Jack Clover - Escalera Real I

XX - Anastasia

Anastasia no se atrevía a dudar de la palabra de Jack después de todo lo que había pasado, pero no podía evitar hacerse ciertas preguntas. Ella fue testigo de cientos de eventos extraños a lo largo de su vida. Solo el hecho de ser una blackray confirmaba eso. Sin embargo, ver a alguien regresar de la muerte le parecía algo imposible.

«¿Y si no era Jack en realidad?», se le ocurrió. Tal vez era algún espectro que tomó su cuerpo, había presenciado casos similares. Además, ese fuego que apareció alrededor de su cuerpo y la manera en que sus ojos cambiaron era muy sospechoso.

Ace no parecía preocupado en absoluto. Se lo notaba contento e irradiante de alegría. Hacía mucho tiempo que ella no lo veía así, era como verlo junto a Rick. Aunque, para ella, Ace podía llegar a ser muy ingenuo.

No solo los cambios en su cuerpo la desconcertaron, su mente también parecía haber sufrido una enorme transformación. De la noche a la mañana se había convertido en el líder que ellos querían que fuera y que Rick prometió que sería. Tenía claro sus objetivos para recuperar el poder.

Jack no había dado ningún motivo para que Anastasia desconfiara. Cuando le preguntó sobre cómo era posible que hubiera cambiado tanto, les contó dónde estuvo y les dijo que el tiempo corría de manera diferente en ese lugar. Dijo que pudo haber estado meses ahí, mientras en el mundo de los vivos solo habían pasado minutos. Les habló de una bestia con la que luchó la mayor parte de su estadía y sobre el sombrero que llevaba en su cabeza, que resultaba ser lo mismo que ella había escuchado. Anastasia también sentía curiosidad por saber más sobre eso.

Aun así... Tenía la extraña sensación de que él les ocultaba algo. Algo importante.

—¡Anastasia! ¡Anastasia! —gritaba Ace.

—¿Qué? ¿Qué pasó? —preguntó, desorientada.

—¡Despierta, muchacha! Llegamos a lo de Bob. Jack nos espera en la entrada —dijo cerrando la puerta del automóvil, una vez que ella bajó de este.

Al encontrarse tan pérdida en sus pensamientos, se ausentó durante todo el trayecto, pero recordaba muy bien por qué estaban ahí en primer lugar. Al terminar la charla con Jack, después de su regreso. Ace fue a hablar con Luke para... bueno, decirle que no tenían ningún muerto en realidad. Ella le había hecho señas a Jack para que fueran detrás de él, con una mirada que decía: «Vamos a apoyarlo. Después te explico».

Se quedaron a una distancia prudente de ellos para que pudieran hablar relajados. Sin embargo, la charla no reflejaba nada de tranquilidad. La emoción que sintió Ace cuando encontró a Jack vivo en el maletero, desapareció por completo, siendo reemplazada por una increíble sensación de tensión y nerviosismo.

—Luke...quería decir que..., ya nos íbamos —vaciló—. Parece que mi amigo no estaba muerto después de todo..., parece que me equivoqué —le explicó Ace, como si fuera un niño pidiendo disculpas a su madre por alguna picardía.

—Sueles hacerlo. Ya no me extraña eso de ti —reconoció con frialdad.

—Lo siento —se disculpó con la voz apagada.

—¡Deja de decir que lo sientes! —estalló y Ace pegó un sobresalto—. Sentirlo no me devolverá a mi hermana. ¡Tú la asesinaste!

—¡No la asesiné! —bramó, elevando la voz y apretando los puños al punto de comenzar a dolerle—. ¿Crees que estoy feliz con lo que pasó? ¿Qué no lloro cada noche su ausencia? ¿Crees que no me importaba como a ti? —Con cada palabra, Ace se acercó más y más a Luke, y cuando estaba a una nariz de distancia lo tomó de la camisa con las dos manos y lo elevó en el aire.

—¿Quieres pegarme? —lo increpó a los gritos—. ¿Es eso lo qué quieres? ¡Pues hazlo!

—No. No quiero eso. —Bajó a Luke, soltó su camisa y permaneció justo frente a él—. Quería acompañarte. Quería que lloráramos juntos por ella. La extraño, al igual que tú. Recuerdo muy bien cuando me dijo que sonreía cada vez que nos veía juntos, me hacía sentir muy feliz.

Del ojo de Ace caían lágrimas, verdaderas y sinceras. De amor, de soledad y comprensión. Sin embargo, Luke... Permanecía impasible. Con una expresión dura que no decía nada, aunque sí escuchara cada palabra.

—Ella creía que, algún día, podríamos hablar de nuestro amor y no a escondidas como lo hemos hecho hasta ahora. Poder salir de la mano, tomar un café en un restaurante, ir a ver una película juntos sin ser vistos con desagrado, sin que nos insulten y nos desprecien. Sin que nos cacen y asesinen por pensar que somos una especie de virus o abominación. Ella creía en nosotros, Luke. La hemos deshonrado con nuestras peleas, como si fuéramos enemigos. ¿Qué pensaría ella de todo esto?

Luke desvío la mirada, pero no dijo nada. Al menos, nada de lo que Ace esperaba.

—Vete de aquí y no te atrevas a volver.

Ace suspiró y le dio la espalda, caminando hacia Anastasia y Jack que hablaban por lo bajo.

—¿Amor? —preguntó Jack en un susurro—. Entonces Ace es...

—Sí. Ahora cállate —le dio un codazo y él exclamó un quejido—. Debemos apoyarlo. Nunca lo he visto así.

—Como digas, jefa —susurró, divertido.

Por lo que pudo ver cuando bajó del automóvil, había cumplido con su palabra. Ace parecía mucho más animado, intentando ser el de antes. Ella aún percibía un rastro de tristeza en su rostro. Se acercó a la puerta de Bob junto a ellos, Ace tocó el timbre y esperaron a ser atendidos. No había pasado ni un minuto cuando el dueño del gimnasio ya abría la puerta.




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