Iracundo Season I

(IV)


Después de algunos minutos de salir directo al colegio. Justo en una parte del patio, ya había terminado de echar toda la ropa a lavarse, sólo faltaba que vallara a la habitación de Vernun a ver a ese perro o rato que tenía escondido en cualquier parte posible para que no lo viera, no se lo creía que estaba una niña durmiendo con él. Aunque en el momento que salió al patio a limpiar la ropa, no se había encontrado con la niña en ese entonces, además aprovechando que estaría haciendo una de las suyas, cerró con candado el armario con todas las herramientas de jardinería. Una tener solo la llave para que no intentará, además que el candado que le había colocado para cerrarlo sin que ella lo pudiera abrir por la fuerza, era uno que le costó un poco en comprarlo, pero servir a por un tiempo hasta que dejará esa manía de querer lastimarse. Con una seguridad en sólo esa parte donde nadie la viera hacerlo, la colocaba un poco mas tranquila con lo que hacía por ella, más rato de ver primero a la mascota que tenia en su habitación, una a buscar a esa niña para poderla llevar a un consultorio que no estaba tan lejos de aquí. 

Cuando subía a las escaleras, y con unos pasos para llegar hacia si habitación. Justo al abrirla, estaba con seguro desde adentro, no podía abrirla para ver lo que tenia adentro, con suerte tenia la llave de esta habitación para poderla abrir sin ningún problema. Sólo con colocar en la cerradura, la abrió sin ningún problema, ahí podía entrará desde luego a la habitación de Vernun, pero en el momento que pudo abrirla y entrar, se había encontrado con una sorpresa que no pensaba tener en cuenta a Vernun, ahora no era necesario ir a buscar a la niña después de todo.  

Justo en la cama que dormía, estaba ella durmiendo aun con la tapa cubriéndola, además con un peluche que estaba abrazando fuertemente mientras ella durmiera plácidamente, como si estuviera soñando algo muy pacífico y agradable. Con eso es que quería decir él cuando se fue directo a su habitación, sobre todo que encontró igual en su velador el desayuno que había tomado hace poco tiempo, le había traído lo que estaba quedando para ella, no pensaba que estuviera en su habitación todo el tiempo que paso. Tenía que hablar con él cuando llegará del colegio, tenía que hablar seriamente sobre la niña que durmió con el, aunque pensándolo de otra manera, nunca había dormido en una cama decente desde que llego hace tres meses. Pudo ser que le entró algo de lástima y la llevo justo cuando estaba durmiendo en el jardín, la miraba como es que estaba durmiendo tranquilamente, es la primera vez que dormía en algo tan cómodo y sobre todo que en el lugar donde vino no la dejaban, ya era hora que pudiera despertar. Pero no quería que despertarla con tal que la estaba pasando, se veía tan adorable mientras soñaba, completamente tranquila y pasiva, como nunca haber tenido un descanso tan placentero que tuvo. 

Ya teniendo en cuenta en donde estuvo todo este tiempo. Empezó a despertarla para  que pudiera tomarse el desayuno que le había dejado Vernun, intentaba moverla un poco para que pudiera abrir sus ojos, y justo que estaba ya abriendo poco a poco los ojos, se veía en su mirada un poco mas viva que antes. Ya no tenia esa mirada tan vacía y muerta que tenia desde ayer, ahora se podía ver un poco más mejor en su estado, aunque de pronto no se diría lo mismo. 

Astrid: buenos días, ¿dormiste bien? 

Niña: (¡!)… (¿?) 

De ver en donde estaba ella, se quedó confundida en el lugar donde quedó a dormir, no sabia exactamente cuando había llegado hasta esta habitación, y sobre todo poder darse ni cuenta como es que pudo llegar a dormir tan tranquila. 

Astrid: si te preguntas en donde estas. Es la habitación de Vernun, te trajo cuando estaba dormida, parecías un ángel durmiendo en la cama. 

Niña: (…) 

De pronto se había enojado al oír de la persona que lo había traído, ya estaba a punto de darle un golpe para que no lo volviera hacer, estaba harta de que se meta en los asuntos de otras personas, y menos con esa ingenuidad que tenia como si característica que conocía. 

Astrid: no te pongas así. Te dejo el desayuno para ti, sabía que tendrías hambre después de dormir de ese modo. 

Niña: (…) 

No quería nada que él le hubiera dejado cuando estaba durmiendo, solo quería estar afuera para poder despejar un poco la mente por esas cosas que le hizo, ya estaba hasta a un paso para enfurecerse. 

Astrid: ¿A dónde crees que vas? 

Niña: (…) 

Le empezó a gruñirle por el enojo que ella estaba teniendo justa ahora, pero Astrid no toledana que se comportará así con ella, y justo ahora que estaba bien tranquila mientras estaba durmiendo, era una cosa que no soportaba de ella. Cuando se bajó de la cama y directo se fue a la puerta de la habitación, justo la detuvo colocando la mano en la entrada, bloqueando el paso para que no se fuera con esa mirada de enojo y de insatisfacción, ya igual estaba enojada por la forma que le contesto, ya estaba al borde no soportar el comportamiento que tiene cada día con ella. 

Astrid: deja de seguir con esto. Ahora ve y come lo que te dejo, y no lo desperdicies… ¿entendido? 

