Isaac Newton

CAPITULO 4 (PREMIUM BONUS)

MC- Dime... cuando te convertiste en vampiro, fue a cambio de un lugar tranquilo para pensar, ¿verdad? ¿Para qué necesitabas eso?

Isaac devolvió mi pregunta con otra pregunta.

Isaac- ...¿De verdad quieres saberlo?

Cuando me miró con esos ojos, de pronto pareció una pregunta muy importante. Tragué saliva.

MC- Sí. Es decir, si no es molestia.

Isaac dejó su café sobre la mesa. Entrelazó sus dedos y, tras un momento de silencio, respondió...

Isaac- ...Pues mala suerte. ¿De verdad creíste que te lo diría?

MC- ¿Eres contrariante por naturaleza?

(¡Hace cosas cuando le dices está bien, pero cuando le pides algo, inmediatamente te rechaza!)

Isaac- No tengo idea de por qué me llamarías así, pero ¿quién sería tan tonto como para compartir información personal con un completo desconocido?

(...Ay. ¿Un completo desconocido?)

Bueno, solo habían pasado dos días desde que nos conocimos. Y nuestro primer encuentro fue... complicado. Pero pensé que estábamos progresando...

MC- ¿Se lo dirías a un amigo? ¿A tus amigos de la mansión, por ejemplo? ¿Ellos lo saben?

Isaac- ¿Qué amigos en la mansión? No tengo ninguno.

Su respuesta llegó sin vacilación.

MC- Pero, Napoleón dijo que eras como...

Isaac- No me concierne lo que piensen. No es que... especialmente los desprecie. Pero nunca los he llamado mis amigos...

(Curiosamente, Isaac no me da la impresión de ser misántropo. Pero tengo la sensación de que siempre mantiene a la gente a distancia.)

No se había resistido a conversar conmigo, aunque fueran diálogos breves. Incluso me miraba más a los ojos ahora. Pero había un muro entre nosotros. ¿El muro entre humano y vampiro? ¿O algo más?

Isaac- ...Deberíamos irnos. Hay más lugares que debo mostrarte antes del atardecer.

MC- De acuerdo.

(Lleva un rato mostrándose terriblemente impaciente.)

Sus ojos no dejaban de mirar el reloj. Tomé mi abrigo y lo seguí. Aunque parecía tener un horario ajustado, Isaac cumplió su palabra. Me llevó a varios lugares... El mercado fresco, los libreros, las boutiques más grandes, incluso el Arco del Triunfo y la Plaza de las Pirámides... El sol comenzaba a ponerse mientras nuestro recorrido por fin llegaba a su fin.

(¡Casi no noté el paso del tiempo! ¡Aunque fácilmente podría haber seguido toda la noche!)

Ahora seguíamos el Sena de regreso hacia el primer distrito.

MC- El Sena no ha cambiado mucho desde mi época.

Me asomé para mirar mi reflejo en el agua. Lo que vi fue a alguien que parecía mucho más feliz que antes.

(Dos días sin sonreír te hacen sentir como otra persona. Me alegra que hoy haya sido un buen día.)

Isaac- ...Ten cuidado de no caer al río.

MC- ¿Por quién me tomas?

Isaac- Honestamente, no tengo idea de quién eres, pero pareces terriblemente torpe...

MC- Si te refieres al incidente en la cocina... ¡debes saber que tengo muy buen equilibrio! La mayoría del tiempo.

Isaac- ¿Y este es uno de esos momentos?

(Es extraño lo cómoda que empiezo a sentirme con él.)

Isaac no me resultaba ni aterrador ni desagradable. Era peculiar, sin duda.

(Pero ha sido todo un caballero, esforzándose más de lo necesario por mostrarme los rincones de París.)

Mantenía unos pasos delante de mí. Lo seguí hasta que, sin querer, reduje la marcha. Isaac también se detuvo y se volvió.

Isaac- ¿Qué ocurre?

MC- ...Nada. Lamento haberte ocupado todo el día con este recorrido. Aunque te lo agradezco.

Isaac- Si lo agradeces, ¿por qué te disculpas?... ¿Cuál de las dos es?

MC- Oh, no sé. Supuse que no era así como planeabas pasar tu... tiempo de tranquilidad.

Aunque Isaac accedió, fue el Conde quien lo convenció —con bastante culpabilidad— de acompañarme.

Isaac- Si me lo hubieras pedido, no te habría rechazado. Es solo que... asumí que preferirías pasar tiempo con cualquiera menos... conmigo...

(¿Por eso parecía tan disgustado?)

Isaac- ...¿No es así?

Sentí ese muro invisible; Isaac parado frente a él con una docena de ladrillos más y una paleta en mano.

MC- Me alegra que hayas venido conmigo.

Isaac- ¿En serio?

MC- Sí, por supuesto. Me llevaste a todo tipo de lugares. Y sabías mucho sobre la ciudad. Dudo que alguien pudiera explicarlo tan bien como tú.

Isaac se quedó mirando, abriendo y cerrando la boca mientras buscaba palabras. Cuando finalmente decidió su respuesta, la dijo sin mirarme...

Isaac- ...Eso dices ahora.

Se dio la vuelta y comenzó a caminar rápidamente.

MC- ¡Espérame!

(¿Qué dije esta vez?)

Isaac- ...En lugar de que yo espere, deberías apurarte.

Inclinó ligeramente la cabeza hacia mí. Bajo la luz de la tarde, Isaac parecía estar sonrojado hasta las orejas.

(¿No estaré imaginando cosas, verdad?)

Me invadió la necesidad de comprobarlo. Corrí para alcanzarlo, solo para tropezar con un desnivel en la acera.

MC- ¡Aah!

Isaac- ¡¿Estás...?!

Salí proyectada hacia adelante.

Isaac- ...¿Qué pretendías hacer...?

No caí al pavimento. Terminé en los brazos de Isaac, quien me sostuvo con firmeza.

MC- Yo... eh...

Toda respuesta coherente se esfumó cuando alcé la vista y descubrí lo cerca que estaba su rostro; lo apuesto que era, cuando no llevaba disfraces.

Isaac- Realmente eres torpe, ¿no es así?



#5483 en Novela romántica
#2194 en Otros
#361 en Novela histórica

En el texto hay: ikemen vampire, isaac newton

Editado: 19.07.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.