Jake Porter y el Legado de los Horrocruxes

Capítulo 3. Belleza Inexplicable

Aquella noche, rondando las nueve y media de la noche, Jake Porter se fue a acostar a su cama, ya había dejado preparado todo para el día siguiente. Miró la carta que la señorita Rey le había entregado, después de darle la noticia de que era mago; esa carta contenía una invitación formal a formar parte de la matrícula escolar de un colegio privado llamado Hogwarts, un colegio de magia y hechicería.

Y aunque la noticia había sido impactante, también había sentido miedo, muchísimo miedo; si su abuela Lorraine no hubiera estado con él, acompañándolo cuando vio aquel palo en las manos de la señorita Rey, hubiera necesitado cambiarse la ropa interior y los pantalones. La señorita Rey, entonces, de manera empática, bajó su palo, y le explicó que no era un palo cualquiera, era una varita, su varita, y que la había llamado Bon; también le explicó que entendía que había vivido algo traumático con otros usuarios de varita, pero que no todos eran malos, hasta le mencionó a un tal Harry Potter.

La señorita Rey se había ido, no sin antes dejarles su número de contacto. Él y su abuela estaban impactados por la revelación de que la magia existía, que no siempre eran trucos ilusorios. La partida de la señorita bruja dejó la puerta abierta para una charla entre Jake y su abuela.

–Si las personas que asesinaron a mis padres y secuestraron a mi hermanita son magos… -murmó el niño.

–No encontraremos a tu hermanita, ni a los responsables de la muerte de tus padres con la ayuda del Ministerio “no mágico”. -dijo su abuela.

–¿Nana, crees que debería ir a esa escuela? -preguntó el niño, pasándose un nudo por la garganta, el trago cayó pesado como piedra en su estómago, habría una multitud de magos y brujas en esa escuela, todos con varitas.

–No, hijo, no te obligaría a ir a un lugar que te causa tanto miedo. -dijo la señora Lorraine, mirando el pálido rostro aterrado de su nieto-. Sin embargo, ésta es la primera y única pista que hemos tenido del paradero de tu hermanita y de los asesinos de tus padres. -reflexionó la señora Lorraine.

Jake escuchó en silencio a su abuela. Bien sabía que su abuela no lo obligaría a ir al Mundo Mágico, pero al intuir la esperanza de su abuela en su última declaración, fue que tomó la decisión que cambiaría el curso que su vida había estado llevando.

–Pero de los dos, yo soy el único que tiene acceso al Mundo Mágico. -Jake se enderezó en su lugar, respiró hondo-. Entonces, iré a esa escuela. -dijo con voz decidida.

Maarika Rey se había sorprendido mucho cuando, un mes y medio después de haber contactado con Jacob Porter y quince días antes de iniciar cursos en Hogwarts, cuandao ya había perdido toda esperanza, recibió la llamada de la señora Lorraine Cohen para informarle que, junto con su nieto, habían decidido que asistiría a Hogwarts. Para medio día, en punto pasó por el niño, para llevarlo al callejón Diagon donde él podría comprar las cosas que le faltaban.

Pero Maarika Rey no pudo salir con el niño a la hora que había planeado, porque tuvo que hablar con la señora Cohen del tipo de cambio que usaban en el Mundo Mágico, algo que preocupaba a muchos de los parientes no mágico de niños mágicos; entonces explicó que no usaban Libras Esterlinas y los peniques, sino el gaelon, el sickle y el knut, cuando le enseñó las conversiones, Maarika Rey se asustó porque le dio la impresión de que la señora Cohen se desmayaría, ya que el knut la moneda más pequeña del tipo de cambio del Mundo Mágico de Gran Bretaña, equivalía a 3 peniques, lo que hacía que un Sickle valiera 87 peniques, y hasta ahí todo bien para la señora Cohen, pero al enterarse que un galeon casi costaba quince libras esterlinas, la hizo realmente, casi desmayarse.

Explicar los costos de vida tampoco fue fácil, pero lo más difícil fue explicarle la situación migratoria del Mundo Mágico. Hacía diez o doce años que se había declarado el cierre total de las fronteras mágicas hacia el mundo no mágico. En aquel momento, el Ministro de Magia había declarado que el cierre de las fronteras era un intento de buscar fortalecer la herida economía del Mundo Mágico de Gran Bretaña después de una guerra que había durado muchísimos años, casi toda la vida del héroe nacional Harry Potter. La decisión había sido tan acertada, como siempre utilizar la figura de Harry Potter, y la constante captura, juicio y encarcelamiento de mortífagos fugitivos, logrando como resultado un crecimiento positivo en la economía del mundo Mágico, elevando el valor de un Galeon a quince libras esterlinas, lo que siempre hacía desmayar a las personas no mágicas, como prueba reciente, la señora Cohen.

Maarika Rey tuvo que explicarle a la señora Cohen que con el cierre de fronteras mágicas, se había tenido que empezar a expedir todo tipo de visados: de trabajo, de estudiantes, de viajeros transitorios, pero había algo claro: las personas no mágicas tenían prohibido acceder a territorio mágico; lo que generó muchísimos conflictos a las personas mágicas con familiares no mágicos. Pero el sector más vulnerado había sido la infancia mágica, los hijos de padres no mágicos, los menores huérfanos mágicos del mundo no mágico.

Esta prohibición del cruce de personas no mágicas hacia el Mundo Mágico había hecho tambalear un poco la iniciativa de cierre de fronteras con fines de mejora económica que había propuesto el Ministro de Magia, debido a que los padres no mágicos no iban a separarse de sus hijos mágicos aunque les ofrecieran becas o subsidios, sería inhumano separarse de sus hijos todo el tiempo que durara su educación mágica, por qué sí, hasta ese punto llegó la insensibilidad del Ministro de Magia hacia las familias mixtas.



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En el texto hay: hogwarts, magos negros

Editado: 16.12.2024

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