Jamás me volvería a casar contigo.

La viuda joven parte 2.

Capítulo 40. 
Los magos guerreros 2006, parte 10. 
Martes 24 de abril. 
Realidad original.  
La viuda joven, parte 2. 
Dulce María y Nikita atravesaron la puerta mágica, y en cuanto Melina retiró sus manos, ésta se desactivó, quedando tan solo como lo que era, un dibujo en la pared. 
 –¡Manita volviste!  
Dice Joshua prácticamente atrapándola cuando cruzó la puerta, abrazo que ella no pudo corresponder porque abrazaba a su reloj de cucú. 
Dulce Melina se quedó parada mirando a aquella mujer que abrazando también a su reloj de cucú, había atravesado su puerta mágica, quien debería de ser su mamá, pero no, era otra mujer, el mismo rostro, pero con una diferente manera de vestir que la hacía lucir mucho más delgada y más joven, además tenia el cabello mucho más largo y lacio que la Dulce María que esperaba ver atravesar su puerta mágica. 
 –¿Tú no eres mi mamá, verdad? 
Y la viuda joven, tan solo se les quedaba mirando a los 3, era tanto lo que tenía que asimilar en su ideología, que apenas unas horas antes, era la de una mujer normal, que todos los días luchaba por salir adelante con su única hija, que no sabía que decir, ni que hacer, porque al ver el enorme parecido que tenía ese niño que abrazaba a su Nikita, con su difunto esposo, por un momento pensó que se había vuelto loca, y buscó apoyo en algo, tratando de acomodar su reloj de cucú, porque si se desmayaba se le iba a romper, acabando sentada en la cama de Melina, sosteniéndolo en sus brazos. 
 –¡Ella sí es mi mamá!  
Dice Dulce Paloma, soltándose de Joshua, para acomodar su reloj sobre la cama de aquella habitación, para correr a abrazarla.  
 –Pero en la realidad paralela en la que vivíamos, ustedes nunca nacieron, porque mi papá murió apenas un día antes de que yo naciera.  
 –Pero… ¿Cómo es que naciste tú y nosotros no? ¡Si tú eres la más chica! –dice Joshua.  
Y ante el silencio y el miedo que reflejaron aquel par de niños, ante lo que estaban escuchando, Dulce María, con entereza, suspiró para tomar fuerzas, y les dijo: 
 –Tú debes de ser Dulce Melina y tú Joshua Jared; ¿Verdad? 
 –¡Si mami! Ellos son los hermanitos que te dije que tenía, cuando me dijiste que mi papá se había muerto en un accidente en su trabajo. 
 –¿Mi papá está muerto en la realidad de dónde vienen? –pregunta el pequeño. 
 –Si pero esa realidad paralela dejó de existir porque mi mami y yo encontramos la forma de enviarle un mensaje a través del tiempo con la ayuda de los relojes de la abuela, por eso colapsó, se la tragó un abismo, si ustedes no nos hubieran dejado entrar, también nos hubiera tragado a nosotras. 
 –Esperen niños, necesito saber algo primero que todo lo que me tienen que decir, para comprender todo lo que está pasando; ¿Ustedes son hijos de Alfonso Violante Herrera? 
Les pregunta la viuda joven, tratando de tomar el control de la situación. 
 –¡Si mami, ya te dije que ellos son mis hermanitos, los que no recordabas! 
 –¡Espera Niki! Que necesito saber algunas cosas primero para saber que es lo que está pasando. 
 –Si mami, siii, pregúntanos lo que quieras, que nosotros te ayudaremos. –dice Nikita. 
 –¿Y también son hijos de Dulce María Otáñez D’Villë? 
 –Si mami, esa eres tú. —le contesta Dulce Paloma. 
 –¿Y su papá donde está? 
No lo sabemos, él debe de estar trabajando en algún pozo petrolero. 
Al escuchar esto, Dulce María perdió toda su entereza y agachando la cabeza, rompió en un incontrolable llanto, Paloma la abrazó por el cuello, y sus hermanitos no pudieron resistirse a abrazarla también. 
 –¡No llores mami! –le dice el pequeño Joshua. –Ya todo va a estar bien. 
Dulce Melina también se le colgó del cuello y ella amorosamente los acogió a los 3 en sus brazos. 
Y pasando un rato, en que ella desahogó todo ese llanto que le había quedado aún rezagado después de 12 años de viudez, y al ver la tristeza que estaba provocando en aquellos niños de los cuales dos no eran sus hijos, suspiró profundamente para tranquilizarse. 
 –¡No se preocupen niños! Si no lloro porque me sienta triste; ¡Todo lo contrario! Al saber que el papá de mi Nikita está vivo, no importa que todo mi mundo haya sido destruido; ¡Con tan solo saber que lo voy a volver a ver, me siento la mujer más feliz del mundo! Yo se que no soy su madre pero lo seré, y bien, si dicen que su papá está trabajando en un pozo petrolero; ¿Cuándo le toca llegar? 
 –No lo sabemos, él vive con la abuela Gloria en Reynosa, a veces viene, pero como ustedes se odian, lo vemos muy poco. –dice Dulce Melina. 
 –Además, ustedes están divorciados y cada uno tiene ya otra pareja. –dice Joshua. 
 –¿Quéee? –pregunta la viuda joven, incrédula.  
En eso, el ring ring del teléfono de la sala comenzó a sonar, ya pasaban de las 12 de la noche y Joshua se bajó a contestar la llamada.  


 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.