Ivor

Capítulo 15-Ivor

En cuanto sentí la presencia de Tristán, corrí hacia ella, pero el muy maldito pudo escapar antes de que pudiera hacer cualquier cosa, dejando a Shawna inmutada contra la pared. Me muevo con velocidad hacia ella, pero Shawna no me observa ni reacciona.

— ¿Estás bien? —pregunto preocupado, pero ella sigue en estado de shock—. Shawna, ¿estás bien? ¿Te hizo daño? —ella posa sus ojos en los míos mostrándome su confusión.

— ¿Es verdad? —me pregunta y la observo por unos segundos sin poder contestar, ya que no estoy seguro de lo que habla.

—Si es verdad, ¿qué? —cuestiono.

— ¿Tristán es tu primo? —me quedo mudo ante esa pregunta. Tristán iba a decirle todo con tal de volver con ella.

—Shawna, yo… —intento hablar.

—No te atrevas a mentirme, Ivor —espeta y de un empujón se aleja de mí—. Si me conoces tanto como te jactaste desde el día en que te conocí, deberías saber que no me gustan que me oculten cosas, ni mucho menos las mentiras —habla, caminando de un lado a otro por la sala.

—No te mentí —refuto entre dientes.

—Pero, convenientemente olvidaste mencionar que tú y Tristán son primos. Son familia, maldita sea —escupe, mostrando todo su enfado.

—No lo creí relevante —no voy a disculparme por querer protegerla de ella misma. Ella abre la boca y la vuelve a cerrar.

—Eres un completo idiota —escupe—. No tenías derecho a ocultarme eso.

—Si no te lo dije es porque no creo que eso hiciera algo bueno en ti. Solo estaba protegiéndote, ¿por qué no puedes entender eso? —manifiesto.

—Ahora ya no estoy muy segura de quién me estás protegiendo —entona plantándose frente a mí—. Eres un idiota egoísta. Tú recuerdas todo, yo no lo hago. Debo fiarme de tu palabra, la cual en estos momentos está en duda…

—Te estaba protegiendo, Shawna. Jamás te mentí y si algo no te dije, es porque no creo que saber cosas dolorosas, hagan algún bien en ti. Yo puedo recordar, es verdad, pero también es verdad que tú puedes recordar, solo que estás en modo negación desde que nos conocimos. No quieres entender lo que está pasando, lo que está sucediendo —mi voz sube de volumen y ya no puedo controlarme—. No te dije que Tristán era mi primo porque claramente, no era necesario recordarte que has engañado a tu pareja con alguien de su propia sangre —pude ver como Shawna se hace hacia atrás como si la hubiera golpeado en el estómago. Quizás, de alguna manera, eso fue lo que hice—. Lo siento, yo… no quise decir eso —me disculpo acercándome a ella, pero Shawna sigue yendo hacia atrás.

—No —dice conforme coloca una mano en alto entre nosotros—. Vete.

—Shawna, por favor —suplico.

—Solo vete —exige dándome la espalda.

—No es justificación por lo que hicimos, pero, si hemos engaño y mentido, fue por amor —digo mientras camino a la puerta—. Te amo y me amabas, no necesitábamos más —articulo antes de salir por completo del lugar.

Al llegar a mi piso, cruzo la puerta y Parry se apresura hasta mí con clara preocupación marcada en su rostro.

— ¿Por qué no estás vigilando a Shawna? —curiosea siguiéndome conforme me acerco a buscar un poco de whisky y algo de ambrosia, la cual le echo directamente a la botella. Por hoy, voy a olvidar todo — ¿Qué haces? —cuestiona él al verme llenar mi vaso — ¡Habla, maldita sea! —espeta.

Me dirijo hacia un sofá con el vaso en una mano y la botella, con más ambrosía que whisky, en la otra.

—Tristán se acercó a Shawna —digo sin más, mientras me desplomo en mi asiento designado para esta noche.

— ¿Qué? ¿Cómo está ella? Espera, ¿por qué no sigues con ella? ¿Qué está pasando, Ivor? —suelta todas las preguntas atropelladamente.

—Tristán tuvo una interesante conversación con Shawna y ahora ella sabe que somos primos —al escuchar mi confesión, Parry se deja caer en el sofá de enfrente.

—Santa mierda —murmura él.

—Así es —concuerdo.

—Ahora está muy enfadada porque no le dijimos todo —manifiesta mi mejor amigo conociendo muy bien a su mejor amiga—. Y todavía falta más por decir —suelta.

—Ya no importa, ya está ofendida. Ya me odia —dejo salir para luego beber todo mi veneno y servirme más.

—Todavía no la has perdido —esboza él—. Solo debes decirle todo antes que Tristán lo haga —sugiere.

— ¿Y por dónde crees que es conveniente comenzar? —ironizo—. Porque es la culpable de la muerte de su madre biológica, que han muerto personas por ella, por nosotros, que ella fue la primera en jugar con la alquimia…

—Tecnicamente yo traje eso a nuestras vidas —interviene.

—O que yo la maté —concluyo ignorando la acotación de Parry.




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