Capítulo XXVII.

🕞 AM.

Perla: Hola...

Dai: ¡Qué hacen aquí! ¡Cómo entraron?

Azucena: Néstor nos ayudó.

Zulema: te trajimos algo para comer.

Dai: gracias.

Zulema: nosotros sabemos que tú no tuviste nada que ver en eso y que fue Camila, carolina y Kenia.

Azucena: Sí, nosotros vamos a hacer todo para demostrarlo.

Nini: Sí, solo necesitamos que tú seas fuerte.

Dai: No creo que pueda.

Perla: si vas a poder, tú eres fuerte.

Nini: sí, pero bueno, nosotros nos tenemos que ir, porque si nos ven, nos vamos a meter en problemas.

Zulema: Sí, vámonos.

Azucena: adiós, te prometemos que vamos a venir muy seguido a verte y que vamos a solucionar todo este problema, pero tú tienes que ser fuerte

Dai: Está bien, gracias.

todos: Adiós.

Dai: adiós.

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Una semana después.

- una semana de castigo y todavía no dijo nada.

Panu: ¿nada?

- no, una semana de golpes, toques eléctricos, latigazos, tablazos y nada ¿qué hacemos?

Panu: no sé, hagan lo que quieran con ella, a los patrones ya no les interesa, Así que hagan lo que quieran.

- Okay, gracias... sabes que yo siempre quise comprobar si es cierto lo que se dice de ella, ver si es cierto que deja muy satisfechos a los hombres.

- pues hazlo, el Panu dijo que no había problema, así que primero vas tú y luego yo.

- okay.

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Panu: ¿me mandó a llamar patrón?

Iván: Sí ¿qué pasó con Daiana? ¿pudieron averiguar algo en este tiempo?

Panu: no, sigue diciendo que no tuvo nada que ver.

Nini: ¿y si es cierto lo que dice?

Iván: ¿tú crees?

Nini: pues si no han encontrado nada más, a lo mejor sea cierto lo que dice.

Panu: tú siempre la defiendes Néstor ¿te gusta o que?

Nini: no, pero no me gusta que la castiguemos si es inocente, pero no sé, en fin, me voy a trabajar, adiós.

Iván y Panu: adiós.

Iván: Ahorita vengo, voy a ver unas cosas.

Panu: okay.

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Narrador omnisciente.

- Daiana se encontraba en el cuarto de castigos, recibiendo los castigos que ya eran habituales, en manos de los hombres de seguridad del Club, sin defenderse, ya que con el paso de los días, Ella dejó de alimentarse, provocando esto que poco a poco pierda las fuerzas y las ganas de seguir viviendo.
mientras los hombres de seguridad abusaban de ella, alguien entró interrumpiendo lo que estaban haciendo...

Iván: ¿¡que están haciendo!? ¡déjenla!

- Disculpe patrón, pero el Panu nos dijo que no había problem.

Iván: ¡no me importa! el patrón soy yo y les Estoy ordenando que salgan de aquí y la dejen en paz, Ya Fue suficiente ¡lárguense de aquí!

- Sí, disculpe nuevamente patrón.

Iván: Sí sí, Adiós, dijo para después cerrar la puerta y acercarse poco a poco a Daiana, quién se encontraba tirada en el suelo de la habitación.

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