Invierno Soleado

EXTRA

5 AÑOS DESPUES

— ¿Crees que nuestros hijos deberían venir a este lugar? —Diego me pregunta, con la pierna cruzada y sosteniendo una lata de refresco tan fría que algunas gotitas de agua se localizan fuera de ella.

Bufo. —Aún falta mucho tiempo para que tengamos hijos y mucho más para que tengan edad de venir aquí —respondo divertida.

Rasca su barbilla. —No sé si deberíamos quitar ese columpio, digo, ¿Y si se repite la historia? ¿Y si mi pequeña hija tiene un enamoramiento de verano aquí?

Le doy un golpe suave en el brazo cerca de mí. —Diego, estás siendo un padre dramático de nuestra hija inexistente, además no deberías hacerlo, según la historia aquí conocería a su futuro esposo.

Estira su mano para tomar la mía y besar mis nudillos. —Bien, pero no vendrá aquí hasta los diecisiete.

Ruedo los ojos pero sonrío. — ¿Y si es un niño?

—Igual —dice—. Equidad, mi amor, ambos serán sobreprotegidos por mí.

—Ay, Diego —suelto una carcajada—. Tienes suerte que mis padres no hayan sido sobre protectores, quizás no nos hubiéramos conocidos.

—Claro que sí —asegura—. Estamos destinados a estar juntos, bonita. Tú y yo por siempre y siempre.

Miro hacia el lago, durante el final del año todo está más tranquilo. —Cada vez que venimos aquí recuerdo la primera vez que nos conocimos.

—Yo también —aprieta mi mano—. Hemos pasado por mucho juntos pero todo ha sido más fácil a tu lado —admite.

La abuela de Diego falleció unos meses después que la conocí y su abuelo falleció el año pasado. Para él fue muy duro pero pude estar con él, acompañándolo y cuidándolo.

Ahora su padre y él se ven más seguido, aún no ha conocido a su medio hermano pero Diego cree que algún día lo hará. Un día conectará con ese chico si la vida lo lleva a él, es lo que dice.

En mi caso, mis abuelos siguen vivos y mis padres siguen tan enamorados como siempre. El próximo verano será mi boda con Diego, es una locura que estemos aquí comprometidos pero es también muy especial para mí.

Yo seguí en contacto con Hannah pues es amiga de Diego y ahora es una de mis mejores amigas. Será una de mis damas de honor y está muy emocionada por ambos.

Por cierto, Hannah comenzó a salir con Zeth hace unos meses. Según ella, se rencontraron por internet y fueron a cenar, después de eso comenzó su historia de amor, bastante inesperada pero igualmente linda.

De los demás no he sabido mucho, sé que Cameron está viajando por el mundo, que Jennifer tiene tres gatitos y una tienda de ropa en línea. No sé nada de Sarah pero su padre estuvo aquí la navidad pasada y cuando le preguntamos por ella, nos dijo que está en el extranjero con una beca.

De Jay no hay nada que decir, la última vez que lo vi fue ese último año y nos dijimos adiós, uno que hasta ahora ha sido permanente pero quizás cambie si nos cruzamos en alguna calle.

En general, a todos, deseo que estén bien.

— ¿Lista para ir a comer antes de los fuegos artificiales? —pregunta.

Miro hacia el cielo, aún es temprano. —Solo tú cenas tan temprano.

Se toca el estómago. —Tengo hambre, además es una pre-cena, aún falta el pavo.

Bufo. —Está bien, vamos por tu pre-cena.

Nos levantamos, él deja la lata sobre la silla para tomar mis manos con las suyas. — ¿Serás mi beso de medianoche?

Me acerco, tomándolo por los hombros. —Como cada año anterior.

Se acerca para colocar su frente contra la mía. —Y como todos los que restan.

Diego se acerca, yo también y nos besamos frente al mismo lago que me vio besarlo por primera vez. No será la última vez, algunos besos ocurrirán en Francia durante nuestra futura próxima luna de miel y otros más en nuestro nuevo apartamento pero este lago, siempre será testigo de dos chicos que tenían todas las probabilidades en su contra, pero lo lograron.

“Confía en el proceso” dijo Diego una vez.

Lo hice y el resultado fue el mejor.

 

FIN




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.