Inverso

1

El demonio se deslizó como una sombra inaudible entre las ramas. La gente lo seguía. Quemaron antorchas humeantes, esparciendo con ellas la oscuridad salvadora. El demonio se esforzaba por llegar a su cueva favorita en la roca al borde del bosque. Allí será más fuerte y podrá enfrentarse a los angustiados mortales que decidieron librar al mundo de él. Él nunca ha sido la causa directa de la muerte de nadie, aunque los locos afirmaron lo contrario.

Como una ráfaga de viento, el demonio se deslizó más allá de la roca que cubría la entrada. Las sombrías bóvedas de la cueva lo recibieron.

La oscuridad siempre ha sido su mejor amiga y aliada.

- ¡La bestia debe estar aquí! ¡Hagamos peso! ¡Juntos! - Un estruendo de piedra anunció a los intrusos no invitados.

Sus pasos resonaron en las paredes de la cueva.

El demonio vio tres. El primero es alto y enjuto. La mirada negra estaba llena de la amargura de la pérdida, con la que es imposible aceptar. El segundo es pelirrojo, móvil, como fuego líquido. Una sed feroz de venganza ardía en su corazón. El tercero es el más joven, en su alma el demonio no vio nada más que una fe apasionada en las ideas de otras personas.

En solo unos segundos, el plan estaba listo. Todo lo que quedaba era llevarlo a cabo.

El pelirrojo gritó con fervor en la oscuridad:

- ¡Sal, Bestia! ¡Encuentra tu muerte!

El demonio al fondo de la cueva solo sonrió. Oh, ellos no estarán felices cuando él se acerque a ellos.

- Tu poder no tiene dominio sobre nosotros. - El joven, anticipando la matanza, cambiaba de un pie a otro.

Tontos, tontos mortales. ¿Al menos un demonio que se precie entrará en la batalla abierta? A menos que la batalla sea mental. Pero, ¿tal vez todavía les puede dar otra oportunidad? ¿Dejarlos ir?

El fuego de las antorchas humanas tembló, las sombras jugaban en las paredes, formando extrañas imágenes aterradoras.

- ¡Nos tiene miedo! - Gritó el alto, dando un paso adelante.

El demonio suspiró y sonrió levemente. Si él ha salido él mismo, será el primero.

Poniendo voluntad y aspiración en su pensamiento, el demonio dirigió la energía al anhelo que llenaba al hombre. Los ojos negros se ardieron, brillando con un recuerdo vívido. La Esperanza se encendió en el alma del hombre.

- ¡No! - gritó el alto - ¡No te atrevas a usar tu maldita magia! ¡Es una mentira!

Pero contrariamente a las palabras, en su interior, el hombre sintió un deseo desesperado de cumplir los pensamientos más secretos. Y este deseo se le llenaba de fuerza.

- ¡Esto es una mentira! ¡Una ilusión! - La antorcha voló hacia la pared, casi tocando al demonio. Golpeando las piedras, cayó en un charco de agua que había fluído después de la lluvia y se extinguió con un siseo silencioso.

¿Pero no te convences tú mismo de lo contrario? ¿La Esperanza no alivia tu dolor? - El demonio le respondió suavemente.

El humano está luchando en vano. Al encenderse, incluso con una pequeña chispa, la esperanza es prácticamente indestructible.

Pero los otros dos ya están al lado. Las antorchas se acercaban. El demonio volvió su mirada hacia el segundo. Reunió los hilos del espacio para que la rabia encontrara una salida del alma de una persona, para que diera paso a la Fe.

El pelirrojo se quedó inmóvil:

- ¿Qué hiciste? - No había más fervor en su voz.

- ¡Es una ilusión! ¡Tenemos que atraparlo! - Gritó el primero, y el pelirrojo volvió a correr tras sus compañeros.

El demonio frunció el ceño. Parece que él no ha tomado en cuenta la Fe en amigos. Bueno, esta vez no habrá error. Reuniendo todas sus fuerzas, usó la más poderosa de sus armas. Inspiró El Amor en el alma del tercero.

El joven disminuyó la velocidad y comenzó a mirar a su alrededor. Una sonrisa vagó por su rostro.

- Chicos - se volvió hacia sus camaradas - diganme, ¿están feliz?

- ¡La maldita bestia también te ha afectado! - el alto se puso cada vez más nervioso. - ¡Necesitamos librar al mundo de esta magia negra! ¡Debemos acabar con el sufrimiento que ella siembra en todo el mundo!

Gente tonta, que tonta.

- ¿Sufriste menos antes de que yo tocara tu alma? ¿O tus amigos? - El demonio sinceramente no los entendía. Aunque, sin embargo, nunca se aspiró a esto.

- Todas las decepciones son de la Esperanza, todas las falacias son de la Fe, todos los sufrimientos son del Amor.

- De la decepción, el sufrimiento y las falacias, son completamente diferentes fuerzas responsables.

Ya estaba harto de todo esto. ¿Acaso él debería esconderse y acurrucarse en agujeros y cuevas? ¿O acaso debería justificar su existencia?

El demonio salió a la luz con irritación y tocó ligeramente el pecho del alto con la mano. Él se estremeció como por un golpe y dejó caer su antorcha. Tantas aspiraciones y esperanzas surgieron en su alma al mismo tiempo, que ya no había lugar para pensamientos sobre magia negra. Se hundió en el suelo de piedra y se abrazó a sí mismo.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.