CAPITULO 11

El día avanzó mientras escurría otro paño frío para colocar en la cabeza de Isaac.

(Su fiebre está bajando.)

Isaac se despertó mientras cambiaba el paño.

MC- ¿Cómo te sientes?

Isaac- ...Mejor... tal vez...

Me miró con los ojos desenfocados... que de pronto se abrieron cuando pareció tener un pensamiento.

Isaac- Yo... es decir... debería disculparme por lo de antes...

(¿De qué está hablando? Oh–)

...La broma atrevida de Isaac.

MC- No, está bien. No me di cuenta de que tenías un lado juguetón. De hecho, casi me tenías...

Isaac- ¿Casi te tenía... cómo?

MC- ¡Nada!

Isaac- A-ah... Está bien... entonces.

(¡No puedo creer que casi dijera eso!)

Me di la vuelta, solo para mirarlo de reojo. En cuanto lo hice, Isaac apartó la mirada de mí. Pero entonces lo sorprendí espiando también—

(Bueno, parece que volvió a ser el Isaac de siempre. Supongo que eso significa que su fiebre realmente bajó).

Isaac tosió y no pude saber si era por el resfriado o solo estaba tratando de ser cortés.

Isaac- Gracias... por cuidar de mí.

MC- No es nada. No te habrías enfermado si no te hubiera empujado a la fuente.

Isaac- ...Nunca antes había tenido a alguien que me cuidara cuando estaba enfermo. Así que, quiero disculparme por cualquier... incomodidad de mi parte...

(¿Nadie? No puede estar hablando en serio, ¿verdad?)

MC- ¿Qué hacías cuando te enfermabas?

Isaac- ...Generalmente me quedaba acostado sufriendo hasta que se me pasaba...

Habló del sufrimiento con tanta naturalidad.

(Cuando era pequeña y me enfermaba, siempre tenía a un familiar que me cuidara).

Despertaba con un plato de rodajas de manzana cortadas en forma de conejitos y me dormía de nuevo sabiendo que alguien estaba allí.

(¿Y su madre o su padre? ¿Familia lejana? Supongo que no tiene amigos...)

Isaac se había vuelto a dormir.

(¿A quién tenía? ¿De verdad no había nadie? Ojalá supiera más sobre él...)

Prometimos que los erizos no se acercarían tanto como para hacerse daño. ¿Estaba entrometiéndome demasiado en su pasado? Pero quería saberlo tanto. ¿Cómo fue su infancia? ¿Hubo un momento en que empezó a evitar a las personas? ¿Por qué alguien tan inteligente, amable y guapo como Isaac estaba tan acostumbrado a sufrir que lo minimizaba como si nada?

???- Disculpa.

Sebastian abrió la puerta.

Sebastian- ¿Cómo está, MC?

MC- ¡Sebastián, volviste!

(¡Menos mal!)

Al verlo, el peso de la responsabilidad cayó de mis hombros.

MC- Todavía tiene fiebre, va y viene de la consciencia, pero pudo mantener algo de comida y Blanc en el estómago.

Sebastián- Eso es una buena señal. Lamento que tuvieras que lidiar con todo esto sola. Puedo encargarme a partir de aquí, si quieres.

(Me alegra que me ayude, pero–)

MC- Eso sería genial, pero si está bien, me gustaría quedarme también. Vigilarlo un poco más.

(No sé por qué, pero tengo la sensación de que no debería dejar solo a Isaac ahora mismo.)

Estuvo en silencio un momento, luego arrastró una silla y se sentó junto a mí.

Sebastian- Muy bien. Entonces, además de cuidarlo, te haré compañía.

Sebastian sacó una manzana y un cuchillo de cocina; comenzó a cortar la manzana en rebanadas.

Sebastian- Una manzana al día mantiene al doctor en la lejanía... porque están llenas de prebióticos saludables y potenciadores del sistema inmune.

MC- Tú lo sabes todo, ¿verdad?

(Parece conocer la historia de todos en esta mansión, al menos.)

MC- Oye, Sebastian...

Sebastian- ¿Sí?

Ya había dispuesto una madriguera de conejos tallados y cortados de manzana en un plato en forma de círculo.

MC- ¿Qué tipo de vida llevó Isaac?

Sebastian- ¿Estás preparada para que pase las próximas dos semanas cubriendo los 84 años, o puedes ser un poco más específica?

Pensé un momento, alisándome la falda con nerviosismo. Realmente había tanto que no sabía. Quería saberlo todo, pero...

MC- Quiero saber... qué lo hizo ser como es. Cómo terminó tan solo...

Sebastian dejó de tallar al último conejo.

Sebastian- ¿Y por qué es eso?

(Sí. ¿Por qué quiero saberlo, exactamente?)

Miré a Isaac, que dormía.

MC- ...A veces tiene una mirada tan triste y solitaria en sus ojos. Y no sé por qué.

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Isaac- No se puede. Hablar nunca resuelve las cosas. Es como el Problema de los Universales... Si somos tan incapaces de entendernos... tal vez lo mejor hubiera sido quedarnos en cuevas, sin hablar con nadie.

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Isaac- Me emocionó tanto escucharlo que acepté el papel de profesor sin entender lo que eso implicaba...

MC- ¿Fuiste profesor?

Isaac- ...Fue un grave error... Estoy agotado de tratar con quienes leen mi trabajo solo para negarlo, y luego robarlo. Que se rían de mí y me traicionen...

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MC- Odio no saber lo suficiente sobre él como para saber qué puedo hacer para ayudarlo.

(Quizás sea egocéntrico pensar que PUEDO ayudar...)

Pero Isaac es mi amigo. Y haría cualquier cosa por un amigo.

Sebastian- Lo dices en serio.