Internado Murdor

Capitulo 1

 

CAPITULO 1

EL PRÍNCIPE DE DINASTY

1234, VALTA

INTERNADO MURDOR

Cuando Kayla Vendi llegó al internado Murdor era viernes por la tarde, lo que significaba que iba a pasar dos días sola en el internado hasta que empezaran las clases. Si ya iba a ser difícil de por si empezar el instituto más aun si no entraba a la edad de los demás. El Internado Murdor era una escuela especial para gente con poderes, se entraba cuando tenías 7 años y se acababa a los 19. Kayla estaba preocupada por como la vería la gente, seguramente como un bicho raro pensaba siempre, no era normal entrar al internado con 15 años.

Kayla se dirigió hacia la puerta del internado. Alzo la mano dispuesta a llamar a la puerta cuando esta se abrió por arte de magia. Las enormes puertas de 5 metros hicieron un ruido estrepitoso mientras se abría.

Kayla entro al internado. No había nadie. Un papel blanco cayo de alguna parte hasta sus manos, le dio la vuelta y lo leyó.

"Bienvenida al Internado Murdor;

su habitación está en el ala B número 567 planta 4,

su horario y maletas se encuentran en la habitación,

así como su lista de asignaturas optativas y actividades extraescolares.

Espero que pase una gran estadía aquí,

Un saludo:

La directora Murdor"

Kayla miró la carta extrañada, ¿pero de donde había salido?

 Caminando, miro a los lados. Nada, tendría que continuar. Busco algo que le sirviese para orientarse, nada. Miró las enormes escaleras que partían de lados extremos y se juntaban en la primera planta.

Habrá que investigar.

Subió las escaleras hasta llegar a la tercera planta. Empezó a caminar por uno de los pasillos que se encontraba al final de las escaleras. Las paredes eran de rocas y en ellas se encontraban cuadros en los que se podían ver gente que ella reconoció como ministros, nobles, reyes... El suelo estaba cubierto de una alfombra roja. Unas mesas se encontraban pegadas a la pared sobre las que descansaban candelabros; algunos bancos se encontraban colocadas estratégicamente; largas lámparas de araña caían desde el techo. Siguió caminando, buscando alguna habitación. Llegó a un punto donde se cruzaba con otro pasillo. Giró a la izquierda por el nuevo pasillo y encontró puertas.

"Que bien "pensó.

Miró los carteles de las puertas esperando encontrar los números de las habitaciones; pero no.

"Aula de combate 21"

"Estudio de los naturae y sus orígenes"

"Estudio de Dinasty y su historia"

"Herbología 123"

Y nombres así, por lo que dedujo que eran aulas de clase. Siguió caminando, buscando una salida que la llevará a las habitaciones.

- ¿Qué haces aquí? -preguntaron detrás de ella.

Kayla se giró y se encontró a un chico de pelo negro más lago por arriba; sus ojos marrones parecían brillar con luz propia. Llevaba unos jeans rotos, una camiseta negra sencilla y unas playeras blancas. Era bastante guapo.

Llevaba unos minutos mirándole cuando Kayla se dio cuenta que le había dicho algo.

- ¿Qu-Que? -Preguntó Kayla.

- ¿Qué haces aquí? -repitió tranquilamente el muchacho.

-Y-Yo, me he perdido-Respondió temblorosa Kayla.

El chico asintió. De pronto unos aplausos empezaron a sonar por el pasillo.

Una rubia de pelo corto entro aplaudiendo de manera sarcástica. Se acerco y se posiciono al lado del chico.

-Dios...No sé quién se cree esta-empezó a hablar la rubia- primero osa dirigirse a ti, un élite y mirarte a los ojos. Nosotros, que somos superiores a ella. Y a ti, el príncipe, y te habla sin ningún respeto, no hace una reverencia- se giró a encarar a Kayla-¿Quién te crees?

Kayla miro al suelo, avergonzada y dolida. No sabía que el príncipe Oliver King fuera a Murdor y mucho menos que fuese ese chico.

-Per-Perdón-murmuró bajo la joven.

- ¿Qué has dicho? - Preguntó en voz alta la rubia.

-Perdón-respondió Kayla.

- ¡Lárgate! – grito la rubia.

Y Kayla se fue de allí corriendo.






 

Oliver se giró a encarar a su amiga Mackenzie. No le parecía bien como había tratado a la pobre chica. Mackenzie al darse cuenta de la mirada desaprobatoria de Oliver le pregunto:

- ¿Qué? – preguntó con auto suficiencia.

Oliver la lanzo una mirada de desagrado.

-No tenías por qué ser así de cruel – le contesto Oliver.

Mackenzie bufó cansada. Oliver y su maldita manía con los nuevos.

- ¿Sabes quién era? – preguntó Mackenzie.

Oliver negó.

-Era la anormalidad- respondió Mack.

A Mackenzie no le daba buena espina la chica, era muy raro que entrara una nueva alumna en un curso ya avanzado, raro por no decir imposible. Y, además, otra cosa que odiaba era la gente tratara a los élites como si fueran uno más. No, ellos eran poderosos, eran superiores.

Los elites eran dinastys capaces de controlar todos los elementos; tierra, agua, fuego y aire. Los élites nacían para ser entrenados como guerreros contra los repudiados. Y seguro que ella no era nada, pensaba Mack, seguro que era una naturae; uno de los dinastys menos poderosos. Seguro que vivía en una choza.

Los élites eran poderosos; y ella no era nadie.   

Si quieres leer más de este libro sigueme en booknet   "Marina Uson"




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