Iracundo Season I

(VI)


Cuando el día de clases pasaba muy pronto lo que pensaba, y algunas marchas estaban comenzando en la parte central de la ciudad, ya la escuela empezó a dejar salir a los niños para que vallaran a sus casas a estar seguro, con suerte pudieron hacer que el Liceo no dejará de hacer clases. Con suerte, ninguno de los matones no hicieron lo suyo allí adentro, ni siquiera le hizo tanta molestia de dejarlos tranquilo por uno de estos días, aunque si era bastante peligroso de que esa forma en la que están organizando no era tan predecible como lo parecía en la cierta vista de los otros niños, afuera de la escuela de notaba el aire tenso y un presentimiento de algo iba pasar en cualquier momento, se notaba cuando en la hora de salida estaban todos usando todos sus sentidos para irse corriendo a todo pulmón a sus casas. 

En ese instante que salían todos. Ahí estaba Vernun con Mateo caminando directo al orfanato, el bus iba llegar tarde y no tenía tiempo para estar en una marcha que no lleva a nada, sobre todo que en el camino habían pandillas que estaban agrupándose en varios sectores de la ciudad, en la que estaban eran pocos los que estaban, pero se trataban de unas que son más peligrosos que las otras, de ellos se tenían ciudad más que la cuenta. Con suerte, estaban a tiempo para que esas disturbios iban a empezar, además que vivan en sector que es lo más tranquilo que los otros, aunque ahora había alguien que estaba peligrando en estos momentos, y no sabe si esto iba a funcionar de cualquier modo. 

Mateo se preguntaba del porque de ese modo de caminar, estaba un poco nervioso cuando había salido del liceo, le parecía inusual en el, tal vez se trataba de algo del que el consultorio tenían algo para el hoy. No se lo quiso preguntar cuando escucho de lo que dijo Arthur en la salida, era algo en secreto de que andará como si estuviera encima un montón de hormigas recorriendo todo su cuerpo, en fin de cuenta, si le iba preguntar sobre ello, tal vez le daría más tensión en lo que le estaba pasando por la cabeza. 

Cuando había llegado ya al orfanato, se iban despedido rápidamente para que no tuviera retraso en llegar a la casa antes de que empezará esto. Tras despedirse he ir a otro camino directo a su hogar, Vernun estaba ya con un poco a miedo en lo que le iba hacer, ya tenía algo para que le callara su sed de sangre, aunque se espera la mirada de enojo que le iba a poner. Desde ayer que estaba con ella después de la cena, no estaba tan tranquila cuando le estaba mostrando uno de sus juguetes y cosas, esa mirada sin alma que tenía no le gustaba a nadie, esperaba de que esto le haga cambiar de opinión. 

Mientras que dirigía a la puerta y la abría con mucho cuidado para que nadie se dará cuenta que volvía de regreso, con suerte los otros habían llegado antes que el para que no darán tanta sospecha de que llegaba, además que no se diera cuenta, no sabe si aún seguirá en su habitación o habrá salido de allí. Con suerte, podría que hubiera salido y no habrá nadie adentro, aunque Astrid pudiera que estuviera en su habitación, pero hoy le tocaba igual salir por un tiempo a hacer algunas cosas en particular, también tenía hora del doctor para que si habría hoy por esas marchas. 

Cuando subía lentamente a las escaleras hasta el segundo piso, llegando allí, se dirigió con cuidado a su habitación. Abrió con cuidado la puerta y del tirón entró para que nadie lo viera en ese instante, con las cosas como van hasta ahora, tuvo suerte de que no estará aquí, por lo tanto no iba servir el consejo que le dio Arthur. Aunque tenia una corazonada de que estaría afuera, sentada en una parte donde nadie la quisiera molestar, es una característica que se le notaba en ella, pero pensaba que la estatua esperando para desquitarse con el mientras que Astrid estaba afuera, era un método bastante efectivo. 

