Jagger y Adara

4. Muramos juntos en la oscuridad

La dejo irse, escucho como azota la puerta de la habitación. Era una maldita loca. Así se fuera al polo norte, no dudaría en arrastrarla de regreso conmigo. Mi enojo puede más que mi auto control y termino tomando todo lo que encuentro a mi paso y lo hago pedazos, con algo debía de sacar esta frustración que me sofocaba tanto.

Me detengo cuando escucho pasos que descienden de las escaleras, son lentos, pausados y sigilosos. Me dirijo a la persona y me encuentro con que es mi nana quien viene del segundo piso. Me paso las manos por el cabello para quitarme los mechones que me caen por la cara.

—¿Como esta Anders?

—Está dormido, lo deje en la habitación de ustedes dos. Seguramente duerma toda la noche. O sino ya hubiera despertado con tanto escándalo.

Suspiro y asiento con la cabeza.

—Es mejor que no se entere ni sepa que sus dos papás son un par de locos que se la pasan peleando por todo y por nada. —ella me acaricia la mejilla.

—Jagger, tú sabes que no debiste actuar así. Adara se asustó de que la trajeran de esa forma, el cómo le hablaste y más cuando perdiste la calma. —su mirada señala todo lo que estaba destrozado— tú sabes cómo lastimarla y no pierdes oportunidad en hacerlo.

—Ella hace lo mismo conmigo, como carajos crees que me sentí cuando llegué a casa y no estaba ella ni mi hijo. Había esperado toda la puta mañana para disculparme por la pelea que habíamos tenido, pero ella simplemente se va como si no le importara mandar a la mierda nuestro matrimonio.

—Si ya no viven bien ¿Por qué siguen juntos?

—Créeme, yo a veces lo pienso.

—¿Y por qué no se divorcian?

—Porque cuando lo pienso ambos encontramos mil respuestas para no hacerlo y un millón de razones para no querer.

—¿Y cuál es la más importante?

—Que aún nos queremos, pero no sabemos estar juntos, a veces parece que encontramos nuestro ritmo, pero después todo se pudre.

—¿Y sabes por qué?

—Ella pide hacer y deshacer en su vida y la de Anders y yo solo trato de mantenerlos protegidos. La fama no es sencilla y menos cuando tienes a más personas dependiendo de ti. En un momento ellos podrían desaparecer por un error mío.

—Sabes mi niño, en esta oportunidad apoyo a Adara, te estas volviendo paranoico y los estas sobreprotegiendo y cuando llegas a ese punto, la vida deja de tener sentido.

No le doy una respuesta a eso, pero vaya que me puso a pensar. Me froto el rostro con las palmas.

—¿Como esta ella?

—Hecha un mar de lágrimas, la asustaste muchísimo. Con suerte lograra dormir tranquila y no esperes que mañana te trate de la mejor manera, no se le pasara el enojo rápido. Deberías tener cuidado podría empezar a odiarte.

—No me importa, viviré con su odio, con lo que no puedo vivir es sin ella a mi lado.

—Ve a descansar, eso te hará tener la cabeza más relajada y pensar mejor. Ellos dos ya deben de estar dormidos, Adara cerró la puerta con llave, supongo que dormir con ella no es una opción. Te prepare la habitación de al lado.

—Gracias nana, que haría yo sin ti.

—Volverte loco seguramente. Aunque al paso que vamos eso ya está sucediendo. Ahora a la cama y trata de dormir. Todos necesitamos descansar, nos has traído desde Estocolmo tan fácil como lo has pensado.

Me despido de ella con un beso en la mejilla y subo las escaleras con tanta lentitud. Antes las subía corriendo solo para ir a dormir a su lado. No importaba que tan enojados estuviéramos, siempre lo arreglábamos antes de ir a dormir y hoy sería la primera vez que no era así.

Camino por el pasillo y me detengo a los pies de su puerta, trato de girar el pomo de la puerta, pero efectivamente esta con llave. Lo dejo así y paso a la habitación de al lado. Me quito la camisa y me tiro a la cama, toda mi ropa estaba en el otro cuarto, tendría que dormir así.

Miro al techo intentando controlar mi mente que se rompe pensando demasiado.

***

El llanto de un bebe me sobresalta, sin querer me había quedado dormido justo como me había tirado a la cama, desorientado trato de escuchar de nuevo el ruido, pasan cinco segundos y efectivamente vuelve. ¿Era Anders?

No podía entrar así que solo me queda seguir escuchando como llorar mi hijo y esperar a que Adara acudiera a él pero los minutos pasan y la situación sigue igual. Que carajos estaba pasando que ella no lo calmaba.

Me levanto y salgo para ir a tocar su puerta, éramos los únicos que ocupaban este piso así que nadie más vendría, toco hasta tres veces y nada, simplemente nadie abre y el bebé sigue llorando.

—Adara, el bebé está llorando. Se que no quieres que entre así que solo dime que están bien.

Espero y no hay respuesta solo el llanto más fuerte de Anders. No me quedo parado y bajo las escaleras hasta la cocina, rebusco entre los cajones, recordaba que ahí había una copia de las llaves de cada habitación, tardo menos de diez minutos en encontrar la del cuarto principal.

Subo de nuevo y abro por mi cuenta, cuando entro Adara está profundamente dormida. Parecía estar teniendo una pesadilla porque se encoge como si fuera un feto y su expresión demuestra molestia. Me dirijo a Anders que está de pie en su cuna llorando, ya sea por miedo a la oscuridad o por hambre.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.