Iracundo Season I

(V)


Cuando el auto bus estaba en marcha, directo al colegio en donde estudiaba él y sus amigos del orfanato. En el mismo auto bus, estaba un amigo suyo que era muy agradable, era un curso mayor a la que el estaba, no era igual que los otros niños de cursos más altos que habían. Era un chico enorme, más grande que todos los niños del auto bus, era ancho como si fuera un luchador en que hay en la televisiones de deportes, llevaba un gorro negro que tenia el nombre favorito que era el Basquetbol. Iba con su uniforme que todos, era de ojos negros y con una cabellera de color castaño, era moreno y con una gran reputación en las deporte, era el líder entero de un equipo que había ganado mas de 3 campeonatos, su nombre era Mateo. 

Mateo que uno de los amigos que tenia en su escuela. Era una persona muy respetada y agradable, siempre le caía bien a todos y a veces tenia que lidiar igual con los otros que abusaban de los más débiles, iba en segundo medio con una educación bastante desarrollados y con buenos calificaciones en las materias, el año pasado fue el alumno favorito del curso. Ahí se encontraba sentado viendo por la ventana, al fijarse que estaba abordo en el bus, ya le estaba avisando en que asiento estaba el, le gustaba que Vernun le contará algunas cosas de su vida, incluso en secreto de algo que estaba entre ellos dos. Casi siempre hablan de ello, aunque igual le pregunta como la estaba pasando en el orfanato, igualmente le preguntaba lo mismo, ya que alguien tan genial como el, tiene casi una vida perfecta, o lo que iba ser muy pronto. 

Cuando llego desde su asiento, ya estaba más tranquilo sabiendo que le lo había cuidar, siempre tenia que estar a su lado para que pudiera pasar por esos brabucones que a veces estaban en la entrada, al igual que los otros del orfanato le pedían su ayuda para estar más seguros, ya iba cumplir 3 años que le ayudo todo este tiempo. Aún no tenían pensando que harían cuando se vallara de la escuela, buscaban la forma de poderle recompensarle por todo lo que había hecho por ellos, aunque siendo así el modo, tal vez no falte que le hagan algo por todo su esfuerzo, siempre estuvo bien con algunos amigos a su lado. 

Mateo: que onda Vernun. Pensaba que estarías un poco nervioso de poder volver. 

Vernun: igual pensaba lo mismo, ya puedo salir aunque igual tengo que ir al consultorio para que me inspeccionen una cosa de la cabeza. 

Mateo: siempre es sobre la cabeza. ¿no lo tendrás roto con tantas palizas que te dan? 

Vernun: sabes que no puedo dejarlos solos, igual me necesitan de mi ayuda. 

Mateo: pero de todos modos, tenemos que dejarlos en paz. La otra vez que les hicimos frente los dos, nos dieron una paliza enorme, además que los superaba el número. 

Vernun: yo fui quien empezó la reyerta. Tu no tenías que haberme defendido. 

Mateo: ¿Qué es lo que dices? Igual tengo mis motivos para encararle la cara a esos idiotas, sobre todo que eres mi amigo y no quiero que este más perjudicado cada día. 

Vernun: te lo agradezco. 

Mateo: y dime, ¿a que hora será su revisión? Siempre empiezan a la tarde y las noches, por lo cual es muy común los doctores en estos días. 

Vernun: será a las 5:30 pm, ¿Por qué lo preguntas? 

Mateo: bueno, si tienes tiempo, me puedes hacer un favor. 

Vernun: … ¿otra carta? 

Mateo: sólo espero que lo haya leído, es todo. 

Vernun: te hará feliz que si le gustó ese poema. 

Mateo: ¿de verdad?  

Vernun: si, aunque digamos que es mejor que la otra. Te tuve que arreglar algunas comas y la ortografía. 

Mateo: ella quiere los poemas que se traten de alegría y pasión, y para mi no es nada conveniente. 

Vernun: ¿y porque sigues haciéndolo cuando esa cosas no te va tan bien? 

Mateo: es como tirar con un solo balón al arco que está en pleno movimiento, y sólo tienes una oportunidad para poder dar al aro. Si fallas, es obvio que no sirvió de nada. 

Vernun: … ¿y si yo los hago y tu solamente se los entregas? 

Mateo: no sería lo mismo que viniera de ti, además que se daría cuenta del modo que haces los poemas. 

Vernun: pero es lo que te queda, ¿o tu que piensas? 

Mateo: lo pensaré. 