Cuando por fin podía estar un poco tranquilo en su habitación, dejando las cosas aún lado por un rato y estirar un poco mas piernas por unas cuántas horas, intentaba descansar un poco para poder seguir haciendo sus cosas. Sin embargo, la poder cerrar un poco lo ojos, de pronto al abrirlos, estaba ella viendo como lo hacia, con una mirada que da esta a miedo de tan sólo verla de ese humor. Se asustó con verla de ese mal humor al que estaba pasando, no pensaba de así de enojada estaría, y sobre todo donde exactamente había parecido, no había nadie cuando había entrado a la habitación, incluso reviso antes que no estaría escondida. Se preguntaba en el poco tiempo de vida, como es que pudo aparecer de esa manera, y también de mal la podría haber dejado al hacerlo, ahora mismo creo que la suerte no le iba salvar de lo que iba a venir. 

Vernun: Hola, ¿Cómo estas?... 

Niña: (…) 

Aun le seguía mirando de esa mirada tan furiosa que tenia, además una en la que imparte mucho miedo a un niño, intento bajarse de la cama para que en el momento que tuviera una oportunidad, escapara por la puerta para que no le hiciera ningún daño, aunque eso se ponía aun mas complicado. Cuando lo hacia de manera tranquila y pasiva, ella seguía mirando lo, fijamente como es que se bajaba y se dirigía a la puerta, pero lo que no sabe, es que al llegar justamente a la puerta donde iba planear su escape, la había cerrado con seguro para que no lo intentara. Y como lo dedujo, intento abrir la puerta para que pudiera escapar, no tuvo que hacer para detenerlo, se había adelantado a su jugada, con solo cerrando desde afuera no pudiera abrirla aunque le quitará el seguro desde dentro. 

Con solo tenerlo sin ningún otro remedio para escapar, sólo se paró al frente e intentado ver su rostro aunque era algo imposible con esa mirada mirándolo constantemente, no se le podía hacer nada y la única forma para que se calmara, era intentar hacer lo que le contó Arthur sobre ello, pero el fallar era muy grande.  

Cuando estaba al frente suyo, con los puños listos para poder desquitarse de él por fin, se acercó lentamente para darle tiempo para prepararse, de forma que aproveche sus últimos segundos de verse en el espejo y después quede con un montón de moretones en la cara. Con el poco tiempo que le dio, metió su mano en el bolsillo derecho para tenerlo listo para usarlo, pero ella se apresuró y se acercó más, colocando su mano izquierda contra la pared, con la mirada cambiada y de modo como parecido a la de un asesina. Teniendo su mano derecha lista para darle de lleno en rostro y los otros más en el cuerpo para verlo estremecerse en el suelo, y en el último segundo que le quedo, fue rápido en sacar lo único que podría salvarle de que le dará una paliza, ella se sorprendió al verlo. 

Vernun: esto es para ti… 

En su mano, era una barra de chocolate que había comprado en la escuela cuando estaba partiendo de allí. Ella solamente lo vio y saco su mano que estaba apoyada en la pared, al ver el objeto que le había traído, estaba un poco confundida y desertada, ni siquiera sabia que es lo que era en verdad. Lo empezó a mirar fijamente, ni siquiera sabia que es lo que iba hacer con un envoltorio de ese tamaño, decía su nombre y todo, pero no sabía que es lo que se trataba. 

Vernun: es una barra de chocolate. ¿no sabes que son? 

Niña: (no) 

Vernun: esto es dulce para comer, te lo traje para ver si te gustaba. Aunque creo que no podrías comértelo, lo que dijo Astrid ayer de que estabas enferma… espero que esto no te haga nada. 

Lo desenvolvió por ella para que lo pudiera probar, con solo ver lo que era, me pensaba que le traería algo para ella, estaba pensando que no era eso lo que iba usar para defenderse. Con el envoltorio sacado, le paso en sus manos para que lo pudiera probar, sólo lo empezó a ver fijamente, su mirada cambió al acercarlo y olerlo, le agradó de inmediato el aroma que tenia este dulce. Con saber más de su sabor, mordisqueo una parte pequeña del orificio, y desde luego su rostro cambio drásticamente, era el mismo rostro cuando probó el estofado del otro día. Era bastante rico, le hacia feliz su lengua con solo saborearlo como era su sabor, era bastante dulce y no pareciera que le están haciendo ningún daño en ella, sus mejillas se enrojecieron cuando la primera mordida le causo alusión al saborearlo. 

