Jabu De Unicornio

Capitulo 2 (Inesperadas Acciones)

-¡¡¡MUCHAS FELICIDADES, JABU!!!-

-¡¡¡FELIZ CUMPLEAÑOS!!!

-¡¡¡DALE UNA MORDIDA AL PASTEL!!!-

Un grupo de bastantes personas se encuentran reunidas en una granja, todos alrededor de una mesa donde un feliz y algo avergonzado hombre de cabellos rubios oscuros, ojos verde turquesa camiseta morada, pantalones de mezclilla, zapatos estilo bota vaquera café. Este les sonríe a todos, mientras sopla la vela de su pastel de vainilla y caramelo.

-¡¡¡PIDE UN DESEO!!!- Se escucha gritar a uno de los más jóvenes presentes, que está bastante entusiasmado por el festejo de este hombre, que en algún momento de la historia fue algún tipo de maestro para él.

No piensa mucho su deseo el cumpleañero, y sopla aquella pequeña llama con cuidado, para así apagarla, y los demás siguán aplaudiendo con emoción por el festejado y algunos otros con una cara de seriedad.

Jabu, les dedica una sonrisa nerviosa, rascando la parte posterior de su cabeza, un tanto avergonzado por toda esta atención.

-Gracias a todos por venir- Se acerca a un grupo de camaradas contemporáneos

-¿Qué dices? Si somos amigos- Un peliverde hombre, de ojos del mismo tono y tez pálida, le responde su agradecimiento.

-Es importante seguir conviviendo- Otro de sus amigos, siendo un rubio de cabellos alborotados, de ojos azules, quien toma la mano del peliverde que primero hablo.

-Además, siempre es un momento para comer pastel- Este último quien habla se integró de repente, un jovencito de cabellos rojizos, el cual de forma despistada está a punto de robar una segunda pieza de pastel, pero rápido es interrumpido y recibe como castigó un golpe en la mano de parte de otro hombre mayor, de cabellera castaña y ojos marrones.

-¡¡¡KOGA, NO HAGAS ESO!!! ¡¡¡ACABAS DE COMER UNA REBANADA!!! ¡¡¡¿Y QUIERES MÁS?!!!- Es allí que frunce el ceño, mirándolo detenidamente, con un regaño justo y cruzado de brazos, esperando la respuesta.

-Ay…- Claro que le duele un poco ese golpecito y retrocede, sin embargo hace un pequeño puchero -Pero es que luce delicioso— El más joven baja la cabeza, con una leve lagrima de cocodrilo en sus ojos marrones claro.

Dese luego que esto no pasa desapercibido por los demás hombres de la misma edad que del castaño, y les da cierta gracia a todos ellos.

-Ahora si lo he visto todo- Un hombre de cabellos azules cortos, con mirada seria y fría, tiene que ser el primero en hablar.

-Seiya actuando como un padre responsable- Niega con la cabeza el rubio -Eso nos indica qué todos podemos madurar alguna vez-

-Lo que me sorprende es que Seiya lo hiciera. Ja, ja, ja- Un pelinegro en la conversación se hace presente.

-Si. Es verdad. Ha, ha…- Y por último el cumpleañero hace esa observación algo melancólica.

Aquellas risas no van de mala forma, solo que les parece curioso el actuar del anterior Pegaso, ya que en su juventud era el más atrabancado, atrevido, impulsivo y algo atolondrado de la mayoría de los bronces de su generación, parece que al fin ha logrado volverse en una personas más calmada, responsable y sensato, siendo ahora quien ponga algunas reglas a los más jóvenes caballeros de Atena.

-Si… Al parecer todos ya hemos crecido…- Al final de nuevo Jabu es quien dice estas palabras en un casi murmura, mirando en efecto al anterior Pegaso regañando al actual, y con un suspiro se da cuenta de algo bastante particular.

La fiesta sigue transcurriendo con normalidad con la normalidad que estos hombres siempre han vivido. Ya ha caído la noche, la gente sigue comiendo, bebiendo, terminándose aquel pastel, incluso bailando, siendo algo bastante curioso en estos gurreros que vuelven a sentir un poco de paz después de una batalla que vivieron no hace mucho.

Pero eso queda por ahora atrás, este es solo el momento de festejar a un guerrero de bronce, que observa a todos con una sonrisa.

Para sus adentros, admira en lo que todos se han convertido y como han cambiado.

-¿Quién diría que hace algunos años éramos solo unos tontos combatiendo entre nosotros por una armadura, por la aprobación de alguien, por un deber y ahora somos una familia?- Sonríe, teniendo en su mano una lata de cerveza, sin embargo bebe con moderación.

-Seguimos siendo disfuncionales, pero… Son momentos como estos en que admiro el pasar del tiempo, el cual no se detiene-.

Sus verdes ojos turquesas se va fijando en diferentes compañeros de armas.

-Algunos formaron una pequeña familia- Mira a Shiryu junto a Shunrei y su hijo Ryuhou, a la vez que a Hyoga esta con Shun y una infante.

Sonríe ante esas observaciones.

-Otros siguen entrenado, algunos más trabajan de algo que les agrade, siguen defiendo a la señorita Saori o se han retirado— Para esto posa sus ojos en sus camarada aun de bronce, y algunas de plata.

Sus puntos de vista no está tan lejos de la realidad, todos han crecido, madurado, decidido escoger otros caminos y deseos qué ya no fueron autoimpuestos.

-Sin embargo… Todo esto es gracias a ella…- Para ese momento suspira y la mira, a esa mujer de cabellos morados, vestido largo, rosa, con la elegancia siempre plasmada en su ser, junto al joven Koga, qué se siente muy avergonzado por que ella quiere bailar con él.

-La señorita Saori- El solo pronunciar su nombre, provoca un latir intenso en su corazón y un sonrojo evidente en sus mejillas -Ella nos ha permitido vivir más allá de solo caballeros, y eso es algo…- Suspira, ladeando su cabeza embobado por esa peli morada -Por lo cual siempre la voy a admirar-

Los años pueden a ver pasado en el cuerpo y mente de todos, pero en el corazón de Jabu aún siguen existiendo esos genuinos sentimientos por aquella mujer de la que se enamoró siendo niño.

-Como hubiera deseado en algún momento decirle lo que siento…- Su más grande pesar y resentimiento qué calla, al ver a Seiya acercándose a ambos y riéndose del pelirrojo Pegaso, el cual no soporta sus burlas y se enfurece con él.




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