Isaac Newton

CAPITULO 2

Leonardo- Cara mia, ve y llama a Sebastian. Que vende tu mano. Pase lo que pase, no te detengas por nadie más.

Leonardo sostenía un cigarillo sin encender entre sus labios.

Leonardo- ...Supongo que no te lo dijeron aún. Eso que tienes ahí estimula a los de nuestra clase.

Su mirada se dirigió hacia la línea de sangre roja que brotaba fresca en mi mano... De vuelta en mi habitación, me cubrí la cabeza con las cobijas, abracé mi mano ahora vendada y temblé bajo la seguridad de las luces.

(...Los vampiros son reales...)

Ninguna cantidad de cobijas podía calmar el frío que sentía dentro. Ninguna luz podía alejar el mundo oculto de la noche con el que me había topado.

(Eso fue... horrible. Y sin embargo...)

--------------------------------------------------------------------------

Isaac- Q-qué he...? ...Oh... Dios...¡!

-----------------------------------------------------------------------

(Isaac parecía... asustado. ¿Asustado de sí mismo? ...¿Por qué?)

Más que el dolor del corte en mi palma, la profunda angustia en sus ojos se quedó conmigo, incluso cuando cerré los míos... No dormí esa noche...

(Ya es de mañana...)

No me había movido de la cama. Y no planeaba hacerlo solo porque el sol había salido. Justo entonces, escuché un golpe en la puerta.

Le Comte de Saint-Germain- Bonjour, MC. ¿Estás despierta?

(Esa voz... ¿Le Comte?)

Le Comte de Saint-Germain- Leonardo me contó lo de anoche. Lamento mucho que hayas tenido una experiencia tan aterradora.

Escuché la sinceridad en su disculpa; mi corazón se conmovió. Casi... porque ¿y si él también fuera un vampiro?

(No pude defenderme del primer vampiro. ¿Y si Le Comte también me ataca?)

Comte de Saint-Germain- Lo juro, prometo que estás a salvo conmigo, ma chérie.

MC- ...¿Cómo puedo confiar en ti?

Comte de Saint-Germain- Podrías abrir la puerta y verlo por ti misma. Me gustaría al menos terminar la explicación de anoche. ¿Sobre el desayuno?

(¿Qué opciones tengo? ¿Quedarme en esta habitación un mes? Eso no va a pasar.)

Y sí quería escuchar el resto de esa explicación prometida.

MC- Está bien. Voy a salir.

Sin mucho entusiasmo, me levanté de la cama y abrí la puerta... Le Comte me llevó al comedor, donde varios de los invitados de la cena anterior ya ocupaban sus asientos.

Vincent- Goedemorgen, MC. (Buenos días en holandés)

Dazai- MC-san, ¿tuviste una buena noche? ...Supongo que no, ¿verdad?

MC- ...Buenos días a todos.

A la luz del día, parecían humanos perfectamente ordinarios. Más reales, incluso, de lo que habían parecido anoche.

(Sigue siendo tan extraño pensar que todos son vampiros. No es que tengan colmillos o...)

Detrás de mí, la puerta se abrió.

Isaac- ¿El desayuno...?

(Oh, en efecto.)

Isaac también, parado torpemente en el umbral del comedor, me parecía perfectamente... humano...

Isaac- E-escucha...

Dio un paso vacilante hacia mí... Y las sensaciones despertaron en mi mente. Aliento cálido en mi cuello. Manos como acero aprisionándome, ¡impidiendo que me moviera! Colmillos a un pelo de mi garganta. Cuando abrió la boca de nuevo... los vi. Colmillos afilados. Los mismos de anoche. Jadeando ante las aterradoras visiones que asaltaban mi mente, retrocedí sobresaltado... Y sentí un punzante remordimiento. Él estaba en medio de una disculpa. Aun así, mi cuerpo no podía olvidar lo que había hecho. Isaac bajó la cabeza y entrelazó los dedos. Luego se dio la vuelta para irse.

Dazai- ¿Te vas sin desayunar? ¿No deberías comer algo?

Isaac- ...Lo llevaré a mi habitación. Nadie... debería tener que comer mientras estoy aquí...

Abrí la boca para hablar...

MC- Por favor, espera.

No debería sentirse excluido del comedor de su hogar. No así.

Isaac- ¿Qué?

MC- Es... no es nada...

Aunque quería decirlo, cuando lo miré, no pude encontrar las palabras. Isaac se fue, luciendo tan abatido como antes. Sebastian, empujando un carrito de desayuno cargado, pasó junto a él al entrar.

Sebastian- ¿Están todos sentados? Comamos algo entonces.

Le Comte renunció a sentarse a la cabecera de la mesa para ocupar el asiento frente a mí.

Conde de Saint-Germain- Como ya te habrás dado cuenta, los residentes de esta mansión son en efecto los hombres reales que conoces de la historia... También son vampiros, devueltos a la vida en esta época por mi mano.

MC- ¿Tú los devolviste a la vida?

Conde de Saint-Germain- ...La mayoría. Sebastian es humano, como tú. Y si lo prefieres, no tienes que tratar con nadie más que con él.

(¡Haces que suene fácil! Aunque, claro, estoy hablando con un hombre... o algo... que acaba de admitir que resucitó a los muertos!)

MC- ¿Puedo preguntar cómo? ¿O por qué?

Conde de Saint-Germain- Llegué a un acuerdo con cada residente. Al convertirse en vampiros, obtendrían un gusto de la eternidad.

MC- Una eternidad para hacer... ¿qué exactamente?

Conde de Saint-Germain- Eso depende de ellos. ¿Vincent? ¿Te interesaría compartir tu razón?

Vincent, sentado junto al Conde, me sonrió cuando nuestros ojos se encontraron.

Vincent- Solo quería pintar más.

Conde de Saint-Germain- ¿Theo?

Theodorus- Volví para vender las obras de Vincent. Y para descubrir más talento desconocido. Eso es todo.



#5719 en Novela romántica
#2363 en Otros
#367 en Novela histórica

En el texto hay: ikemen vampire, isaac newton

Editado: 19.07.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.