Niña: (¡…!) 

Le grupo aun más fuerte para que la dejara de molestar, y justo donde que le tapaba le paso, le dio un manotazo para que le dejará pasar en el brazo, fue la gota que colmo el vaso. Tras hacer algo tan atrevido para ella, el enojo se le fue de sus cabales, y le dio una bofetada muy fuerte en la mejilla de ella, que hizo que se cayera al suelo con la mejilla marcada en ella. Con dejarla en el suelo con la mejilla roja por la bofetada, hizo lo que ella quería hacer, le tomo de la mano y la llevo al lugar donde ella quería estar, tirándola del brazo fuertemente hasta que llegar a la puerta del patio. Al llegar hacia ella, abrió la puerta y ahí la dejo afuera para que reflexionaba lo que había hecho, ya le tenía harta la actitud que tenia ante los demás niños, ya esa bofetada fue por la rabia que le tenía a ella, y con lo que hizo fue el colmo que esa mano el diera fuerte para que aprendiera la lección. 

Astrid: ya estas afuera, ¿no es eso lo que querías?... ¿si haces eso de nuevo? O más, ¿si veo que le haces algo a Vernun cuando llegue? No es toda esa fuerza que te eh dado. 

Niña: (…) 

Aún seguía mirando la con esa mirada enojada después de que le diera esa bofetada. Con ver esa mirada de nuevo, le cerró la puerta de un portazo, y ahí la dejo, el único lugar que quería estar sola, sin que nadie la molestara o que le dijeran algo. Lo cual era bueno para ella, ya que no quería que nadie le molestara, y que otra persona se meta en sus asuntos como ese niño que ya le estaba colmando la paciencia. Después de que la dejará afuera, se fue hacer lo que debía hacer, aunque ahora estaba preocupada por lo que iba hacer esa niña, cuando llegará Vernun, debía hablar muy seriamente sobre ella, y también que no a junte más con ella por su bien. 

Con Astrid haciendo otra cosa. Ella se quedó sola y es lo único que le importaba, se quedó sentada aun lado apartado de la puerta, intentando despejar su mente con lo que paso, y también poder recuperarse de la bofetada que le había dado. Con un tiempo que sólo quería, era suficiente para que no pensará en lo que había pasado y lo que paso antes de ello, pero no podía creer lo que hizo ese niño con ella, nadie le había pedido su ayuda. Fue muy atrevido lo que había hecho, nunca tuvo que pasar por esta cosa, primero fue del estofado y ahora esto, estaba muy enojada de el que ya estaba a punto de darle una paliza para que la dejará tranquila por fin. Si lo volvía hacer, ya le esperaba mucho de ella cuando volviera de la escuela, ya tenía el puño derecho ya desesperado para poder desquitarme con el de una buena vez, pero su otro puño no estaba igual. 

En la mano izquierda sentía otra cosa, no era odio que tenia la otra mano, más bien se sintió bastante bien cuando pudo dormir en una cama tan cómoda que le mismo suelo, nunca lo había sentido así. Por mucho tiempo no había durmiendo tan cómoda y de esa forma tan tranquila, le agradó bastante que pudiera sentir esta sensación tan inusual en ella, pero tampoco era para tanto, eran cosas tan simples que no era tanto que le importará bastante. Sin embargo, nunca pensó que ha alguien le importará para que la llevará a dormir con el, incluso Astrid se dio cuenta de como es que dormía en su habitación, en su propia cama tan cómoda. Aún sentía rabia por lo que ha hecho, pero en una parte pequeña, no era rabia, si no lo contrario a ello, algo que no sentía cuando le enseñaron todo lo que le causo muchas pesadillas. 

Con esa pensamiento que le estaba consolidando de a poco. En la escuela en que estaba Vernun, estaba pasando por una parte no tan bueno lo que parecía, sabía lo que iba esperar en la escuela, pero no tan deprisa que no se dio cuenta de ello… 

En la escuela en que estaba Vernun, era aquel que tenia una buena educación en la ciudad, se llamaba Santa Cecilio, era una buena escuela donde puede terminar igual tu enseñanza básica y también de la media. Te preparan para poder ir a la Universidad, pero más que eso, te enseñan materias muy intensas pero igual sencillas para que cada uno comience en lo más fácil hasta lo más estricto para los alumnos, pero los que no vienen ha aprender. Son los que hace a otros que no tienen lo necesario para tener una vida preferible, los niños que se han quedado repitiendo año tras otro, son los que ahora debía lidiar para poder estar tranquilo y poder seguir aprendiendo, al igual que todos sus amigos del orfanato y para él mismo, aunque no es nada sencillo cuando es un grupo entero con jóvenes más grandes que tu. Los profesores no pueden hacer nada contra ellos, con tantos castigos que le hacen no sirven para nada, aunque lo expulsen tampoco serviría de nada, ya que la última vez que expulsaron a un alumno por dejar muy mal herido a un alumno de su mismo curso, regresó y casi incendia la sala de música. Aunque hagan algo para arreglarlo, sólo echaran más leña al fuego que se causó para ellos mismos, ya han pasado más de muchas desgracias en los profesores y también a los alumnos, muchos niños no pudieron recuperarse después de ello. 
 




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