Jane

Capítulo 25

Cora se agarró fuertemente del agarrador que había encima de su puerta y cerró fuertemente los ojos. Los virajes que practicaba su nuera en el aire la tenían totalmente aterrada. Pensaba que seguramente, al llegar a tierra, vomitaría sin remedio. Sin embargo, su nieta, en el asiento trasero, hacía balbuceos divertidos.

—Por favor, Vivian...—le dijo la mujer como pudo.

—Ya salgo, joder, ya voy—contestó la chica como si la mujer le estuviera cortando el rollo.

Poco después la mujer sintió que aún volaban, pero ya no se viraba. Abrió un ojo y vio que ya estaban en un carril de aterrizaje y al poco la chica tocó tierra y se internó en el tráfico. Cora la miró.

—Oye cielo, se que estás desesperada por verlo, pero...

—Lo voy a matar. Voy a hacerlo cachitos y os prepararé el estofado más rico que hayáis comido en vuestras vidas—le dijo, con las mejillas encendidas.

—Vamos, tonta, te mueres por verlo—la chinchó Cora. Suspiró—Y yo, madre mía. Espero que sea cierto lo que dijo el presi y todo haya terminado por fin.

Vivian no contestó, pero parpadeó rápidamente para espantar las lágrimas que hacían por delatarla. Aparcó rápidamente en la entrada trasera de la sede. Sabía que lo último que quería Rick era que el aluvión de personas que habían venido a recibirlo y recibir a todas aquellas personas que habían liberado del centro lo agobiara.

Vivian salió del coche y se encaminó hacia Reynolds. Parecía tan aliviado como ella.

—¿Sabe cómo están?

—La reina vaturi se ha comunicado conmigo para decirme que Shadow City ya no existe. La ha volado completamente.

—¿En serio?

Reynolds asintió, no sin pesar.

—Nadie enfada a la reina. Es difícil hacerlo, pero la intención de O'Connor para con Rick ha sido demasiado para la comunidad vaturiana.

Vivian se quedó un momento pensando en aquello y se preguntó qué aspecto tendrían todos ellos y cómo se habría tomado Rick el conocer a la que en realidad también era su reina.

—¿Y Rick? ¿Está bien?—le preguntó Cora al presidente, que había salido del coche con Jane en brazos.

—Lo último que he sabido era que había salido de la ciudad con su padre. Y su coche, claro.

Vivian puso los ojos en blanco y en aquel momento se oyó que por aquella calle se acercaba un coche zumbando. A la chica le dio un vuelco el corazón al ver el inmenso coche. Se paró delante de la entrada con un frenazo limpio.

Henry salió enseguida y se fue corriendo a su mujer, que la abrazó con la niña incluida.

—¿Estáis bien?—le preguntó la mujer, emocionada.

—Muy bien—dijo el hombre, besando a Jane. Se volvió hacia Reynolds—Presidente.

El hombre lo saludó con un inclinación de la cabeza y se fijó en Rick, que se acercaba a él. Vivian se llevó las manos a la boca al verlo con el mismo traje vaturiano que su padre. Tenía la cara golpeada en varios sitios, un corte en una mejilla y sangre seca en los labios. Pero estaba bien. La chica se acercó a él, que la miró enseguida, y le sonrió.

—Vi, ciel...—empezó, pero la chica le dio un sonoro bofetón.

—¿Cielo? Hostias, desgraciado—le dijo, y se echó a llorar—¿Cómo has podido hacerme esto? ¿Querías que tuviera un aborto o qué? ¿Has pensado en...?

Pero el chico le puso un dedo en la boca y la miró con toda la dulzura que pudo, pensando en todo lo que él era y Mark nunca había sido. En todo lo que él sí le daba a su mujer y le daría más a partir de ahora por lo que Gina nunca había tenido. La chica se quedó mirándolo, sin comprender.

—Sólo pensaba en lo mejor para vosotras. Mi familia—dijo él, y vio que había dicho lo correcto, porque la chica se emocionó y se echó a su cuello, como hacía siempre. Rick la abrazó tan fuerte como pudo y la soltó enseguida que su madre se acercó a ellos con Jane aún en brazos. El chico cogió a la niña y la abrazó tan fuerte como pudo sin hacerle daño. Sus brazos habían echado de menos tocar aquel pequeño cuerpecito, que enseguida empezó a balbucearle.

—Mi chiquitina—le dijo, mirándola, sonriente.

Pero su padre se acercó a él y lo miró, serio. Rick le devolvió la mirada y vio que el hombre le señalaba el coche. Debía hacerlo. Rick bajó la mirada y luego miró a Vivian.

—He traído a alguien—le dijo.

—¿A quién? No veo a nadie más en el coche—dijo la chica, extrañada.

—Porque no está viva—le dijo él con pesar.

Vio algo en la mirada de la chica, pero comprendió que no entendía. Miró un momento a su madre y le dio a la niña. Se volvió hacia Vivian.

—Me intentó ayudar a escapar. Nunca creí que sería ella de quien recibiría ayuda. Y nunca creyó que estuviéramos perdidos. Me dio fuerzas hasta que llegó mi padre con la reina. Si no fuera por ella, yo no estaría aquí ahora. Archer intentó matarme.

—¿Qué estás diciendo?—le preguntó Vivian, confusa—¿Te disparó?

—Sí. Ella se interpuso.

—¿Quién?

En lugar de contestarle, Rick se marchó hacia el coche y abrió la puerta trasera. Se metió hasta el fondo hasta que su cara quedó encima de la de Gina.

—Muchas gracias por todo—le dijo. El chico le dio un besito en la frente y se preparó para sacarla.

Una vez fuera y con ella en brazos, miró a Vivian. Ella lo miraba con consternación.

—¿La mujer de Archer?—le preguntó—¿Qué demonios hace ella aquí?

—Ya te lo he dicho. Se ha interpuesto entre las balas y yo. Si no fuera por ella, yo no estaría aquí.

—Es verdad—le dijo Henry con pesar.

Vivian lo miró un momento y regresó al vista a Rick. Vio que el presidente se acercaba a él. Miró a la chica con pesar.

—Lo lamento mucho Rick. Le daremos debida sepultura.

Rick miró al presidente, agradecido. Y luego volvió a mirar a la chica que tenía en brazos.

—Ella sólo quería que la quisieran. Él le pegaba, la prestaba como a un objeto. Es injusto. Ella debería haber llegado aquí viva, y ser...




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