Isabella: La llegada a Dédfer

|Capítulo 6|

Daniel

Abro mis párpados lentamente y lo primero que mis ojos ven es a una chica sentada a mi lado entretenida con su teléfono.

—¿Qué hora es?— pregunto somnoliento.

Isabella da un pequeño brinco cuando escucha mi voz. Me levanto para quedar sentado y observo que mi mochila y chaqueta están muy lejos de mí.

—Duermes muy feo —murmura Isabella —. En todas las clases estuviste dormido o te hacías el dormido, ¿te desvelas mucho?

—Sí, un poco — miento. Cubro mi boca con mi mano para bostezar.

«Aun sigo cansado».

—¿Qué mentira te dijo mi hermana? — me pongo de pie, recojo mi chaqueta y me la pongo, después levanto mi mochila.

—¿Quién era la chica del bosque? — hace otra pregunta.

Me acerco a Isabella, le extiendo mi mano para ayudarla a ponerse de pie. Ella observa m mano, después a mí y nuevamente mi mano. ¿Acaso le desagrado? Retiro mi mano y comienzo a caminar en dirección a la cabaña de Isabella, escucho quejidos de su parte y estoy seguro que debe estar levantándose del suelo.

—¿Qué te dijo Daniela? —pregunto cuando está a mi lado.

—Que la chica era su amiga pero sus padres hicieron que se pusieran en su contra — responde rápidamente —, pero yo creo que es más que eso, ella te llamó “cariño”— detengo mis pasos y frunzo mi frente —, se veía la tensión entre ustedes y ayer tus padres me dijeron que son hombres lobos.

—Oh… — quedo atónito—. Todo es verdad — vuelvo a continuar mi camino.

—Entonces eres un hombre lobo— murmura —. ¡Puedes transformarte! ¿Cómo eres en lobo? ¿Puedes ser consciente mientras estas transformado? ¿Le aullan a la luna? ¿Es cierto lo que pasan en las películas? ¿Todos tienen un compañero? ¿Ya encontraste a tu compañera?...

—¡Un segundo! — espeto deteniendo mis pasos—. ¡No voy a responder eso!

Isabella se para frente a mí, cruza los brazos y me muestra su expresión molesta.

—Yo te cuidé mientras dormías y ahora debes responder todas mis preguntas — discute.

Suspiro resignado.

—Supuestamente lo soy — musito—. Daniela ya se transformó pero falto yo. No, no le aullan a la luna y eso de los compañeros es falso.

—¿Falso? — abre sus ojos sorprendida —. Pero en las películas…. ¡Me siento engañada!

Me reí a carcajadas. Hay películas y libros que son protagonizados por licántropos, pero la realidad es otra.

Acompaño a Isabella hasta donde está su cabaña, está anocheciendo y no es buena idea que esté sola en el bosque, ella me cuidó mientras dormía, lo menos que puedo hacer es acompañarla, además, Alicia está nuevamente aquí y no dudará en atacar a Isabella.

—No salgas de la cabaña de noche — indico serio —. Es peligroso, aunque creo que eso ya debes saberlo.

❤🐺❤


Llego a mi hogar cuando la luna es lo único que ilumina. Mis padres están en la entrada esperándome con los brazos cruzados junto a Daniela.

—¿Dónde estabas? — gruñe mi padre—. La luna ya salió y no es seguro estar afuera, menos en el bosque.

Me quedo en silencio, no puedo decirles que estuve con Isabella.

—¡Entra! — me ordena mi padre señalando la entrada de la casa, obedezco de inmediato y cierro la puerta con llave.

Subo a mi habitación y dejo mi mochila sobre la cama. Los gruñidos de mi familia no tardan en escucharse. Me asomo por la ventana que hay en la habitación y observo el jardín, ahí están mis padres y Daniela transformándose en bestias. Luego de que se transforman completamente, corren al bosque.

Todos en este pueblo saben de los lobos y por esa razón se esconden en sus casas todas las noches y bajo ninguna circunstancia deben salir porque los lobos no dudaran en atacar y alimentarse de cualquier animal o personas que esté afuera.

Algo que no mencionan en las películas o libros es que los hombres lobos, no tienen piedad a la hora de cazar a sus presas, sin importar de quien se trate. De alguna forma, eso me alivia que aun no me transforme, sin embargo, también es una decepción tanto para mi familia como para mí que aun no me transformo.

Deslizo el cristal para abrir la ventana y sacar mi cabeza, aspiro el aire y un olor familiar llega a mis fosas nasales.

«Alicia».

Comprendo a qué regresó y sospechaba que este día llegaría, pero también hay cosas que no entiendo y uno de ellas es por qué el lobo obedecía sus ordenes. Ningún licántropo obedece las ordenes de absolutamente nadie.

Su olor proviene del bosque y un aullido se escucha, después varios más se hacen presentes, no sé qué quiere decir, aun no comprendo su “idioma”. Comienzo a inquietarme; el olor de Alicia viene del bosque y es evidente que hay lobos ahí.

No debería preocuparme, ella es poderosa y puede cuidarse sola, si bien, no puedo estar tranquilo, tampoco puedo salir de casa porque si me encuentro con un lobo me devorará antes de que grite por ayuda. 

«Adelante Daniel, intenta ser un héroe».

Seré un héroe que murió en el intento.

❤🐺❤
 

Está oscuro y hace frío, pero mi cuerpo está caliente y me es imposible tener frío sin importar que estén fuertes ráfagas de viento.

Me dejo guiar por mi olfato hasta que llego a una parte del bosque, el olor es más fuerte y estoy seguro que Alicia debe saber que estoy aquí.

—¿Dani?

Doy media vuelta y veo a Alicia, con sus manos sostiene el cuerpo sin vida de un animal enorme, lo observo con detenimiento, retrocedo dos pasos cuando reconozco que es el lobo que la acompañaba ayer.

Su ropa y su boca están manchada de sangre.

—No deberías estar aquí, es peligroso — balbucea.

Ahora que la tengo frente a mí es donde me pregunto; ¿Por qué vine a buscarla? Cuando olí su aroma no pude evitar querer tenerla cerca.

—Lo siento… — se disculpa de la nada — yo, lamento lo que dije ayer, no es tu culpa lo que pasó con Miguel, nada fue tu culpa.

Desvío la mirada. Siento como si me estuvieran apuñalando. Escucho los pasos de Alicia acercándose, estando a escasos centímetros, coloca sus brazos alrededor de mi cuello.



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En el texto hay: fantasia, romance, licántropo

Editado: 11.06.2021

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