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Tae
Al verla envuelta en ese vestido, mi cuerpo reaccionó al instante, aún no puedo creer lo que está mujer esta provocando en mi.
Me acerque a ella para darle mi mano al bajar la última grada de la escalera.
- ¿Qué quieres beber? - le pregunté.
- Champán por favor - respondió ella.
Le hice un movimiento al encargado del servicio de bar para que sirviera las copas.
- Debe estar bien no tener que mover nunca un dedo.- me dijo ella en un tono de sarcasmo.
Me pregunto si no habrá elegido la noche equivocada,para mostrarse provocativa.
Aún sentía el beso que le di en los labios, y parecía que ella también lo recordaba ya que por instantes no quitaba su vista de mis labios.
- Estas preciosa, mucho más que antes.- dije levantado mi copa en señal de brindis
-No se si te entiendo Taehyung.- dijo dando un trago a su copa.
- Ha habido momentos desde que llegaste en los que he tenido la impresión de que estabas fingiendo.-
- Sigo sin comprenderte - dijo un poco nerviosa.
- No te hagas la inocente, has estado a punto de convencerme de que habías cambiado. -
-Me pregunto cuando te has dado cuenta - contestó.
- No fue difícil. Intenté convencerme de que la niña egocéntrica se había convertido en una mujer dulce y buena, además de guapa. Era mentira ¿no? ¿Qué pretendías lograr haciéndome creer que habías cambiado?- le dije mientras analizaba cada gesto de su rostro y cada reacción de su cuerpo.
- Nada - respondió como si nada.
- Nada, salvó la satisfacción de tenerme comiendo en la palma de tu mano. ¿Es eso lo que quiere tu ego Min Ki, que los hombres caigan a tus pies?.-
- Contigo, sería perder el tiempo - contesto con un aire de altanería.
Me acerque y puse un dedo debajo de su barbilla, haciendo que nuestras miradas se encontrarán.
- Si has aceptado eso, quiere decir que hemos hecho progresos. Aunque me parece que aún no estás convencida del todo, no estás dispuesta a abandonar tu juego de poder - le dije acercándome un poco más a ella.
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Suni
Me aterre al pensar que Tae ya había descubierto todo el engaño, me estaba resignando a tener que aceptar mi parte de culpa,cuando de pronto me di cuenta que el hablaba de mi gemela y no puedo describir lo aliviada que me sentí al comprender que no había descubierto la verdad.
Aunque enfrentarme a sus burlas no era nada fácil.
La situación de había tornado intensa cuando volvió a salir a tema la situación del matrimonio por conveniencia y el echo de que yo aceptara o no su propuesta.
En un punto de la conversación el ya se encontraba a escasos centímetros de mi, intenté reírme pero no me salió la sonrisa, intenté respirar pero no me llegaba el aire a los pulmones. Deseé ser en realidad Min Ki para no sentirme aterrada por su cercanía.
- ¿Qué tienes en mente? - pregunté intentando imitar a mi hermana.
- Me entran tentaciones de decirte que quiero llevarte a mi habitación y hacerte el amor hasta que las estrellas dejen de brillar - rio Tae.
No pude evitar soltar un pequeño gemido cuando el se acercó más y sentí su pecho junto al mío, una oleada de deseo puro y salvaje me inundó cuando poso su mano en mi espalda. Me odie a mi misma por sentir eso, cuando el solo sentía desprecio por el tipo de mujer que creía que era.
- No te atreverás - murmuré sin saber yo misma si era una protesta o una petición.
- No te equivoques. Lo haría si creyera que con eso te dominaría. Por algo tengo la reputación de ligón - dijo como advertencia - No lo haré porque eso es exactamente lo que quieres que haga. Todo este despliegue del vestido, incluso el mayati que llevas puesto, es para que caiga a tus pies, ¿Verdad? Si reconocí el collar en cuanto te vi, de que dicen que aporta placer sexual. ¿Esperabas que su magia funcionará conmigo y que me convirtiera en tu exclavo amante? - pregunto con ironía.
- Claro que no, me he enterado hoy que tiene ese poder - respondí como pude.
- Es cómo si quisieras que te creyera. Me recuerdas a Ha Neul - dijo enarcando una ceja y apartándose de mi, se dirigió a la mesa y agarró su copa. - ¿No me vas a preguntar quién es Ha Neul? - dijo mirándome con una media sonrisa.
- Una de tus amantes supongo - respondí como si no me importara.
- Era la primera mujer de mi hermano, una mujer que vivió en el extranjero como tú, y que creía que el mundo tenía que girar en torno ella.-
- ¿Qué pasó? - pregunté un poco dolida porque me comparara o en este caso comparara a mi hermana con una mujer así.
- Creyó que estar casada con mi hermano le daba derecho a hacer lo que quería, a disfrutar de los privilegios de pertenecer a una familia de renombre, sin cumplir con ninguna responsabilidad. Iba por una carretera a toda velocidad, le habíamos advertido que esa carretera era peligrosa, solo perdió el control y murió. -
- El echo de que tú hermano tuviera un matrimonio desgraciado, no te da derecho a condenar a tu mujer - conteste defendiendo el honor de mi hermana y plenamente convencida de que esté matrimonio no debía celebrarse nunca.
- No conviertas nuestro matrimonio en una lucha sin cuartel, yo te ofrezco una vida fácil y cómoda. Tendrás todo lo que quieras. -
- Excepto a tí. -
- Excepto a mí - repitió Tae. - ¿No es un buen trato? Una vida de privilegios a cambio de un matrimonio que nos ate.-
Dicho así, incluso sonaba civilizado. Si Min Ki no hubiera conocido a Danny, seguramente lo habría aceptado. Yo nunca me casaría con el, así que ¿Por qué sentía este dolor en el corazón?
- Me parece que sería mejor que nos olvidáramos de este compromiso antes de que alguno salga mal parado.- dije reuniendo todo el valor que podia.
- No es tan fácil. Según las leyes de Carramer, la promesa que hicieron nuestros padres, tiene vigor. -
Editado: 06.06.2021