Jamás me volvería a casar contigo.

Las 11:39 pm.

Capítulo 35. 
Alfonso y Dulce María jóvenes y solteros 1987, parte 5. 
Domingo 14 de noviembre. 
Realidad original.  

En la realidad original de tiempo de aquellas realidades alternas, Dulce María seguía sintiéndose inquieta y preocupada por aquel chico que tiernamente recordaba como: ”El muchacho de los ojos tristes” Y se resistía con todas sus fuerzas a aquel sentimiento, ella no estaba enamorada de nadie, ni nunca se había enamorado, claro, había tenido sus primeras ilusiones como cualquier jovencita, y aunque le sobraban pretendientes por su belleza única, ni a novio llegaba, su carácter era muy difícil como buena escorpión, y por eso se le hacía raro y constantemente se preguntaba el por qué lo estaba pensando tanto, si tan solo lo conoció durante un par de horas, y ya había descartado ese sentimiento de culpa que había sentido por haberlo echo enojar con su comentario, así que decidió olvidarse de él, además ella no era de esas chicas que buscaba a los hombres, ya que pensaba que sí un hombre la quería para algo, pues él la tenía que buscar.  
Pero él hombre de sus pensamientos, aquel muchacho de los ojos tristes, ni siquiera le había pedido su teléfono.  
Y aunque todo el día estuvo a punto de marcarle a su casa, aún a sabiendas de que no iba a estar, pero con la esperanza de que ya se hubiera regresado, cada vez que tomaba el teléfono para marcarle, y sin atreverse lo volvía a soltar enojada y arrepentida, se le hacía más tarde, hasta que ya decidida y enojada porque no podía contener sus ansias de marcar ese número que no podía olvidar aunque ya había tirado el papelito, porque ya lo tenia instalado en sus pensamientos, bajó a la sala y por fin marcó, pero ya el reloj indicaba que eran las 11:39 de la noche, y cuando el teléfono apenas estaba dando el tono de llamada, una luz la deslumbró por un par de segundos, provocándole una sensación de vértigo.  
En el mismo momento, pero en la carretera Veracruz—Poza Rica, Alfonso se acomodaba para dormir durante el trayecto de regreso y también, a las 11:39 de la noche, la luz deslumbrante apareció, y sintió que caía en un gran vacío, pero ya no supo si alguien más la había visto. 

 




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