Vernun: (…) 

El secreto que tenia entre ellos, es que a una chica del orfanato en que estaba Vernun, era de la misma edad que tenia Mateo. Era muy linda y bastante honesta, apasionada al tocar violín con una tonada bastante sofisticada y de forma aguda y a la vez grave, era compositora de canciones, la primera vez que pudo ver una tocando con su violín, era en un concurso de música que habían hecho en la escuela. Desde ese entonces estaba intentar atraer su atención para que se fijará en el, lo único que podía hacer, era escribir poemas que consistía en la pasión y alegría que con llevaba a grandes satisfacciones de la vida, sobre todo en algunas partes que se quería expresar para ella. Sin embargo, era complicado la forma y el estilo que tenia que tener cada poema que hacía por ella, era diferente los nervios cuando juega Basquetbol, intentaba que nada saliera con fallas, pero casi siempre tenia que depender de Vernun para poder arreglárselo y que suene un poco más bien a lo que quería decir de ella. 

Después de algunos minutos de que llegarán a la escuela, ya estaban algunos de los matones en la salía vigilando al pasada, pero por lo menos estaba algunos inspectores que se aseguraban en cualquier momento una riña que pasa algunas veces, junto con Mateo. Vernun y los demás niños pudieron entrar sin ningún problema al colegio, completamente seguros que en una parte de allí adentro estuviera seguro, con un poco de suerte, no iba a tener ningún problema en poder entrar a sus salas. Justo en ese instante, se estaba despidiéndose Vernun y Mateo, que el ahora le tocaba deportes a la primera hora, tenía que estará siempre activó en esa clase para no perder el ritmo. Mientras que Vernun tenia que ir a su clase, ya que le tocaba una materia diferente a la que estaba el, justo en estos momentos le tocaba Ciencias naturales, de esa materia ya tenía la tarea hecha que había pedido hace algunos días que no estuvo aquí, con ayuda de un amigo que tenia en su curso. Estaba ya tranquilo y tener toda la materia lista para poder repasarla, aunque igual tenía que lidiar algunas cosas que no eran tan buena que se podrían decir a corta vista. 

Cuando empezaron las clases de cada curso, el suyo aun no había empezado. Mientras que todos de su curso estaban hablando aprovechando que el profesor aun no ha llegado a la clase, Vernun solo sacaba su cuaderno para hacer algunos poema para estar distraído hasta que llegará, había algunas ideas en el que le podía servir para poder ayuda a Mateo, también para que pudiera expresarse mientras lo hacía. Desde que llegó al orfanato, una persona le empezó a enseñar hacer poemas para poder expresarse, aunque la principio no fue sencillo hacerlo, ya que en esos años que aún tenia la herida abierta, costaba mucho que esas expresiones pudieran salir en un solo papel. Fue abrumador lo pesadumbre que pasó cuando pudo llegar, no siquiera podía fingir una sonrisa para que no tuvieran lástima por el, al poco tiempo lo pudo superar y poder seguir con su vida para un buen mayor para otros que lo acompañaban, pero aún le dolía su cicatriz… 

Con su curso intentando pasar el rato sin el profesor en la sala. Al rato, llego el paradocente quien tenia un comunicado por la ausencia del profesor de biología, le entró la curiosidad del porque no venía, y de ellos lo explicó muy brevemente sobre lo que paso. Lo que le empezó a explicar, algunos profesores no iban a venir por unos problemas de economía sobre la Constitución que se estaba aplacando este año, del cual hubo marcha por algunas partes de la ciudad, consistía en que muchos de esas marchas no eran tan benefactoras que se podían explicar a cierto punto. Aunque lo más probable, era reducir un poco la hora de cada clases y salí mas temprano hasta que se calmara un poco la situación en la que estaban, con suerte era algo temporal, de inmediato le iban a asignar a otro profesor para que le hiciera las clases para que no perdieran el tiempo con cosas triviales. 

Con la expresión del curso de oír la noticia del profesor, y saber que le asignaron a otro que los enseñen, sus rostros no quedaron satisfechos como se le notaba a simple vista. Excepto a el, que no lo importaba de que hacían clases si o no, por si que no la cancelaron por algo tan importante como eso, tenían que estar activo para que pudiera tener sus calificaciones en orden, además que el trabajo que había hecho no sería en vano. 

Mientras hacia lo demás de sus poemas para no perder el ritmo que tenia. El amigo que tenia en su curso, y que también el ayudo en la información de las otras clases que se había perdido, estaba con el al lado de su asiendo como su compañero de banco, era quien usaba lentes y que tenia un chaleco de polar de color café. Su nombre era Arthur, tenía una año menos que el, pero tenía un coeficiente intelectual bastante desarrollado que siempre el iban bien en los exámenes más complicados que les hacían, era una buena persona y también un buen amigo. Aunque si a veces esta más metido en los libros de química que a veces lo ve haciendo algunos experimentos en el laboratorio, siempre rodaba la forma de estar allí sin que los otro se dieran cuenta, escabullirse y sin que nadie se de cuenta era una de sus cualidades mas eficaces, a parte de tener un cerebro muy inverosímil. 