Vernun: ¿te gustaron, no? 

Niña: … (si) 

Vernun: pues… tengo algunas en la mochila, ¿si quieres? 

Niña: … (si) 

Entonces solo siguió a Vernun hasta su mochila, se sentó en el suelo con la barra comiéndola suavemente, aprovechando que aún quedaba mucho y no desperdiciarlo completamente. Al verla sentada en el suelo, le dijo que se subiera a la cama que estuviera un poco más cómoda, pero viendo que estaba bien con su barra, pues la dejo que lo disfrutará todo el rato. Mientras que igual sacaba uno para él, y otros dos si ella quería otro después, era adorable como es que lo disfrutaba, igual cuando comió el estofado y cuando durmió en la cama. Pero para que estuviera bien el suelo, le paso un almohadón para que pudiera estar un poco cómoda sentada, incluso abrió el suyo y la acompaño con el suyo, ya estaba a punto de acabárselo con lo rápido que empezó al querer mas de un pequeño mordisco. 

Vernun: ¿quieres otro más?  

Niña: (si) 

Le abrió otro y le dio para que pudiera comérselo con más calma, ya si mirada de permaneció un poco más viva,  Con lo que estaba disfrutando, tal vez se halla olvidado de darle una tunda por haber dormido con ella. Incluso se preguntaba por la forma que disfrutaba, no era mentira que nunca le habían dado de esto en la vida, desde que le mostró sus juguetes a ella, sólo permanecía sorprendida con la mirada vacía. Ni siquiera alguna reacción y algo que podría expresar sus emociones, sólo tenia esa mirada agresiva y vacía cuando alguien le molestaba, tenía sus razones aunque igual le daba pena por verla de ese modo, no quería verla de ese modo ahora  que estaba feliz y disfrutándolo, aunque eso no iba durar mucho tiempo. 

Vernun: ¿te sientes bien? 

Niña: (…) 

Vernun: ¿sabes hablar o algo parecido? 

Niña: (…) 

Le cambió el rostro lo que le estaba preguntando, volvió a esa mirada vacía que siempre andaba, y eso no quería que le pasará en ella. Entonces para que se distraiga y no ponga esa mirada, saco un cuaderno de su mochila y un lápiz para que con eso se podía hablar de forma escrita, así le será sencillo poder hablar sin usar aun su propias vocales, aunque no sabia si era muda o no, pero hasta entonces para distraerla lo que pueda. 

Vernun: ten, ahí puedes escribir lo que quieras transmitir. 

Niña: (¿?) 

Vernun: es como hablar con la boca, pero aquí tienes que escribir lo que quiere decir, ¿si no quieres hablar por ahí? Pues con esto puedes hacerlo, sólo si no puedes o quieras decir algo. 

Niña: (…) 

Con el cuaderno y lápiz, empezó a escribir en el cuaderno lo que quería decir, era rápida para poder escribir las palabras que quería decir, aunque la manera de escribir es bastante congruente. 

Vernun: ¿y que escribiste? 

Niña: “TONTO”. 

Vernun: uh… 

Lo había escrito con mayúsculas y de una forma muy dirigida a él, la primera palabra que es dirigida para el y la expresión que pudo cuando lo leyó, al menos es un comienzo para que ella pueda comunicarse a través por la escritura, aunque de un modo a otro, fue lo único que le vino en la mente. 

Vernun: bueno, ¿algo más que quieres decir?, ¿Qué te pareció el chocolate? 

Niña: (escribiendo)… “delicioso”. 

Vernun: bien, espero que lo hayas disfrutado. 

Con el cuaderno que tenia para comunicarse, será más sencillo entender lo que quiere decir, aunque si será difícil poderla distraer con una cosa tan trivial como esas preguntas, por lo menos no tenía de nuevo esa mirada vacía. 
 




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