Jamás me volvería a casar contigo.

La viuda joven.

Capítulo 29. 
Nikita Violante 2006. 
Miércoles 26 de abril. 
Realidad paralela 2. 
La viuda joven. 
Paloma cerró los ojos para no ver la luz que tanto la asustaba, y mientras abrazaba a su mamá y a su hermano, de repente miró a su papá que estaba en unas gigantescas estructuras metálicas, como en lo alto de una torre y de repente lo vio cayendo al vacio, al despertarse suspiró aliviada al comprender que se trataba tan solo de una pesadilla, pero a la vez despertaba a otra pesadilla, al darse cuenta que su hermanito ya no estaba, y se encontraba sola en una habitación desconocida, ya que buscó la ventana mágica en la pared y tampoco estaba, de hecho ya no estaba nada, ni la cama, ni el tocador, ni siquiera la habitación de su tía. 
 –¡Mamiii, mamitaaa! –gritó desesperada y enseguida Dulce María apareció por la puerta. 
 –¿Qué pasó mi pequeñita, tuviste una pesadilla? –le pregunta a su hija mientras la abrazaba. 
 –¿Viste la luz, mamita, viste que se llevó a Joshua? 
 –Si vimos una luz tus tíos y yo, pero debió de haber sido un corto, ya lo están revisando, pero; ¿Quién es Joshua, acaso un amiguito de la escuela? 
 –Mami, tú estabas conmigo y con Joshua hace un minuto en la casa de mi tía Paty, te dijimos que la luz que se había llevado a Melina, se iba a llevar a Joshua también; ¿No me digas que tampoco te acuerdas de Joshua? Ya te habías olvidado de Melina, y nos dijiste que nos ibas a llevar al psicólogo para que te ayudara a recordarla. 
Dulce María sentía una angustia inexplicable en el corazón, que debería de ser de la preocupación por la pesadilla que pensaba que había tenido su única hija, pero no, era algo mucho más fuerte y no se explicaba qué. 
Tomó a su hija en brazos y la sacó de su cuarto, dónde vivían, y algunos de sus hermanos y hermanas en la casa familiar, para llevarla al cuarto de su hermano Rodolfo, que era doctor. 
 –¿Qué hacemos en casa de los abuelos mami? ¡Mejor vámonos a la casa! Joshua va a regresar con Melina por la puerta mágica de su cuarto, y tenemos que estar ahí. 
 –¿De qué casa hablas Nikita? Si nosotras siempre hemos vivido aquí; ¿Y quiénes son Joshua y Melina?  
Pregunta Dulce María mientras su tío Rodolfo y su tía Paty las escuchaban. 
Paloma rompió en llanto al comprender que la luz se las había llevado a una realidad alterna dónde no existían ni su hermano Joshua, ni su hermana Melina, ni mucho menos la casa donde vivían, porque el cuarto donde la había encontrado Dulce María gritando desesperada, era el cuarto de su mamá, de cuando era niña, adolescente y soltera. 
 –¡Yo no me llamo Nikita, yo soy Dulce Paloma! ¿Y mi papá, también vive aquí?  
 –¡Ay Niki! ¿Por qué me preguntas por él? ¡Si Ya sabes que tu papá se murió en un accidente en su trabajo poco antes de que tú nacieras! Y ni siquiera te alcanzó a conocer. 
 –¡No mami, mi papá vive! Y tengo dos hermanitos, Dulce Melina y Joshua Jared, mi papá no pudo haberse muerto porque ellos jamás hubieran nacido. 
Dice Dulce Paloma, ahora conocida como Nikita Violante Otáñez, rompiendo en incontrolable llanto al comprender que la luz se la había llevado a una aterradora  realidad alterna, donde su papá estaba muerto, ella tenía otro nombre, y nunca había tenido hermanos. 
Y entre los espasmos de su llanto, provocados por el miedo que la sobrecogió al comprender la aterradora realidad en la que estaba viviendo, su tío le dio una pastilla para que se calmara, mientras Dulce María la abrazaba, porque había caído en una crisis nerviosa. 
Dulce María, la viuda joven estaba muy angustiada, pero aunque creyó que era por el estado crítico en el que había caído su única hija, en realidad no tenía ni idea de lo que en realidad estaba sucediendo, o mejor dicho, de lo que en esa realidad alterna estaba sucediendo. 




 




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