Invierno en cenizas

Capitulo 16 | Una controversia

Eso que siempre dicen las madres que si no fumaste lo suficiente en tu embarazo puede que el niño salga defectuoso es algo que ya me andaba persiguiendo hace un tiempo y es que después de haber puesto mi empeño en escribir una carta decente a un amigo que conocí solo unas semanas atrás me di cuenta que para poder mandarla necesitaba una dirección, a menos de que el cartero sepa del árbol arriba de la colina de Himsdell creo que esa se puede considerar una dirección, pero hay un pequeño problema, uno puede que la carta se vuele y nunca la pueda leer y dos hay más de un árbol en la colina, aunque dije que era uno al perecer son dos o más, pero no voy a empezar a angustiarme por algo así. A estas alturas estoy seguro que mi mamá no fumo lo suficiente cuando estaba embarazada de mi porque ahora ni contar se, como si no saber como mandar una carta y amarrarme las agujetas no fuera suficiente.

La carta básicamente consta de tres líneas.

Querido Arne.

Primero que nada, perdona por irme tan repentinamente sin decirte nada supongo que te diste cuenta de mi ausencia y espero me perdones por eso, segundo, quiero que sepas que fue por que me tuve que mudar y no se cuanto tiempo me lleve estar aquí así que por ahora espero llegar pronto y llevarte recuerdos, espero estes bien y no dudes en escribirme.

PD. Todavía te pienso leer el libro, aunque ya lo hayas terminado.

Atte. Werner

Cuando dije que eran tres simples líneas lo decía enserio, bueno podrían considerarse cuatro si contamos la posdata y la despedida, aun así, me siento un poco mal por no poder escribirle lo suficiente como a Gretchen que fueron como tres hojas de lado y lado, al menos me decidí por decirle querido ya que decirle señor podría empeorarlo, pero claro nada de esto importaba porque la carta no seria enviada.

—Scheisse —digo por lo bajo mientras decido guardar la carta en uno de los cajones que tenía la mesa.

Me le quedo viendo a mi escritorio por un rato, al parecer hay una hormiga rondando por mis lápices primero pasa por mi sacapuntas, luego pasa por encima de mi libreta hasta llegar a la orilla de la mesa y se detiene sin saber para donde ir moviendo sus antenas y avanzando toda la orilla como si estuviera esperando a que encuentre la forma de salir hasta que agarro una hoja para que se suba y dejarla en la ventana, pero antes de poder atraparla me sobresalto al sentir como me agarran los hombros.

—Arne—alargan la “e” mientras me llaman en un tono que me da escalofríos—¿Ya terminaste tu carta?

Puedo decir que me sorprende no por la pregunta en sí, si no por la persona quien lo pregunta, mi tía estaba viéndome desde hace rato sin darme cuenta o ¿mi tío le contó? Puedo decir que la segunda opción se me hace más razonable.

—Ya terminé la carta, luego la entrego—ella por alguna razón se me queda viendo con una sonrisa de miedo, me enseña dulcemente su perfecta dentadura, pero al mismo tiempo se siente muy forzada y achica bastante los ojos que parece de esas personas chinas—¿Hay algún problema? —pregunto casi susurrando al ver que ella sigue sonriendo.

—No nada solo que ya bajes a cenar, no contestabas así que me preocupe un poco — se va lentamente de la habitación y no quiero creer que sea un hábito suyo y es que si lo es me voy a terminar muriendo del susto.

La cena transcurrió normal sin ningún percance, de nuevo teníamos a Henderson con su trompeta y pláticas de mi tío sobre chismes y disgustos de su departamento. Todo parecia ir de maravilla siendo mi tío el centro de atención y a Chloe en su mundo de libros para colorear mientras lo manchaba de comida, puedo decir que cosas como esa podrían presentarse fácilmente en una gallería y ganaría mucho dinero con ellas.

Cuando mi tía se encontraba lavando los trastes y recogiendo la mesa alguien me llama desde la sala antes de que vaya a mi habitación.

—Werner ven aquí —mi tío señala el espacio libre que tenía el sillón de la sala —Mira, no estoy reclamando, pero si hay algo que aprendí en mis siete años de casado es que en más de dos llamadas corres peligro—claramente vio mi cara de perdido en este momento porque siguió aclarándome—Puede que no te hayas dado cuenta porque le estabas escribiendo una carta a tu novia, pero ella te llamó casi cinco veces para que fueras a cenar y por eso entro en tu cuarto te lo digo porque no quiero que ella pierda el control ya que no es tan paciente como aparenta y el que se lleva todo su enojo soy yo— primero que nada y no se cuantas veces lo repetí, pero no es mi novia es un chico ¿cómo ha de ser eso posible? Segundo no escuche que me llamaba porque estaba concentrado en una cosa mucho más importante que escribir una carta, esa ya la había terminado.

—Descuida no volverá a pasar —es lo único que puedo responder con una mirada hacia el suelo no por estar realmente lamentándolo solo que había visto otra hormiga en la mesa junto al sillón intentando salir, pero pronto como le respondo el se acerca a darme unas palmadas en la espalda que puedo asegurar que si me hubiera dado otra lo que quedaba de columna se rompía.

—Como te dije no es reclamo solo es una recomendación para tu supervivencia en tu estancia aquí, no tengo derecho a decirte algo con ese tono no eres de mi sangre —me quedo plasmado por lo que me dijo y el inmediatamente se retracta —no es que no te considere parte de la familia tu entiendes ¿no? O sea, legalmente de sangre no eres, pero si eres familia, solo no era mi intención ofenderte—no dije nada y solo asentí con la cabeza en un intento de no reírme porque realmente el no se ha dado cuenta que su alemán se perdió junto con su inglés, poco a poco empiezo a ver porque mi tía no ha querido regresar a Alemania.




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