Jamie Truman: Historia de un asesino

Capítulo 7: Avance significativo

Esa mañana, el teléfono sonando en la sala, despertó a Alex. Betty lo llamaba desde el psiquiátrico por orden de Cross. Desde luego, lo primero que hizo Alex fue consultarle si algo sucedía con Jamie, pero descartó inmediatamente la idea ante la negativa de Betty. Había otro motivo del que fue puesto al tanto. Betty le explicó que Edward Cross le había pedido comunicarse con él para solicitar su presencia esa tarde, a las 14:00 PM. en el psiquiátrico. Alex accedió, pero se quedó pensando la razón debido a que no recibió mayor explicación. Decidió creer que solo se trataba de Cross mostrándose ansioso por las posibles novedades del caso. Y aunque en verdad, él sabía que estaba en una etapa muy temprana del tratamiento para hacer un balance acertado o siquiera pretender un diagnóstico vehemente; igual podía hablarle del dato más relevante, ese mismo que le había dado Jamie al asegurarle que pronto le diría dónde estaban los cuerpos.

En la tarde, cuando llegó al lugar minutos antes de la hora pactada, Betty lo recibió con la misma simpatía que la caracterizaba. Alex le preguntó por Jamie y ella le respondió que se encontraba en el comedor, ayudando a Arthur como todos los días. Él asintió sonriente y aunque tenía muchas ganas de ver a su paciente, se excusó con ella para dirigirse al despacho de Cross.

—Más puntual que las malas noticias —dijo el director riéndose hacia el final de su frase—, pase por favor.

Alex ingresó en su despacho y le tendió la mano, Cross la estrechó y en ese momento hubieron sonreído en mutua cordialidad.

—¿Cómo está señor director?

—Por favor señor Smith. Usted ya es de la casa, podemos dejar las formalidades. Dígame Cross, Ed o Edward, como lo prefiera.

—Muy bien, en ese caso le pediré que usted me llame Alex. Así estaremos en igualdad de condiciones.

—Concedido, Alex —respondió Cross con una sonrisa insostenible ante el resto de su lenguaje corporal evidenciando su ansiedad—. Seguramente se estará preguntando por qué lo llamé un día en que no debía venir. ¿Cierto?

—En realidad creo que ya sé por qué lo hizo, y creo además, que tengo muy buenas noticias para usted, Ed.

Alex sabía que no podía dejarle saber nada a Cross sobre los delirios conspirativos del muchacho, no porque creyera una sola palabra, sino, porque si lo hacía, como primera instancia estaría faltando a su ética laboral —confidencialidad: secreto médico—, y además, desconocía si el director pudiera mencionar esto en una eventual conversación con Jamie, lo que le podría causar el perjuicio de perder la confianza de su paciente, y por ende, todo el progreso conseguido hasta entonces. Una decisión más que se perfilaba en la línea de no tomar notas, algo que ya había cambiado desde que decidió grabar el audio de las sesiones. Un cambio que se debía tan solo al hecho anterior de haber cumplido con su propósito primero: romper el hielo.

—Me vendría muy bien una buena noticia, Alex. No se contenga —pronunció Cross. Luego unió las manos sobre la cara del escritorio; la expectativa lo superaba.

—Muy bien, Ed. Primero debe saber que, hasta este punto, los avances con Jamie no pueden considerarse como importantes. En verdad no marcan más que el inicio de un trato en confianza entre nosotros. Entenderá que primero debo elaborar un perfil psicológico propio de mi paciente, validando o dando por tierra las conclusiones de mis colegas, pero de todas formas y aunque no podría especificar el tiempo que eso tomará. Debe saber que Jamie y yo tenemos un acuerdo. Él me permitió decirle que promete decirme la ubicación de los cadáveres siempre y cuando pueda respetar sus tiempos. Yendo solo por los temas que él sienta deseos de sondear.

—Eso sí que es un avance significativo —dijo Cross sonriendo—. Sus colegas apenas si pudieron superar los tres meses con él y todos se fueron con la cola entre las patas, hablando mal y pronto: frustrados y dolidos de que todas y cada una de sus técnicas fallaran, pero usted, en menos de un mes ya tiene mayores posibilidades de lograrlo que todos ellos juntos. No sé cómo convenció a Jamie, pero puedo decirle que ya sé cómo me convenció a mí. Es un hecho; no me equivoqué al elegirlo.

—Muchas gracias, Ed. Es usted muy amable, pero, por favor, tenga en cuenta que aún no debe descorchar el champagne. Como le expliqué: Jamie lo dirá, pero a su tiempo. No podría decirle a usted y ni siquiera podría intentar adivinar para mí mismo cuánto tiempo realmente tomará. En la psiquiatría no hay nada preestablecido. Un caso puede tomar meses, otros años y algunos requieren atención de por vida. Esto también entenderá, depende de la capacidad que tenga el psiquiatra para entablar una relación de confianza plena con su paciente. De otra manera sería imposible conocer las causas de su padecer y así, elegir la vía más adecuada de tratamiento. Esto solo se lo digo por mencionar mi plan de trabajo. —Cross asentía con su cabeza, pendiente de cada palabra—. Es por eso que debo pedirle calma. Sé que pudiera pensar que se lo estoy contando mucho más complicado de lo que es, pero la realidad es que para hacer un buen trabajo, necesito hacerlo sin fecha límite. Dedicarle a Jamie el tiempo necesario, ni más ni menos.

Cross se movió hacia atrás, apoyando la espalda en la silla y guardó silencio unos cuantos segundos. Alex no insistió. Sabía que estaba en lo correcto al pensar que había dibujado la línea, la misma que exigía la libertad necesaria para hacer su trabajo como él pensaba que debía hacerlo.

—Cuando dije que usted era de armas tomar, parece que tampoco me equivoqué, Alex. ¿Me está diciendo que no quiere hablar conmigo cada vez que crea conveniente solicitar una reunión con usted?

—Sí y no. ¿Mis colegas no tuvieron esta conversación con usted? —Cross solo sonrió al tiempo que alzaba su ceja derecha, escéptico—. Como le decía, es sí por el hecho de que su constante monitoreo podría hacerme sentir presionado, algo que no puede pasar si espera que haga un buen trabajo. Y es no, porque existe algo llamado ‘ética laboral, secreto profesional’. De hecho, aún me pregunto cómo consiguió que mi colega anterior le diera el expediente de un paciente. Esa información es privada y no puede ser vista por cualquiera...



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En el texto hay: asesinos

Editado: 29.11.2020

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