mierda
Totalmente enojada Maggie se dirige a la cafetería. West los sábados estaba totalmente vacío, los estudiantes pasan fin de semanas con su familia o salen a recorrer el pueblo de Bloodtown, Maggie al abrir las puertas de la biblioteca ve que todo está vacío excepto por unas pocas personas y por fin encuentra a los Bianco, Con la carta todavía en mano se detiene furiosa frente a su mesa, Los Bianco siguen sus movimientos, La chica en un golpe brusco deja la carta en la mesa frente a los hermanos y ellos la miran curiosos.
—Que...
—Fueron ustedes, ¿No es cierto?
Silas se acomodó en la silla y se inclinó hacia delante, Le arrebata la carta a su hermano y sonríe.
—Oh Muñeca...
—...Deja de llamarme así —Lo interrumpe Maggie con los dientes apretados.
—No fuimos nosotros —Responde rápidamente Alec —. Quise advertirlo en el baño, pero la morochita se fue.
Maggie frunce el ceño
—¿Y piensas que te iba a creer? —Alec alzó las cejas —. Ustedes solo demostraron ser otros locos del montón.
—¿Y tú no, muñeca?
Silas ensancha su sonrisa al ver a la chica apretar sus puños.
—Todos somos locos aquí, no hay ni un solo cuerdo en este puto lugar —Maggie se detiene y piensa en sus palabras —. Pero... que casualidad que cuando ustedes llegaron la nota apareció en mi puerta.
Silas se levanta de su asiento y apoya sus palmas en la mesa, ahora estaban cara a cara, a Maggie le intimida un poco la diferencia clara de altura, pero no le importaba, No ahora.
—Entendemos el por qué nos acusas, pero con tan solo una noche aquí nos hemos dado cuenta que este lugar no es muy normal.
La chica ruega los ojos
<<Decidme algo que no sepa >> pienso
—Maggie —Empieza Alec —. Tienes que creernos, necesitamos llevarnos bien.
La dichosa Maggie los mira con los ojos entrecerrados, Puede creerles a estos dos que apenas conoció ayer o puede ignorarlos.
—Que les jodan.
La chica dejo de mirar a los hermanos para darse la vuelta sobre sus talones.
Ellos la ven caminar hacia la puerta, Alec rendido se deja caer en su silla y Silas no puede despegar la mirada de la puerta por donde ella se había desaparecido.
***
Maggie se encontraba en sus aposentos, sola, Bea se hacía ido con Jack a dar una vuelta al pequeño parque de diversiones que había en el pueblo. Tirada en su cama mirando fijamente al techo pensando en los Bianco y en la carta ¿Quién coño quiere joderla? Maggie siempre fue una chica que pasó desapercibida en el internado, nada fuera de lo normal, pocos amigos y pocas personas con las que hablaba.
Dos golpes en la puerta hicieron que se sobresaltara, se sentó en la cama y vio por debajo de la puerta un papel, Maggie desconfiada lo toma y lee;
"Hoy por la noche se encontrará a alguien sin cabeza, Maggie, Maggie, Maggiee"
***
el reloj marcaba las <<3:00AM>>, Maggie escuchaba los ronquidos de Bea, salía de su cama despacio, y se dirigió hacia el pasillo del Internado, estaba todo a oscuras salvo por la luz de la luna que entraba por los ventanales, Ella se diría al baño donde tendría que estar James esperándola.
—¿James? —Susurro
—Joder, ¿estar ahí? —Volvió a preguntar en susurro
—Si esto es una broma no me está gustando.
a veces a Maggie le daba bastante mal rollo caminar de noche por los pasillos.
Al encontrar el interruptor de la luz lo encendió. las luces parpadeaban un poco pero luego se prendían del todo. Maggie deja escapar un grito ahogado cuando vio la sangre esparcida por el suelo, el rastro la guío hacia un cubículo —Parece como si hubieran arrastrado un cuerpo haciendo un camino de líquido rojo— desconfiada abrió la puerta del cubículo y automáticamente cierra los ojos mientras cae de culo al suelo horrorizada.
Ve el cuerpo de James sentado en el retrete, pero solo el cuerpo la cabeza estaba a un lado en suelo. podía jugar que los ojos de James la estaban siguiéndola con la mirada.
Horrorizada mientras algunas lágrimas caían por sus mejillas Maggie intenta echarse lo más para atrás posible, es ahí donde choca con unas piernas.
Ella contiene el aire en su pecho por el susto.
—Tranquila, Tranquila, soy yo.
Alec se hallaba de cuclillas frente a ella mientras trataba de abrazarla, Maggie se resiste al principio tratando de separar sus brazos de ella, pero al ver que era inútil se resiste cayendo en su pecho, lágrimas caían sobre sus mejillas.
—Tranquila morocha, estás a salvo, Estás a salvo.