Capítulo 30

Capítulo 30

“Mirábase al espejo; dulcemente

sonreía a su bella imagen lánguida,

y sus mudas lisonjas al espejo

con un beso dulcísimo pagaba...”

Rima LXXXVIII, Gustavo Adolfo Bécquer.

Suelto una carcajada, viendo a Sean hacer gestos detrás de Allie y Mario. Ambos están sentados en un tronco justo frente al nuestro, de espaldas a la gran fogata que encendieron hace una hora en medio del claro en el bosque. No tengo idea de qué hacen los dos en muestro grupo cuando siempre que salimos se separan para ir con sus amigos, pero hoy están aquí. Sean aseguró, en un momento en que los dos chicos se alejaron de nosotros para buscar bebidas, que solo quieren una excusa para estar juntos. Yo dije que era una idea estúpida, ya pasan tiempo juntos estando con sus amigos, sin embargo, los demás le dieron la razón a Sean, incluida Marinel.

Ahora están allí sentados, hablando en voz baja mientras nosotros tenemos una conversación ruidosa a su alrededor, con Sean detrás de ellos haciendo gestos de besos mientras intentamos no reír.

Yo no pude.

Mi hermana levanta la cabeza, mirándome con el ceño fruncido.

—¿Qué es tan gracioso? —increpa, luciendo entre molesta y curiosa

—Si estuvieras prestando atención, lo sabrías —refuto y ella pone los ojos en blanco.

—Idiota —murmura y río más fuerte que antes.

Marinel aprieta su agarre en torno a mi brazo y dejo en beso en su cabello.

—¿Qué hacemos mañana? —pregunta Laura—. Es mi día libre y aunque ustedes no sean del todo de mi agrado, no tengo más amigos.

—Gracias —dice Marinel, ofendida.

—Ya sabes que no refiero a ti.

—Ella está hablando de nosotros —agrego—. Laura siempre ha creído que somos unos orangutanes no pensantes.

—¿Miento? —pregunto Laura y mi hermana se echa a reír.

—No, no mientes —resopla entre risa y risa—. Todos los hombres de este pueblo son unos simios.

Mario se echa hacia atrás, mirando a Allie con la boca abierta.

—¿Y por qué nos ofendes de esa forma?

—¿Miento? —imita mi hermana a Laura.

—No, no mientes —concuerda Marinel riendo.

Bueno, ella vive con Mario, sabe bien si es un simio o no.

—No digas nada estúpido, Marinel —advierte Mario y Marinel ríe a carcajadas.

Es un sonido que me gusta.

—Buenas noches.

El silencio se hace entro mis amigos y yo al oír la voz que nos interrumpe. Cada cabeza se gira hacia ella y nadie parece contento con su presencia.

—¿Qué hace la tóxica aquí? —inquiere Laura y nadie responde.

Summer la ignora y se siente en el extremo contrario del tronco en que ella y Grand están sentados.

—No conozco a nadie más aquí, así que decidí sentarme con ustedes.

—Pues haz como que no conoces a nadie de este círculo y retírate —masculla Allie y Summer no le dirige no la mirada.

—¿Qué hacen?

—Divirtiéndonos hasta que llegaste —responde Laura. Summer la ignora.

Siento a Marinel temblar y paso un brazo sobre su hombro, acariciando su brazo. La presencia de Summer no augura nada bueno.

—¿Recuerdan esa vez que nos lanzamos desde lo alto de la cascada?

Sean empieza a contar anécdota tras anécdota, Bryce y Grand son los únicos que hablan con él, el resto está tenso. Allie está enfadada, no despega los ojos de Summer, y Laura parece preocupada por Marinel, cada dos por tres le lanza miradas para comprobarla. Yo intento hacer como que Summer no existe, pero es difícil, y me impide hablar porque estoy tan enojado que terminaré gritando.

Esto es una mierda.

◙◙◙

Marinel.

Laura se excusó para ir al auto de Grand a buscar su bolso. No sé qué puede necesitar de él en este momento pero no pregunto.

Sean continúa parloteando mientras mi hermano, Bryce, Allie y yo nos reímos de sus ocurrencias. Pero lo cierto es que todos estamos intentando ignorar que la ex novia de Logan esté sentada entre nosotros como nada. El ambiente se volvió pesado desde que ella llegó y aunque estamos tratando de pasar de ella, es imposible hacerlo.

Yo, que no puedo verla, estoy incómoda.

Bueno, creo que yo estoy más incómoda que todos, incluso que el mismo Logan. Fue por mi culpa que ellos terminaron y sé que ella se estaba volviendo alguien imposible mientras estaba con Logan, pero eso no me exenta de la culpa.

—Logan se está tardando con las bebidas, ¿cierto? —comenta Bryce y lo escucho ponerse de pie—. Iré a buscarlo.

—Yo voy por Laura —aviso y me levanto lento, con miedo a caerme.

—Te acompaño —dice Allie y un segundo después está a mi lado—. Necesito respirar aire puro.

—Estamos en medio del bosque —le recuerda mi hermano y no hace falta ver a Allie para saber que ha puesto mala cara cuando dice:

—Hay un peste en el ambiente y contaminó el lugar.

Tiro de ella antes de que diga algo más insultante.

—No te metas en problemas —murmuro cuando nos hemos alejado unos pasos.

—¡Oh, yo no soy la estoy en problemas! —gruñe—. ¿Cómo se le ocurre aparecer aquí y actuar como si nada? ¡Nadie le cree el teatro!

Río ante su arrebato.

—Ignora su presencia, es lo mejor.

—No será fácil —refunfuña al tiempo que alguien grita su nombre—. Es Rylie, una chica muy molesta de mi clase. —Se detiene—. ¿Me esperas un segundo? Veré qué quiere y regreso.

Asiento.

—Ve, aquí te espero.

Allie suelta mi brazo y se va, jurando que regresará en un segundo. No pasa mucho tiempo cuando escucho a alguien acercarse.

Me tenso en el momento en que un perfume desconocido me rodea.

No es Allie y no es alguien a quien quiera cerca.

—¿Te han dejado sola?

—Allie ya viene por mí.

La escucho reír, su tono una total burla.

—Que fastidio ha de ser no poder ir a cualquier lugar sin la necesidad de tener a alguien llevándote. —No respondo, estoy más ocupada regulando mi respiración y rogando que Allie regrese—. Aunque, pensándolo bien, ha de ser aún más fastidioso tener que llevarte de un lado a otro. No me gustaría ser la persona a tu cargo.