Iridiscente.

Capítulo 4

Capítulo 4

Bajo las bandas de tus cabellos

tus ojos dicen arcanas rimas

y tus lucientes cejas sobre ellos,

fingen dos alas sobre dos simas...

 

Nocturno (Nervo), Amado Nervo.

 

 

Sábado por la mañana, llevo despierto solo quince minutos y Allie ya me está sacando de mis casillas. Ha estado repitiendo desde que bajé a desayunar –estoy contando solo el tiempo que llevo escuchándola– que quiere ir al río.

El río es la única atracción juvenil en este pueblo y, durante el verano, es el lugar más concurrido los fines de semana. Los chicos van a bañarse al río para aguantar las altas temperaturas y a pasar el rato con sus amigos. Mis amigos me invitaron a ir hoy, anoche se aparecieron por aquí para decirme que nos viéramos hoy en el río. Tal parece, las chicas más bonitas del pueblo van a estar presentes. Cuando Sam, uno de mis amigos, dijo eso último, me animé a ir, no por todas esas chicas, sino por Marinel.

Marinel, suspiro. Todavía cierro los ojos y soy capaz de ver sus ojos hermosos color turquesa. Todo en ella es hermoso y perfecto. ¿Cómo una mujer puede ser tan perfecta? Pensé que eso era imposible. Muchos dirán que su ceguera es un defecto, pero yo lo veo como una condición, ser ciega no la hace menos hermosa, al contrario, la hace más atractiva. Bueno, a mis ojos es más atractiva, no sé a los ojos de otros.

—Por favor, Logan, llévame contigo —ruega Allie por cuarta vez.

—Allie, puedes ir con una de tus amigas del colegio —gruño. No sé cuál es su empeño de ir conmigo.

—Pero yo quiero ir contigo —lloriquea.

¡Querido Dios! Allie algunas veces es peor que Summer.

—Te vas a aburrir, mis amigos y yo solo vamos a hablar de autos, motos, chicas y deportes, y ninguno de esos temas te agrada.

Allie hace un puchero.

—Me voy a mantener fuera de tu camino, lo prometo. —Me toma del brazo y tira de mi camiseta—. Y haré lo que quieras esta semana.

Esa es una propuesta interesante. ¿Vale la pena llevar a mi hermana conmigo al río y ella a cambio hará lo que yo quiera por una semana? Tuvo que empezar por ahí.

—¿Lo que yo quiera?

Ella asiente rápidamente.

—Lo que tú quieras.

Finjo pensármelo un poco más, que no crea que voy a ceder tan fácil.

—Déjame comer mi desayuno en paz y luego te doy una respuesta.

—¡Logan! —chilla de nuevo.

—Quiero comer mi desayuno en paz, Allie, y contigo parloteando, caminando de aquí para allá, no puedo.

Ella cierra la boca, obediente, y se sienta frente a mí.

¡Por fin!

Como en silencio bajo su atenta mirada. Quiero reñirla por eso, pero sé que logré mucho con que se callara. No voy a tentar a la suerte.

Una vez acabo mi desayuno, me levanto y dejo el plato en el fregadero.

—¿Ya me tienes una respuesta? —suelta apenas el plato toca el fregadero.

Respiro profundo antes de verla.

—Sí, Allie, ya tengo una respuesta.

—Bien —me sonríe—, ¿cuál es?

—Que si no estás lista en 10 minutos, te quedas.

Ella, chillando de la emoción, corre fuera de la cocina escaleras arriba.

Una vez está lista, partimos hacia el lago. Todo el camino se la pasa cantando todas las canciones de chicas que ponen en la radio. Ya me estoy arrepintiendo de haberla traído. Dejamos atrás el pueblo, adentrándonos al bosque por un camino de tierra bordeado de árboles.

Venir al bosque me gusta, pero, siendo sincero, no me gusta cuando hay un montón de gente allí y el bullicio no me deja apreciar el sonido de la naturaleza. Caminar en el bosque es mi pasatiempo favorito cuando estoy de vacaciones. Lo hago desde que tengo 15 años, es una actividad que me resulta relajante.

¿Ir al río con un montón más de gente?

No tanto.

Llegamos al final del camino y una fila de autos ocupa varios metros del camino. Allie toma su bolso del asiento trasero del auto y se baja, sonriendo.

Dios, por favor, no hagas que me arrepienta de haberla traído conmigo.

Andamos lo que resta del camino a pie. Hasta este lugar se puede llegar en auto, desde aquí hay que caminar unos diez minutos para llegar al río. Allie se la pasa parloteando sobre tonterías sin sentido y yo la ignoro. Hoy es una bola de energía insoportable. No es que los otros días no sea una bola de energía, es que este día es peor que otros. A medida que nos acercamos al río, el sonido de gritos, el chapotear y la música se hace más fuerte.

Lo primero que noto al salir de la línea de árboles es un tipo lanzarse de una gran roca al río. Cuando cae, los que ya están dentro del agua aplauden.



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En el texto hay: amor, amistad, discapacidad

Editado: 13.07.2022

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