Jade

Prefacio

El aire fresco de aquella noche de invierno golpeaba con dureza la ventana del hospital San Judas. Los pequeños copos de nieve que iban acumulandose, se veían de lo mas puro y bello del lugar.
Los doctores, que iban de un lado a otro, se ocuparon de cerrar las cortinas y empezar hacer su trabajo. Allison se encontraba con gotas alrededor de su frente y la gorrilla que le habian puesto, no evito que algunos pelos cayeran en su cara y quedaran aderidos a su frente por el sudor. Una de las enfermeras llego y con trapito pasaba cuidadosamente limpiando el rostro de aquella bella mujer.

*Bien, Allison, yo soy el doctor Thomas y seré yo quien atienda su parto esta noche! Cualquier molestia, necesito que me lo diga, para proceder hacerle una cesárea.*

El hombre de cuerpo algo robusto, se puso en marcha y los enfermeros prosiguieron a colocarle la bata y los guantes, para después ponerse en marcha con el parto.

--¿Dónde está mi esposo?.—Con una voz algo muy frágil, Allison trato de que la anestesia no tomara poder sobre ella.--Lo necesito conmigo!

*No se preocupe, al rato haremos que pase, usted solo siga nuestras indicaciones.*

Los sonidos del monitor se hacían presentes y casi sonaban por el cuarto entero, la respiración de Allison iba haciéndose algo más rápida. La Doctora después de un tiempo permitió que el señor Alex Mcnimor se hiciera presente.

--Bien Allison sucederá lo siguiente, necesito que cada respiración que tome sea profunda, va sentir una leve presión en su zona baja del abdomen entre sus oblicuos, esta puede incomodarla pero sólo será por unos segundos, está bien?--El doctor mira por encima de la cortina que colocaren entre su pecho y el inicio del abdomen.

--Bien.—Contesta mientras cierra los ojos y aprieta con fuerza la mano de su esposo.

Después de algunas minutos pero que para Allison sintio que fueron horas, la niña había nacido. Descansando su cabeza sobre la pequeña almohada improvisada,respiro al ya no sentir la presion sobre su abdmen, pero eso no la tranquilizo del todo, si no, era el hecho de que todo se encontraba en completo silencio. Los doctores miraron a la pequeña criatura en sus brazos, parecian eternos los minutos en el que nadie emitia nada mas que el sonido de las respiraciones, hasta que sin decir nada, procedieron a tomar a la niña y salir de la habitación con ella en brazos.

Allison preocupada, ve a su esposo, y lo jala del uniforme azul que traía puesto.

--¿Qué sucede?.—El hilo de la voz empezaba a notarse.-Por qué la bebe no lloro?

El señor Mcnimor sabía la respuesta, la bebe no lloro al momento de nacer, las expresiones vacías que los doctores y enfermeros tenían en sus caras. La pequeña habia nacido muerta.

Negando la cabeza el señor aguanto las lágrimas que se arremolinaban en sus ojos y beso la frente de su esposa. Tardo un instante en reaccionar para que ella se uniera, en este horrible suceso.

--Señor Mcnimor.—Hablo desde la puerta el doctor.-Necesito que me acompañe, quiero hablar con usted!

El señor Mcnimor miro a su esposa y con mucho pesar la dejo para acompañar al doctor. Este se detuvo en un pasillo y le indico que le siguiera hasta una habitación. Al momento de entrar descubrió que el espcio en el que se encontraba era un poco estrecho y había tres cuneras, en el centro se encontraba una pequeña de ojos grandes, su dedo pulgar se encontraba en su boca y tenia unos pequeños tubos sobresaliendo de su nariz.

.—No me diga que es...

.—Es su hija señor Mcnimor! Pero tengo la mala noticia de informarle que su hija, tiene muy pocas horas de vida.-- se detuvo por un momento viendo como el rostro de aquel papá se contraia con la noticia.-- Su corazón es muy débil a comparación a otros recién nacidos. Suponemos que tiene un soplo que casi abarca todo su corazón.

Las palabras del doctor le cruzaron por su cuerpo como dos flechas juntas, era una noticia muy difícil de digerir, poder estar una pocas horas con ella antes de que pudiera partir.

Camino hacia la incubadora donde se encontraba su hija y toco su pequeña cabeza dando pequeños y tiernos masajes sobre esta.

.—Necesita saberlo mi esposa.—Dijo casi con un hilo en su voz.

.—No!.—Dijo Thomas.—Seria demasiado para ella!.—El señor Mcnimor cerro sus ojos y empezó a llorar en silencio.

El doctor Thomas se encontraba de pie, las ofertas jamás fueron su fuerte, pero fue en este instante en el que decidió que esta vida no sería arrebatada. Hace años que no hacia este tipo de cosas, pero al ver al hombre pudo jurar que jamas había visto una gran desesperación en su rostro. Suspiro y puso su mano en su hombro.

.—Señor Mcnimor necesito que me escuche.—tomo un respiro y continuo.—Necesito que sea de una mente muy abierta! Y que considere esto que le dire.

Mcnimor levanto su cabeza,los ojos hinchados se hicieron visibles y su mirada perdida que hacia en ese momento al visualizarlo a el. Asintió con la mano para que continuara.

.—Bien, probablemnte lo que estoy apunto de decirle suene un poco descabellado y loco pero yo provengo de una familia con habilidades...peculiares. Pero lo que puedo hacer puede salvar a su hija.— Lo último que menciono el doctor lo hizo lo mas lento posible para que el hombre que se encontraba ahí pudiera procesarlo.



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En el texto hay: accion, amor, poderes

Editado: 14.10.2018

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