Invierno en Verano

Capítulo 9

-Sobre ayer... quiero pedirte disculpas. No debí reaccionar así, me asusté ya que esa fue mi primera fiesta en realidad...-se quedó callado por unos segundos y continuó-   de verdad estaba muy asustado...

-No pasa nada, el que reaccionó mal fui yo, no debí sacarlos así de mi casa. Aveces hago las cosas sin pensar- confesó el pelinegro.

-Creo que tuve suerte de que dejarás tú habitación sin llave. - bromeó- Si no, no sé que me hubieran hecho.

-Si...

-Gracias por ayudarm...

No pudo terminar de decir porque lo había interrumpido el sonido de su celular.

Era Dae-Min.

-Maldición...es Dae-Min. -dijo levantándose del suelo.- Perdí la noción del tiempo, voy tarde al trabajo.- contestó la llamada:

-¿Hola?

¡Tae-yang! ¿Dónde estás? Te estoy esperando hace una hora. ¿En dónde estás metido.? 
 


-Ya voy para allá, perdón. Llego en 10 minutos.

Apresúrate, que si viene la señorita Jung no podré cubrirte.
 


Tae-yang colgó la llamada y miró a Sun-Wook quien lo miraba de manera confundido.

-¿Asi que ya te vas?

-S~si yo... me gustó pasarla contigo hoy, Jeon Sun-Wook -el castaño le sonrió de una manera linda.

Sun-Wook sonrió leve y luego volteó a ver hacía otro lado, evitando hacer contacto visual con él.

Porque de alguna forma ese comentario hizo que su corazón se sintiera alegre.

Ya hacía bastante tiempo que nadie le decía cosas agradables y esas simples palabras eran para Sun-Wook algo hermoso.

Nisiquiera recordaba cuando fue la última vez que su corazón había latido así de rápido cuando se trataba de una persona.

Y con Kim Tae-yang era así...
 


 

-Si, bueno deverias irte ya. - le dijo en seco.
 


 

Tae-yang notó el cambio de actitud de Sun-Wook, iba a decir algo al respecto pero decidió no hacerlo, así que solo se fue de allí.
 


 

Minutos más tarde Tae-yang se apresuró y entró rápido a aquel café, en donde claramente trabajaba.
 


 

Dae-Min estaba casi colapsando, corría por todos lados, de un lado a otro, entraba y salía de la cocina. 
 


 

El castaño entró a la cocina y se puso su delantal y aquella boina de color café que debían usar. 
 


 

-Gracias a Dios que llegaste. -Dae-Min sonrió y luego lo golpeó en el brazo- ¡No vuelvas a dejarme solo! 
 


 

-¡Auch!- se sobo el brazo haciendo puchero. 
 


 

-¡Apresúrate!
 


 

-Si señor- se burló Tae-yang 
 


 

-Si no quieres que te golpee otra vez, mejor aléjate. 
 


 

Tae-yang rió y luego se fue a atender a los clientes que acababan de ingresar al local.
 


 

Habían pasado ya unas 5 horas de un largo y pesado trabajo. Dae-Min y Tae-yang se encontraban llegando a casa cuando se toparon a Woo-Seok, quien parecía que los estaba esperando hacía ya un rato.
 


 

-Hola Chicos, ¿qué les parece si vamos hoy a la discoteca Rainbow.? Al parecer irá toda la Universidad. 
 


 

-Hola Woo-Seok, yo paso, gracias- le dijo Tae-yang
 


 

-Por supuesto que yo me apunto, solo déjame ir a casa para darme una ducha y alistarme. ¿Me acompañas?- le ofreció el de baja estatura al castaño.
 


 

Woo-Seok asintió y entró a esta, y Tae-yang se fue la suya en dónde lo esperaba aquella preciosa pequeñita. 
 


 

Nota: Recuerden que Tae-yang y Dae-Min eran vecinos, así que vivían una al frente del otro.
 


 

-¡Tete!- gritó la niña abalazandose encima de él. Tae-yang la atajó y le beso la mejilla.
 


 

-Hola preciosa, ¿Cómo estuvo la escuela hoy? 
 


 

-La maestra llamó y dijo que le pegó a su compañera.- le acuso su abuela.
 


 

-¿Es eso cierto Hye? -preguntó Tae-yang dejándola en el piso.
 


 

La pequeña bajó la cabeza y se puso a jugar con sus pequeñas manos. Tae-yang se puso de cuclillas y le agarró las manitas llamando su atención.
 


 

-¿Es eso cierto, Hye?- le volvió a preguntar.
 


 

-S~si... 
 


 

-¿Y porqué lo hiciste? 
 


 

-Ella dijo que yo era una niña huérfana y que por eso nadie quería ser mis amigos.- empezó a llorar -¿Porqué Papi y Mami no están, Tete? 
 


 

-¿Recuerdas la historia que te conté? La de las personas que se hacían Ángeles cuando ya su misión en este mundo se acababa.
 


 

-Si...-sollozo haciendo puchero. 
 


 

-Mamá y Papá ya cumplieron su misión en este mundo, así que ellos se convirtieron en preciosos Ángeles para cuidar de ti, de mi, de Baek y de Nana.  
 


 

-¿Y a dónde se fueron?- lo miró con los ojos llorosos. 
 


 

-Ellos están arriba, en el cielo. Allí pueden ver todo lo que hacemos, por eso no podemos hacer cosas malas, por que si no ellos se van a enojar. 
 


 

-¿Están enojados conmigo? -preguntó la niña mientras las lágrimas recorrían sus mejillas rosadas. 
 


 

-No mi cielo, ellos están felices de tener a una preciosa niña como tú. Pero si no quieres que se enojen, tienes que disculparte con esa niña mañana, ¿si? -le dijo limpiandole las lágrimas con la manga de su sueter. 
 


 

La pequeña asintió y luego abrazó a Tae-yang,quien le correspondió el abrazo. Luego la alzó y la sentó a comer junto a su abuela. 
 


 

Y se dirigió al baño en dónde se encontró con Baek-yang mirándolo.
 


 

-¿Cuándo vas a dejar de inventarle historias?
 


 

-Hola para ti también Baek-yang. ¿Cómo te fue hoy? 
 



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En el texto hay: romance juvenil, amistad, lgbt+

Editado: 28.08.2023

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