Iracundo Season I

(IX)


Desde el día de ayer, después de que pudieran hacerse los exámenes y tener unos buenos resultados en el proceso, luego ella tuvo que dormir de nuevo en la habitación de Vernun por la única razón que la de ella estaba polvorienta y hace mucho tiempo que no lo usaba, por la razón de que siempre dormía a fuera o en otra parte del orfanato donde era más sombrío. No tuvo ningún problema en que durmiera con ella, aunque tuvo que dormir en el colchón viejo y ella en su cama, pero con suerte pudo dormir bien y no tener algún problema en acomodarse, y ella sólo estaba ahí tranquilamente dormida de una forma muy tierna. De la misma forma en aire estaba dormida ella la otra vez en que lo hicieron juntos, ahora no tenía que enojarse y algo que le de una cosa para que fuera una paliza por su atrevimiento, ya eran la hora en que tenía que irse a la escuela, nunca hubo marcha y la noche estuvo de lo más tranquila, se apaciguo las cosas en que cada uno estaba involucrado. Las clases estarán bien por un tiempo, y con las cosas listas y sólo tener que esperará el auto bus para irse directo a la escuela, fue hacia el comedor a desayunar y también llevarle algo para ella que comiera un poco, tenía que dormir lo suficiente como el doctor el recomendó, desde ahora tenia que estar al pendiente en que estuviera bien para la próxima revisión que seria dentro de un mes. 

Con el auto bus llegando, y tenerlo todo para irse con los niños a la escuela, le dejo el desayuno en el velador y de inmediato se fue a la escuela, dejando completamente durmiendo ella en su cama con lo bien que se veía haciéndolo. Al irse con lo bien en que estaba más cosas, y estar seguro en que Astrid estará cuidándola mientras que llegará, para que no se aburriera en el orfanato, le dejo antes de irse: su cuaderno a poemas y también un libro que tenía guardado en su estante para que la pase toda la tarde leyéndolo. 

Era un libro de casi 700 páginas, cada más de 5 historias extensas en que podría divertirse un rato, era que usaba para las pruebas que su profesora le hacia una pequeño recordatorio, sólo en algunas le había ido bien. Con eso tenia lo suficiente para que tuviera algo para entretenerse mientras que él no estuviera con ella, de esa forma podría aprender otras cosas que en vez de lo que tenia Vernun, o es lo que él pensaba para que estuviera distraída hasta que volviera de clases, no le molestaba mucho de que le pudiera enseñarle otras cosas. 

Al irse, dejándola durmiendo en la cama. Se fue a la escuela en el auto bus con su amigo Mateo quien estaba muy bien por la razón e que no ha pasado nada desde ayer, se podría decir que el ambiente se apaciguo y tal vez no pase nada hasta entonces, por ahora se tenia que aprovechar lo más posible de tiempo antes de que halla otra situación en que seria un problema. Mientras que se iba el auto bus con los niños del orfanato, por lo menos la mitad de básica, ella se quedó allí y pero de a poco se veía que estaba despertando, tal vez que era la hora en que despertaba a diario, sólo que la última vez sólo estaba cansada por la poca energía que tenia antes. Hoy en día, se veía que no llevaba la mirada muerta y un poco más de animo que las otras veces, pero de nuevo había parecido en la habitación de Vernun, esta vez no le molesto pero no pensaba que durmiera en esta cama que estaba mejor que la otra que permanecía en el suelo, estaba segura que él había pasado la noche en ella. Incluso le había dejado el desayuno en el velador que yacía a su lado, no le dejará de lado por la forma tan amable que siempre era con ella, entonces sin pensarlo dos veces en su decisión, tomo la caja de leche y el pan que estaba encima, y las empezó a comérselo. Una vez que se lo había terminado, se bajó de la cama y la empezó a ordenarla, dejándola como estaba y sin ninguna arrugación, por dejarla dormir en su cama era lo mejor que podía hacer. Y aún no terminaba, porque se fijó que al lado suyo, le dejo su cuaderno de poemas y también un libro nuevo que tenia guardado en su closet, era grande y con varias páginas que podía leer. Pensó muy bien para que entretuviese hasta que él llegará, pensaba en seguir leyendo sus poemas, pero era algo apresurado para ella, tomo la idea de leer algunas de los poemas del cuaderno, y comenzar a leer el libro que le había dejado  para que no se aburriera ningún segundo. 

Aprovechando de que afuera pasaba un ciento fresco y agradable, y con el solo también para animar más el día, fue con sus cosas a fuera y al salir de la habitación, se apresuró de manera ordenada para que pudiera buscar un lugar en donde podía hacer sus propias cosas. Al llegar al patio y colocarse justo debajo de una ventana donde venía un buen olor todos los días, comenzó en leer los poemas primero que contenía su cuaderno, se había quedado en una que le estaba dejando curiosidad a lo que quería transmitir, aunque hasta ahora sólo le dejaba una enigma no tan difícil pero indescifrable. 

“Muerte” 

Nacimos en un mundo de injusticias 
Donde la tristeza esta presente 
Donde el amor es escaso 
Y si lo hay ¿Dónde estará? 

