Invierno en cenizas

Capitulo 14 | "Pequeñin"

Sentía como la ranita tejida por mi hermano se comprimía en mi mano cada que avanzaba, no iba a mentir el cambio me asustaba y el hecho de ver todo diferente me recordaba como yo ya no estaba en Himsdell, como ya no estaba en mi casa y como ya no podía ir a la panadería todas las mañanas. No se veía como una mala familia, digo son mi familia, pero no es como que puedas quitar la rutina de alguien y darle un giro para amanecer en un lugar donde la cultura, los sabores y olores son diferentes, donde las personas son completos extraños y es un lugar más concurrido del que estoy acostumbrado.

Si pudiera describir como me siento diría que tengo ganas de correr a donde sea y salir de esta aglomerada ciudad donde te aplastan cada que caminas, preferiría que los rumores de guerra se hagan real para tener que irme. Cada paso, cada afirmación que me hago a mí mismo de que ya no puedo regresar a mi rutina de antes o al menos por ahora.

Un sueño, eso era lo que quería que fuera o un libro con una mala trama donde el autor ya no sabía que más poner y para hacer la historia más interesante le tuvo que poner un mal cliché o drama, quisiera que realmente esto no fuera real y hubiera un rayo de esperanza en que algo sucediera y poder librarme de está. Pero hola, la cachetada de realidad me pega al verme comer en la misma mesa con unos completos extraños por los cuales voy a compartir techo por un tiempo indefinido.

—¿Serias tan amable de pasarme la pasta por favor? —pregunta mi tía y yo solo se la paso.

Cabe aclarar que mi tía no es una cascarrabias como pensaba de hecho es muy amable, espero que así sea toda mi estancia y no solo se comporten así porque es el primer día, por ejemplo, yo parezco un angelito para dar una buena primera impresión, ya saben esa fachada de niño bueno. Decir que me siento incómoda sobra, mi rostro está sonriendo cada que me dicen o preguntan algo sin mencionar que a veces se me quiere salir unas palabras en ingles debido a que si se hablarlo, pero según ellos no y no pensó disculparme ¿Qué se supone que diga? O vaya si se inglés solo que pensaba que eras un traficante de órganos por lo que fingí que solo hablo alemán para estar precavido, pero al enterarme que eras mi tío decidí hacer que siguieras hablando en tu alemán apenas entendible. Me duele mucho, pero mi tía tendrá que hacer de traductora o pueden no hablarme así de fácil, el lenguaje de señas sirve.

Por ahora todo bien, son amables y me dieron un cuarto propio, me dejaron solo para que descansara del viaje. Me acosté en mi cama para poder asimilar todo esto, pero realmente ¿es necesario? No pienso que tenga algún efecto el pensar el repentino cambio de lugar, no es como si pudiera regresar.

Al fin y al cabo, las cosas no son completamente diferentes me levanto en las mañanas y voy a la tienda por pan, regreso tranquilamente y hago café para acompañar. Como ven no hay nada fuera de lo usual, solo el hecho de que no sabia donde estaba la tienda y tuve que preguntar a y las miradas raras de mi tía al ver que el café ya estaba hecho y aun más rara al ver que yo estaba tomando, obvio se sorprendió que un niño de nueve años tomara café, aunque era muy normal en Himsdell que dese pequeños los acostumbraran a tomar café no creo que aquí lo sea al juzgar por la cara que puso mi tía.

—Buen día— me saludo mi tía al momento que se sentaba frente a mí, aunque sea normal ver la cara de la persona que saludas mi tía seguía viendo mi taza con café.

—Buen día ¿Cómo amaneciste? — pregunté por cortesía, pero solo recibí un “bien” de su parte y esa fue toda nuestra platica en lo que cada uno se terminaba su café.

Me levante de mi silla y lave mi taza porque no quería parecer un maleducado en mi estancia, aunque si me era un poco molesto ya que Gretchen normalmente era la que se encargaba de estas cosas, pero no quería parecer un niño mimado, aunque así fuera.

Salí a tomar el aire con la excusa de conocer, mi tío insistió en llevarme a algún parque o acompañarme para que no me perdiera o pasara algo, pero insistí en que estaría bien, algo que por supuesto no era cierto ya que esta calle en particular era muy concurrida y parecia que toda la ciudad era así porque entre más deambulaba por ahí más gente me encontraba, pero era esto y soportar su pronunciación o solo la primera cosa así que decidí que el montón de gente era suficiente.

Después de un tiempo pude encontrar un lugar tranquilo para andar, se supone que la próxima semana iba a entrar a una escuela debido a que tenían problemas en encontrar un profesor particular, me preguntaba si Arne también tenía un profesor particular debido a que parecia que no iba a la escuela ya que las horas que nos reuníamos eran a veces donde todos los niños estaban en sus salones y solo veías a viejitos andar por la calle, algunas amas de casa y uno que otro adulto por ahí.

—Escuela— dije casi susurrando y lo repetí unas veces más en mi cabeza, nunca había ido a una escuela antes y una que otra vez pasé al lado de una, tan extraño era que la palabra era casi nueva.

Aunque la escuela me da un poco de miedo me he estado preguntando si esta puede ser una oportunidad para hacer nuevos amigos, obvio nunca me olvidare de los que tenía en Himsdell, pero tener amigos de mi edad puede ser interesante. Tal vez a uno que otro le guste cocinar, leer libros de aventuras o de romance y tragedia como Arne, tal vez esta idea no suene tan mal después de todo. He escuchado que en América son más abiertos así que encontrarme a personas que vean a un chico cocinar no puede ser tan malo aquí o tal vez mi tía no vea mal que yo utilice su cocina, bueno creo que a cualquiera le sentaría mal que utilicen su cocina.




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