Tenía una personalidad muy humilde. Además que tiene el pelo negro y largo, un poco parecido a uno hippie, era muy bueno en lo que hacia. La primera vez que lo vio llegar a la escuela hace algunos años, le pareció divertido en la forma que destacaba como un hippie, aunque no lo era en verdad, pero al conocerlo mejor. Se dio cuenta que era la forma y el estilo que le quería estar, a pesar de que los otros lo vieran como una persona amante de la paz. 

Arthur: ¿Qué tal, Vernun? Haciendo lo tuyo. 

Vernun: Hola Arthur, ¿Cómo te va con lo químico? La otra vez que por poco explotan el laboratorio. 

Arthur: no soy tan un científico loco, y la otra vez fue por que alguien entro y se mando las muestras. 

Vernun: a veces esos tipos entran y se roban algunas cosas para hacer cualquier acción que les este presente. 

Arthur: esta semana no tuve tiempo, ni siquiera para seguir aprendiendo con la profe de química. 

Vernun: ¿Qué no había enfermado? 

Arthur: ya esta mejor, eso supongo. Su temperatura estaba en los 35 grados Celsius, en una temperatura normal, aunque si tocio entre las 10:34 am hasta las 15:19 pm, y también su ojo izquierdo estaba más irritado que el otro por una infección no tan grave. 

Vernun: Guau, ¿y todo eso que dedujiste con solo de verla hoy? 

Arthur: la vi cuando estaba entregando un trabajo. Le recomendé algunas pastillas para la cabeza, y unos antibióticos para lo que seguía de esa etapa. 

Vernun : te digo que podrías ser un gran doctor, no más digo. 

Arthur: sabes que quiero ser científico, aunque doctor no suena tan mal. 

Vernun: pues puedes. Tienes todo lo que necesitas, podrías ser el primer doctor de esa edad, podrías ser famoso en cualquier rato. 

Arthur: esos son sueños infantiles, siendo decirlo pero sin verdad. Lo único que puedo hacer es pasar de curso e intentar salir con la gran calificación que a puede a para postular en la universidad. 

Vernun: no es muy apresurado ir a otro nivel. 

Arthur: estamos madurando, muy pronto iremos allá para seguir con nuestras vidas. 

Vernun: bueno, es decir, apenas estamos en Octavo, aún falta para que podamos ir. 

Arthur: no hay nada imposible si lo intentas. Y ¿Cómo te va con lo de ser poeta? ¿Cuántos poemas llevas hecho? 

Vernun: no muchos. A veces me cuesta y no tengo muchas inspiración, sólo lo hago por un favor a un amigo. 

Arthur: hablas de Mateo, ¿cierto? 

Vernun: ese mismo, aún no se rinde con ella. 

Arthur: tiene posibilidades. De que lo deje plantado eso si, lo más probable. 

Vernun: no seas tan malo. 

Arthur: es broma, cualquier chica de enamoraría de el , aunque no se porque ella no lo contesta. 

Vernun: … eso es cierto. Por cierto, hablando de ese tema particular, ¿puedes darme un consejo? Sabes que eres bueno para hacerlo. 

Arthur: ¿Cuál? Acaso tienes lo mismo que Mateo, eso no es algo nuevo que digamos. 

Vernun: pues no es lo que digamos. ¿Qué harías si una niña está muy enojada, y quieres que no lo este? Y tal vez… ¿no te maté cuando te vea? 

Arthur: no me digas que hiciste hacer enojar a una. 

Vernun: no es algo que se explique con palabras, Jajaja… 

Arthur: pues… intenta recompensarlo con algo que les guste a las chicas. 

Vernun: exacta, ¿Qué? 

Arthur: una flor, un dulce, o un poema, cosas típicas. 

Vernun: ¿crees que funcione? 

Arthur: en ti, serían como un 47% de que funcione. 

Vernun: ¿y el 53%? 

Arthur: que yo todos los que conoces estén en tu funeral. 

Vernun: (…) 

Arthur: va funcionar, confía en ti, además que tienes una suerte que nadie tiene. 

Vernun: lo intentaré, gracias Arthur. 

Ya temía que al despertar ella, sabía exactamente lo que le haría por haber invadido su espacio y privacidad, además de que durmió con ella, pues era peor lo que estaba pensando. Sin esas cosas que le dijo para que pudiera salir de esta, tal vez cepa si existe el cielo, siempre tiene suerte en estas situaciones en que es implicado su vida, pero tal vez no sea de buen modo que esa suerte se le termine muy pronto. Ahora mismo sólo pensaba en lo que le iba hacer, y el modo de que podía hacer para que no la matara de una forma muy horrible, que hoy tenga la suerte que necesita…  
 




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