CAPÍTULO III

25 de enero, 2021

Caleb y McCabe se encontraban sentados en una esquina del comedor. El lugar se encontraba casi vació, excepto por Mason y Samuels que también se encontraban sentados, los dos estaban comiendo mientras hablaban con expresión seria.

Caleb observo a su hermano Mason, los dos no tenían ni una pizca de parecido físico. Eran diferentes. Puesto que Mason se parecía a su padre; cabello marrón oscuro, ojos verdes, musculoso y un metro ochenta y ocho de altura.

En cambio, Caleb era todo lo contrario, no tenía parecido con su padre ni su madre; Cabello negro, ojos azules, no tan musculoso como su hermano, un metro ochenta de altura.

Las diferencias eran notorias, no parecían hermanos. Pero lo eran.

—Christolph me dijo la ubicación de su nave mientras hacías no sé qué cosa —menciono McCabe.

Caleb miró al doctor, e hizo un gesto para que prosiga.

—No sé si has escuchado de un bosque llamado, el triángulo de bridgewater [1] —Caleb negó—. Bueno, no importa. Lo importante es que está allí y tenemos que ir.

— ¿Y dónde se supone se encuentra ese bosque? —interrogó Caleb.

—En Massachusetts. De aquí hacía allá, son… cuarenta horas creo —respondió mientras llevaba la taza de café a su boca.

Caleb miró una vez más a su hermano y luego se levantó. McCabe fue detrás del pelinegro, sin saber a dónde se dirigía, pero eso no le importaba. Él quería saber si el plan iba a quedar para hoy, o para mañana.

—Caleb…

El nombrado se detuvo y volteo a mirarlo. Esperaba que no se esté arrepintiendo ahora mismo, ahora que están tan cerca de sacarlo de aquí.

—Deberíamos hacerlo hoy —dijo McCabe.

—Estoy de acuerdo, nos vemos a las dos de la mañana —dijo, luego añadió—: A esa hora Mason y Stephen ya deben estar dormidos.

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26 de enero, 2021

La puerta se abrió dejando ver a Christolph, el cual, se encontraba adolorido por los golpes que le había dado Mason tratando una vez más de sacarle información. Pero falló como siempre. Caleb se acerca al chico y lo ayuda a levantarse.

El doctor McCabe entra y se sorprende al verlo al chico. En la mañana que él había estado con Christolph, no se encontraba en ese estado. Culpable, una vez más se sentía así.

—Ya es hora muchacho, él guardia de este turno ya se fue.

En realidad no se había ido, Caleb lo había golpeado hasta dejarlo inconsciente. Pero se dijo que eso no tendría por qué saberlo McCabe, por qué eso no era lo importante ahora.  

—Ven acuéstate aquí —dijo McCabe.

Christolph se acostó en la camilla sin rechistar, no tenía fuerzas para hacerlo, puesto que todo su cuerpo dolía muchísimo. El doctor puso una sábana blanca encima de Christolph, para cubrir todo su cuerpo, y que nadie logre identificar quién es.

Entre Caleb y McCabe lograron sacarlo de la habitación-prisión en la que Stephen lo tenía encerrado. Los dos se encontraban eufóricos. Caminaron por toda la instalación, pasando desapercibidos. Con lo que no contaban, era con que la alarma sonara antes de tiempo. 

Las luces blancas brillantes se apagaron, y ahora luces rojas se prendían y apagaban constantemente por todos lados. Aun así, nadie tomo en cuenta a los dos hombres que empujaban una camilla. Militares corrían con sus armas en mano, yendo de un lado para otro. Buscando al osiano.

Él experimento O-13 ha escapado, por favor, colocarse el dispositivo anti-sonidos.

La voz del parlante era la de Stephen. Y su comunicado no era bueno.

Segundos después, Christolph comenzó a retorcerse del dolor. Caleb comenzó a correr y empujando la camilla sin impórtale a quien golpeara, McCabe iba detrás de él.

— ¡Deténganse ahora! —gritó un militar que corría detrás de los tres.

Caleb y McCabe se detuvieron, y el militar se acercó lentamente con una linterna y arma en manos. Se detuvo al estar frente a la camilla, y se fijó en como la sabana se movía.

Claramente era un cuerpo humano, pero el militar se preguntaba quién específicamente.

— ¿A quién tienen allí? —interrogo.

Caleb miró alarmado a McCabe, pero este solo se encontraba tranquilo, como si no estuvieran ayudando a escapar al osiano del área 51.