Septiembre estaba terminando, lo cual generaba gran interés y emoción en los estudiantes, porque por fin, daría comienzo la nueva modalidad de la Copa de Quidditch de Hogwarts. Además, falta poco para que el nuevo estadio que donó amablemente el señor Toppler quedara listo.
Los primeros en competir por la copa serían los estudiantes de Hogwarts Alto, y dentro de un mes, los alumnos de Hogwarts Bajo competirían por su propia copa, aquellos que no dominaran bien el vuelo en escobas, o que no supieran siquiera volar en una, todavía tendrían un mes más para dominar su vuelo.
Debido a las ocupaciones propias de los estudios en Hogwarts Alto, solo se inscribieron ocho equipos, lo que sentaría las bases para futuras copas, serían conocidos como la Liga de Hogwarts Alto; en esta primera temporada lo equipos era: Phoenix, Ghouls, Lycans, Banshees, Ravens, Manticors, Harpies y Winter Clouds; no cabría duda de que eran alumnos y deportistas de élite, eran casi profesionales: estudiaban vuelo en escoba con fines deportivos, diplomado y especialidad en Quidditch, de aquí saldrían los siguientes representantes de Gran Bretaña para la próxima Copa Mundial.
El domingo, 3 de octubre de 2004 se celebró la inauguración de la Primera Copa de Quidditch con equipos Multi-Casas de Hogwarts, todo gracias a la visión de la maestra Broom y la aprobación de la directora McGonagall a pesar de que había muchos docentes, los más tradicionalistas en contra de modificar las mecánicas de juego. La euforia era contagiosa el día de la inauguración.
–Buenas tardes. Me presento soy Dominique Fewrtz, estudiante del sexto curso de vespertinos de Slytherin; me acompaña, Taylor Cortéz, Hufflepuff del séptimo curso. -dijo la maestra de ceremonias.
–Buenas tardes, tal como dijo mi compañera de Slytherin, soy Taylor Cortéz, de Hufflepuff, los siempre presentes. -dijo el joven Taylor Cortéz, sus últimas palabras habían alborotado a todo el público amarillo en las gradas, que saliendo de su seria solemnidad aplaudieron como si fueran Gryffindors, porque los Hufflepuff, siempre presentes pero nunca vistos.
–Con el ánimo de crear lazos más fuertes dentro de la comunidad escolar que es Hogwarts, la propuesta de la profesora Broom abrió las puertas para esta Copa. -dijo Dominique Fewrtz.
–Y pensar que todo comenzó como una alternativa para resolver los problemas entre dos estudiantes y evitar un enfrentamiento físico, entre un Slytherin y un Hufflepuff, ¿no te parece curioso, Dominique? -preguntó.
–Y aquí estamos, una Slytherin y Hufflepuff dirigiendo la Ceremonia de Inauguración del primero de muchos partidos de esta nueva Copa de Quidditch con equipos Multi-Casas. -dijo Dominique Fewrtz, la Slytherin.
–El presidio está compuesto por grandes personas, Dominique; nos acompaña la Directora McGonagall, la profesora de Vuelo en Escoba, la profesora Broom; también nos acompaña, quien en su generación fuera el Rayo Azul de Ravenclaw, la mestra de Encantamientos Ancestrales, la profesora Rey, así como el cuerpo docente de esta apreciable institución. -dijo Taylor Cortéz, el Hufflepuff.
–También contamos con la apreciable presencia del señor Toppler, dueño de los Estadios de Quidditch Toppler, quien tuvo a bien la gentileza de patrocinar el segundo estadio en el que también se jugarán estos partidos de Quidditch. -comentó Dominique-. En representación del Ministerio de Magia, nos acompaña la señorita Clarisse Cuttler. -dijo la muchacha.
–Así como Phillip Morrison, representante de la Asociación de Quidditch Profesional y Escolar. -comentó Taylor- No olvidemos al honorable señor Orion J. Blackwood, representante de la Sociedad Industrial Mágica, y presidente de la Industria de Herramientas Mágicas.
–Y, por último, pero no menos importante, la señora Martina Decker, presidenta de la Asociación para la Protección y Apoyo a Personas Mágicas Menores. -dijo Dominique.
Cada uno de los invitados a esa Gran Inauguración de la Copa de Quidditch de Hogwarts, recibió su merecido aplauso.
–Por favor, pongámonos para recibir la bandera del Ministerio de Magia. -pidió Taylor, de manera solemne.
El ruido ensordecedor del estadio enmudeció de inmediato, al tiempo que toda la multitud se ponía de pie o se quitaba sombreros y gorras que habían llevado al partido. Jake sorprendido siguió el protocolo imitando a sus compañeros.
Allá en lo bajo, en el césped del campo de Quidditch, una pequeña escolta, seis miembros, estudiantes de los cursos mayores del Colegio de Magia y Hechicería, portaba una túnica militar de color negro, el abanderado llevaba la bandera morada que en el centro tenía un triángulo, con un círculo dentro y una lína que la dividía ambas figuras, todo en color dorado; en el cuadrante superior derecho, en un azul profundo, había una estrella plateada; y, en el cuadrante inferior derecho, de un rojo sangre, un ave que no supo descifrar, pero que Hyacinth le explicaríá más tarde que era un fénix. El protocolo fue mantenerse en posición de firmes mientras la escolta hacía un recorrido con el que mostraban la bandera a todos los presentes en el estadio, y a la vez que los presentes murmurban a una sola voz, con solemnidad un juramento que Jake todavía no sabía que debía haberse aprendido.
Cuando se hubo retirado la Bandera, después de que terminó el protocolo, la algarabía regresó de inmediato, aunque no duró mucho porque los invitados del presidio compartieron una palabras.