Jamás me volvería a casar contigo.

La angustia de Dulce María.

 

Dulce María joven y soltera, 1987. 
Viernes 12 de noviembre. 
Realidad original.  

Juan Carlos se levantó dejando a Dulce María sola por unos momentos, para ir a buscar a su amigo a la barra, y de repente una luz cegadora los deslumbró a todos, pero nadie la tomó en cuenta, tal vez pensando que se trataba de uno más de los efectos de luces del antro, pero a ella la dejó llena de angustia, haciéndola levantarse inmediatamente para ir a buscar a Juan Carlos.  
 –No está Alfonso. —le dice Juan Carlos. –Me dijeron los de la puerta que se salió y se subió a un taxi.  
Dulce María sintió que se sofocaba, y una necesidad terrible de ir a buscarlo la llenó.  
 –¡Tenemos que encontrarlo Juan Carlos! Me siento terriblemente mal por lo que le dije, ¿No sabes a donde se fue? Tal vez esté en su casa, acuérdate que quería irse a su casa cuando pensó que era tu novia; ¡Llévame a su casa o ayúdame a encontrarlo por favor!  
Le dice Dulce María abrazándolo angustiada, a Juan Carlos le pareció muy exagerada su reacción, porque la conocía muy bien, y nunca la había visto tan preocupada por alguien, menos a alguien que acababa de conocer.  
 —¡Tranquila, amiga! Él va a estar bien, no andaba tan tomado, ni creo que se haya enojado tanto por lo que le dijiste, mira, vamos al teléfono publico de la esquina y voy a hablar a su casa, vas a ver que ya de seguro está jugando Nintendo con sus hermanos, o escuchando música en su cuarto.  
Le dice Juan Carlos y al llamar a su casa, uno de sus hermanos le dijo que se había ido a la disco con un amigo, él les dijo que si llegaba, que ya no lo dejaran salir porque estaba muy tomado, y que en 20 minutos iba a volver a llamar para ver si ya había llegado.  
Dulce María y Juan Carlos esperaron impacientemente los 20 minutos, y al volver a llamar les dijeron que no había llegado.  
 –¡Tenemos que encontrarlo Juan Carlos! No se por qué, y apenas lo acabo de conocer, pero lo que siento es de vida o muerte, como que si le fuera a pasar algo, o como si me hubieran arrancado el corazón; como si parte de mi vida se estuviera yendo con él; ¡Anda, vamos a buscarlo!  
Le dice Dulce María y se pusieron a recorrer todos los antros de la 20, le preguntaron a todos los conocidos que se encontraron, y nadie ni siquiera lo había visto pasar, hasta fueron la lejana discoteque “La 5ta dimensión”, a donde era muy conocido, y así, en aquella búsqueda sin éxito, los alcanzó el amanecer, Dulce María tenía que regresar a su casa, y Juan Carlos logró tranquilizarla un poco, prometiéndole que en cuanto la dejara a ella en su casa, se iba a regresar a la casa de Alfonso a esperarlo, y le iba a llamar a su casa, para confirmarle que se encontraba bien.  
 




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