gusta, ¿verdad?

¿Tan obvio era? Pensó Oliver mientras secaba sus manos en el pantalón nervioso. Harley ya lo había averiguado, y si ella lo sabía, Nate también lo sabría. Si Nate lo sabía, Mack acabaría sabiéndolo, y si Mack lo sabía, lo acabaría sabiendo todo el mundo.

-No me gust...

- No te atrevas a negarlo - lo interrumpió su padre - Soy tu padre, te conozco.

Oliver observó a su padre, que lo miraba esperando que dijera la verdad. No sabía explicar del todo lo que le estaba ocurriendo, pero sabía que lo que sentía era único y poderoso, se sentía atraído magnéticamente hacia ella, como si fueran dos piezas de un rompecabezas.

-No me gusta - corroboró - Creo que estoy enamorado de ella.

 

¿Cómo? ¿Oliver estaba enamorado de la insulsa ignis? Lo que le faltaba a Mack. No se había pasado toda su vida ahuyentando a las chicas para que no se acercaran a Oliver, y ahora venía una don nadie sosa y estúpida que no solo llamaba su atención, sino que hacía que se enamorara de él. No podía permitirlo.

Se alejó de la puerta y se escondió para que nadie se diera cuenta de que había estado espiando la conversación entre Oliver y su padre. Vio cómo el que había sido el amor de su vida desde su infancia salía tranquilamente de la habitación como si no acabara de romperle el corazón. Cuando se hubieron ido, con la furia poseyéndola, bajó las escaleras hasta la habitación de Kayla. Abrió la puerta con un golpe, su respiración forzosa debido al enfado. Miró a su alrededor, enfadándose cada vez más y sintiendo cómo sus poderes se descontrolaban. Una sensación de ahogo llenó su pecho y sintió que se moría; su sangre hervía y la rabia le subió hasta la garganta.

-¡¡Ahhh!! - gritó mientras sus poderes se desataban.

Ráfagas de aire chocaron con las paredes, rompiendo los cristales y espejos. Las hojas volaron por todas partes y las plumas de las almohadas cayeron lentamente al suelo. Las luces comenzaron a brillar, aumentando su intensidad hasta que las bombillas explotaron, dejándola a oscuras en medio de un desastre.

 

Nate se quedó descompuesto al ver a su hermana frente a él. Siempre había sido una chica alegre, segura de sí misma e imponente, pero en ese momento parecía tan frágil. Su corto cabello rubio le caía desordenado alrededor de su blanca cara, más pálida de lo normal, sus ojos estaban brillosos y su nariz roja por culpa de las lágrimas. Miraba a todos lados como un cervatillo asustado mientras se encogía sobre sí misma. Ahí parada, parecía asustada, insegura y débil.

-Hey - la atrajo hacia él y la abrazó - ¿Qué ha pasado?

-Oliver - lloriqueó. No era un secreto para él que su hermana llevaba enamorada del élite desde que tenía uso de razón.

-La quiere - musitó, ahogándose entre los sollozos - Ha dicho que está enamorado de ella.

-Ohh... Mack - la apretó más - lo siento mucho.

Mack se alejó de él y se llevó las manos al pecho desesperada.

-Siento que me ahogo - sollozó - Siento que esto es demasiado para mí.

-Tal vez te vendría bien alejarte de él - propuso Nate - Podríamos llamar a mamá.

-¿Sí?

-Sí, podríamos llamarla y que pases unos días con ella, al menos hasta que te sientas con fuerzas de volver.

Mack miró a su hermano enternecida y se lanzó a besarle en la mejilla, era lo mejor que tenía y sabía que siempre la apoyaría en todo.

-Te quiero, Nate - susurró con voz de niña - Eres el mejor.

-Yo también te quiero, hermanita.

 

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¿Os esperabais lo de Mack?




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