Iridescencia

Sipnosis

Era una noche fría en Reikiavik, capital de Islandia, Astrid una chica de 25 años se encontraba con su mejor amiga Ragna en un restaurante de la ciudad. Hablaban de temas triviales poniéndose al día de sus vidas ya que desde que ambas dejaron de estudiar para comenzar a trabajar tenían muy poco tiempo para verse.

- Entonces, como va tu vida de periodista. - le pregunta Ragna a la chica.
- Que te puedo decir, si no encuentro en las próximas 48 horas un buen artículo que publicar puedo perder mi trabajo.
- Quien se atrevería a despedir a la hija del mismísimo jefe de la Comisaría.
- Ragna, no puedo ir por ahí aprovechandome del trabajo y la posición de mis padres, lo que logré en la vida quiero hacerlo por mi misma. Mejor cuéntame de ti.
- Pues aún estoy disfrutando mi juventud, trabajo como secretaria en la empresa de un amigo de mi padre, espero encontrar ahí algún hombre rico con el cual casarme.
- Deberías ser más independiente.
- Valla - dijo una tercera persona al acercarse a la mesa. - Venía buscando una chica hermosa y me encontré con dos. - dijo el sujeto desconocido, Ragna no perdió oportunidad para coquetear pero a mí no me hizo ni un poquito de gracia.
- Hola guapo - dijo ella, pero el giro su mirada a mi, como un depredador cazando a su presa.
- Le ofrezco está cantidad por pasar la noche conmigo.
- que dices - replique de inmediato. - Ragna mejor vámonos.
- que dices ! No sabes quién es ? Es el famoso y exitoso empresario Rún Pétursson .
- pues quédate tu, yo me marcho. - me puse de pie para marcharme y el chico me tomo de la mano.
- la que me gusta eres tú - dijo mirándome desde su altura fijamente a los ojos.
- no sé atreva a volver a tocarme - dije soltandome y dándole a su vez una cachetada. Y luego me marche dejándo atrás a Ragna y ese engreído chico. Nada más salir del restaurant pedí un taxi para ir a casa. Mi hermosa casa, tan hermosa, grande y lujosa y tan fría y vacia. Mi familia había sufrido grandes daños, mi padre fue jefe de policía muchos años y ahora es coronel del ejército islandés, debía pasar demasiado tiempo en el trabajo y no podía estar con nosotros pero siempre ha Sido un buen padre. Por otro lado mi madre fue una famosa actriz en los años 80, es una mujer muy elegante y se mantiene bien a pesar de los años que ya han caído sobre ella, sus profesiones siempre chocaron pero nunca habían discutido tanto como en estos últimos años, al punto de que la convivencia en casa era insoportable. Mi hermano no era mal chico, pero no trabajaba, solo vivía arrecostado a nuestro padre, de fiesta en fiesta con sus amigos y llegaba muy ebrio a altas horas de la madrugada. Nada más entrar supe que el ambiente estaba tenso y yo no tenía ningunos ánimos de soportar sus problemas cuando yo también tenía los míos y no se los aventaba, trataba de resolverlos yo misma. Cada uno de mis padres estaba sentado en una punta de la mesa, mi hermano en la silla que quedaba cerca de mamá, me acerque hasta ellos y si un beso a cada uno, pero solo papá fue capaz de preguntar cómo había ido mi día. A veces pensaba que solo a él le importaba en realidad, mamá nunca me había demostrado afecto solo me importaba verse bien. Conversé con papá sobre el trabajo hasta que me despedí de todos fui a mi recámara. Mi habitación parecia una sección independiente de la casa, mamá había decorado toda la casa con colores blanco y dorado, no me gustaba para nada porque daba un ambiente monótono, triste y aburrido pero para ella eso era de la alta clase y mi habitación era demasiado bulgar. Las paredes tenían un tono celeste, el techo también y tenia pegatinas en el techo con los planetas, la luna y estrellas, que al apagar la luz ellas brillaban. Una cama enorme para mí delgado cuerpo, con sábanas blancas y azules y muchísimos cogines. Un vestidor gigante dónde tenía muchísima ropa y zapatos, todos de colores, negro, blanco y beich, algún que otro vestido de colores como rojo, azul, verde oscuro. Un balcón con vistas a las afueras de la casa donde me gustaba pararme todas las mañanas a beber un café mientras observaba el sol salir. Amaba las pequeñas cosas a pesar de tener algunas muy grandes. Dentro de la habitación tenía un cuarto de baño, con una tina enorme la cual puse a llenar con agua tibia para darme un buen baño y acostarme, el próximo dia sería interesante y agotador.
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A la mañana siguiente volví a ducharme, entre en mi vestidor para escoger una ropa adecuada, un vestido negro con mangas caídas y largo hasta mis rodillas me late io perfecto, ajustado al cuerpo dejando ver mis curvas muy provocativamente. Hacía bastante frío en estos días así que tome una chaqueta del mismo color y calce unos tacones altos de color rojo. Maquille mi rostro de forma muy sencilla y recogí mi largo cabello en una cola de caballo baja, casi en la nuca. Tome mi bolso y baje a desayunar para encontrarme con la cara larga de mis padres como todos los días, tome asiento en las sillas del medio para evitar controversias, bebi mi café y me fui al trabajo. Iba conduciendo despacio, era una mujer muy meticulosa y responsable pero en cuestiones de segundos un auto se cruzó de asenda provocando un choque, en el que quede inconsciente.

Capitulo Introductorio. Espero que les halla gustado lo suficiente como para continuar la lectura. No olviden dejar su voto, comentar y seguirme si la historia les gusta.



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En el texto hay: traiciones, amores, confusiones

Editado: 27.07.2023

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