Jake Porter y el Legado de los Horrocruxes

Capítulo 6: Golpe Bajo

¡Cuidado! -el grito de Hiacynth lo sacó de sus recuerdos.

Por casi nada Jake esquivó una bludger que volaba bajo, hizo pecho tierra, y sus pulmones se llenaron con el olor del césped húmedo, sus manos quedaron verdes por el zacate que había aplastado y maltratado, su camiseta quedó igual, justo como cuando jugaba fútbol la temporada pasada.

Ese no era le momento de sumergirse en recuerdos, pero el ligero peso de la varita en el bolsillo de su pantalón era un recordatorio muy presente, ahora él era un usuario de varita. Empezó a sentir un sudor frío recorrerle la espina.

–¡Au! -exclamó después de que sintió un toquecito eléctrico recorrerle el muslo-. Te dije que no me dieras toques, Atlas. -murmuró sacando la varita.

Jake se quedó mirando a Atlas, parecía que la varita sabía lo que había estado pensando y por eso le mandó el toquecito, para hacerlo volver.

–Muy bien. -dijo Maarika detrás de él-. El Wingardium Leviosa es un encantamiento más o menos sencillo, si no, no habría tanto niño jugando al Quidditch, lo difícil…

–Es mantenerlo activo mientras juego, ya me lo había explicado Hiacynth. -explicó Jake.

–Así es. -aseguró Maarika.

La señorita bruja recogió la tercera escoba, y puso un pie a cada lado, sostenía a Bon con la mano izquierda. Un escalofrío de gusto recorría la espina de Maarika, ¡cómo extrañaba volar!, recordaba que cuando su resolución había sido renunciar al Mundo Mágico, lo que más extrañaría sería a su varita Bon y volar en escoba, aunque esto último ya tenía años extrañándolo.

» La varita siempre pegada a la escoba, después de que invoques el Wingardium Leviosa, esto servirá para que mantengas activo el encantamiento mediante el contacto con la escoba, tendrás que aprender a ser ambidiestro. -advirtió Maarika-. Pero por ahorita con que emprendas el vuelo y agarres un bate ya es ganancia.

Maarika le mostró la floritura y la pronunciación correcta. Lo practicaron un par de veces, mientras que las dos bludger, detrás de ellos, azotaron la una contra la otra, y una se dirigió a ellos, obligándonos ir pecho tierra, con la varita en una mano y la escoba en la otra.

–Tengo que lanzarte un encantamiento. -advirtió Maarika, mientras se levantaban-. Es un Protego, servirá para protegerte cuando estés arriba. Cierra los ojos para que no anules mi magia.

Jake dudó un par de segundos que no tenían, pero finalmente cerró los ojos, mientras se pasaba un nudo por la garganta.

--Protego.

Jake que tenía los ojos cerrados, no vio lo que hizo Maarika, pero sí sintió cómo algo lo envolvía, era cálido y le hacía cosquillas al contacto con la piel.

» Listo. Primero, invoca el Wingardium Leviosa apuntando a tu escoba; segundo, pega a Atlas a la escoba, apretando lo suficiente para no sofocar la varita; y, tercero, pega un pisotón para elevarte. ¿Entendido?

Otra vez las bludgers chocaron entre ellas, provocando que dieran un respingo. De nuevo, Jake acomodó cada pie a cada lado de la escoba, respiró hondo, para controlar la náusea creciente pero no estaba seguro si era por miedo a su propia varita qué le daba toquecitos cada que dudaba, si era a volar en escoba por primera vez, por ridículo que sonará, o si era por la emoción de hacer un deporte nuevo por primera vez.

Jake movió delicadamente a Atlas, mientra susurraba de la mejor manera el Wingardium Leviosa, la escoba dio un trastabillo, lo que hizo latir desbocado el corazón de Jake, que de reojo podía ver a Maarika gesticulando exageradamente la pronunciación correcta del nombre del encantamiento, pero sin soltar sonido.

–Señorita Maarika, esta lo bastante cerca para decirme la pronunciación correcta y no hacer caras ridículas en este momento tan serio. -dijo Jake, sin levantar la mirada para verla de frente.

Maarika abrió los ojos ante la réplica de Jake, casi ofendida, casi, pero sí, el muchacho tenía razón; era un momento de seriedad, tenía la toda la maldita razón, pero ponerse rígido de pensamiento podría cerrarle la flexibilidad que su mente necesitaba para ese momento; porque lo que Jake no sabía es que Maarika hacia esas payasadas para mantenerlo relajado y que pudiera hacer algo realmente difícil: invocar un Wingardium Leviosa por primera vez, sin haber llevado ningún tipo de entrenamiento o educación mágica y mantenerlo activo mientras volaba por primera vez, con dos bludger locas que irían tras él tan pronto él se elevará por los aires con el bate.

Jake intentó dos veces más, pero nada pasó. Atlas que estaba pegada a la escoba le mandaba toques eléctricos, el segundo un poco más intenso que el anterior y así sucesivamente. La desesperación comenzaba a adueñarse de él, nunca había notado que le sucediera algo mágico, excepto.. excepto la noche del fallecimiento de sus…

–¡Au! -exclamó soltando a Atlas que cayó al suelo.

Jake miró enfadado a su varita, mientras se inclinaba a recogerla, más enfadado consigo mismo por no lograr nada, ahora que más necesitaba su magia… no podía… él se estaba anulando a sí mismo. Se había agachado a recoger a Atlas.

–¡AU! -ahora había sido un toque eléctrico, nada de los toquecitos bromistas de antes.

Por ridículo que sonara, parecía estar de… no, Atlas no parecía estar de mal humor, no; más bien, estaba preocupada, como él, que estaba preocupado por al seguridad de Hiacynth, la señorita Maarika y de sí mismo.



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En el texto hay: hogwarts, magos negros

Editado: 07.04.2025

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