En este mundo el fuerte sobrevive 
Y el tenas a de ganar 
Lo fácil se vuelve difícil 
A medidas que el tiempo pasa 
Tus hombros de vuelven pesados. 

Te quedas sin energías 
Te mueves más lento y triste es tu andar 
Tus memorias se van sin aviso 
Triste pero cierto ¿verdad? 

El día que llega tu ocasión 
Recuerdas en esos instantes los momentos 
En lo que la felicidad llenaba en tu corazón 
Tus ojos se cierran y descansan 
De este mundo de injusticia. 

El poema explicaba todo lo que en ella sabía, en esas oraciones le relataba el mundo en que conocíamos todos, o lo que ella vio cuando no podía ver la luz, por el frío que estaba todo lo que tocaba. Entre la muerte que hubo en su camino y lo que con llevo en muchas partes de su vida, no sabía ni siquiera vivir con esas cicatrices que ahora lleva marcadas en su cuerpo, una por cada una, de seguro es la razón de que se cortó la mano para desangrar por completo… 

Mientras que su mente intentaba en no pensará en otra cosa que marco mucho a en su interior en su vida tan efímera. Desde la puerta del patio, salió Astrid con algunas cosas que una a guardar en el closet, eran pocas cosas que llevaba y no era difícil poder de dejarlas sin que se lastime con las herramientas, tras ver la llave que tenia el closet para poder abrirla y meter las cosas en su lugar. Tenía una forma en poder entrar, pero luego intento que ese pensamiento no la cambiará de tema para poder seguir en lo que estaba haciendo, pero es frustrante en dejar una oportunidad así para cumplir su único objetivo, y tras terminar con su trabajo ella. Se dio la vuelta y vio a la niña sentada con el cuaderno de Vernun y también libro a su lado, no se suponía que estuviera aquí sentada tan temprano, además que la ultima vez seguía durmiendo, le dio un poco de curiosidad de lo que estaba haciendo. De ese pensar que tenía ella, decidió acompañarla un rato para ver lo que hacia, aunque ella no estaba tan de acuerdo en que Astrid este con ella un rato, pero tampoco noble molestaba en lo absoluto su compañía, pero siguiera con sus cosas como si no estuviera. 

Astrid: ¿Por qué estas aquí tan temprano? Con razón que no estabas en la habitación cuando te fui a ver.  

Niña: (…) 

Astrid: ahora me estas haciendo la ley del cielo. Supongo que estas enojada, y lo comprendo, yo tampoco estoy de bien humor cuando el maldito despertador me hace ese sonido que detesto. 

Niña: (…) 

Astrid: ese es el cuaderno de Vernun, te gustó sus poemas, ¿no? 

Niña: (…) 

Astrid: una vez me hizo. Estaba nervioso en su primera vez en hacer uno tan bonito, me lo hizo cuando yo estaba pasando lo mal en el pasado. 

Niña: (¿?) 

Le llamo la atención de que igual le había hecho un poema para ella, sobre todo en un día donde estaba mal, en la expresión que demostraba sus ojos y del modo en que no estaba mintiendo la respecto, se dio cuenta que hablaba la verdad. Pero no era algo que le importaba demasiado para ella, el día donde tuvo una gran pena que se iba, él le ayudo para que lo aceptará tal cual para poder seguir adelante, ahora tenia curiosidad cual fue esa pena… 

Astrid: ¿capture tu atención, no? 

Niña: (…) 

Astrid: comprendo que me odias por la otra vez, y por no dejar tu espacio cuando estabas pasando lo igual mal. Lo siento… 

Niña: (…) 

Astrid: no se cuántas veces me perdone contigo, a una seguirás de ese modo. Te pareces a mi cuando no quería nada de nadie, y es más cuando se metían en problemas personales, me enojaba todo el rato. Buscaba lugares donde no me vieran mis amigos, hasta mis propios padres. 

Niña: (¿?) 

Astrid: fue a los 16 años, era más apática que a nadie le agradaba de que fuera de ese modo, tan desconsiderada con los otros que me intentaba ayudar. Incluso una vez, me castigaron por haber ser tan atrevido con un madre y por haberla dado una bofetada, de seguro ahora piensas más mal de mí con esto que te estoy contando. 

Niña: (…) 

Astrid: … ¿no te agrada que este contigo? 

Niña: (escribiendo) “¿Por qué me cuentas eso?” 

Astrid: la verdad, quería desahogarme. Al igual que tu cuando estas pasando por una etapa de comprender tu dolor, era igual con el mío desde que ese instante, marcó un profundo dolor en mi vida. 

Niña: (escribiendo? “¿Qué fue?” 

Astrid: … cuando mi único odio que tuve, se convirtió en la peor tragedia que había tenido. La muerte de mi madre y mi hermana menor… 

Niña: (¿?) 

No comprendía porque algunas veces estaba triste y apenaba cuando veía una foto que estaba ubicado en una parte del living en donde estaba todos las decoraciones en los pared, y justo en una de ellas, había una foto que siempre sacaba en vez en cuando las verla y limpiar del polvo que siempre contenía cada mes, el único recuerdo de su familia que había tenido en su infancia… 
 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.