Jane parte 3. La Tríada

Capítulo 21

Allan pensó que ya se marchaban, sin embargo Lini siguió por varios pasillos más hasta llegar a la habitación en la que seguía inconsciente Inek. La mujer entró seguida de Allan y de Arceus. Tanik decidió quedarse fuera porque seguía muy alterado y la habitación era pequeña. Alas seguía con el hombre, con semblante preocupado, pero se sorprendió de ver allí a la reina con su peniari.

—Majestad, ¿qué…?—empezó, pero la mujer le dirigió una mirada y Alas calló al instante.

La mujer le tocó la frente a Rick con la punta de los dedos durante varios segundos. Allan se quedó mirando fijamente a su padre conteniendo la respiración, hasta que movió ligeramente la cabeza, frunció el ceño y abrió los ojos. Lini apartó los dedos y Rick miró a su alrededor, desorientado.

—¿Estás bien?—le preguntó Alas.

Rick asintió, pero cerró los ojos. Le dolía un poco la cabeza aún, pero se incorporó y se quedó sentado. Se miró las manos y su pecho y se sorprendió.

—¿Por qué he cambiado?—se preguntó.

—Alguien metió en tus bolsillos una piedra nashdi—explicó Alas.

Allan no pudo contenerse más y abrazó a su padre, que se le antojó muy pequeño entre sus brazos, pero lo miró con una sonrisa.

—Me has tenido muy preocupado—le dijo el chico.

Rick sólo sonrió.

—Tenemos que irnos—dijo Lini con decisión—Necesito tu colgante, Inek.

Allan se apartó para mirar a la reina, confundido. No entendía qué era lo que le estaba pidiendo la mujer a su padre. Y al parecer, Rick tampoco, porque volvió a fruncir el ceño.

—¿Para qué necesitáis eso?—le preguntó Alas.

—Porque se necesita para invocar a Omei Ya—dijo simplemente Lini.

—Y mis ati… ¿sabían esto?—preguntó Alas de nuevo.

—Sin duda sabían que era especial, ¿no? Me lo dijo tu madre cuando me lo dio—dijo Inek.

—Sí, pero…

—Me gustaría que hablarais de esto en otro momento—dijo la reina—Necesito que me lo des. O mejor, que me lo prestes. Se te devolverá.

Inek lo tocó automáticamente. No se lo había quitado desde que hacía cerca de un año se lo entregara Moara. Miró un momento a la mujer y luego se lo quitó pasándoselo por el cuello. Con aquel tamaño el colgante resultaba muy grande, pero aún así Inek sentía una extraña sensación quitándoselo. Se lo tendió a la mujer que lo cogió lentamente y se quedó mirándolo unos segundos. Luego asintió y se volvió hacia Allan.

—Vámonos—dijo decidida y salió de la habitación.

Allan se quedó unos instantes mirando a su ati y luego le cogió la mano de nuevo.

—Ve con mucho cuidado—le pidió el hombre, preocupado.

—Te quiero—le dijo el chico y le besó la mano. Luego salió detrás de la reina.

Arceus se quedó un momento mirando a Rick.

—Eso… pues cuídate—le dijo, algo incómodo, y salió también de allí.

Rick se quedó mirando por donde habían salido los dos chicos y se quitó la venda, ya innecesaria.

—¿Me puedes explicar qué ha pasado?—le preguntó a su ati.

Alas miró un momento a su peni y luego suspiró. Le contó lo que había sucedido desde que perdiera el conocimiento por el golpe de Koshak, pero había cosas que él no sabía.

—Entonces…—dijo Rick, mirando al frente, impactado—¿Tirina ha muerto?

—No—dijo Karim, que acababa de aparecer y estaba apoyado en el marco de la puerta.

Rick lo miró con sorpresa.

—Creía que había muerto, ¿qué ha…?—empezó Alas.

Karim bajó la mirada. Había dejado intimidad a las dos chicas porque estaban hablando de cosas personales y había ido a ver cómo estaba su amigo, pero estaba empezando a arrepentirse. Lo que realmente debía hacer era estar solo. No le apetecía estar con nadie.

—Simplemente la reina la ha curado—explicó—Estaba muy malherida y creíamos que había muerto.

Rick frunció el ceño.

—Eso no es todo.

Karim lo miró un momento. Quería contestarle mal. No quería hablar del tema. Pero simplemente se dio media vuelta y se marchó de allí. Rick miró a su ati con extrañeza, pero Alas tampoco tenía explicación para la conducta del chico.

—Si estás bien, vámonos a casa—dijo—Chelesi, si ya ha recuperado la conciencia, estará preocupada.

 

 

 

Una vez fuera del hospital Lini miró a su alrededor. Seguían llegando heridos, tanto de un bando como de otro. Los partidarios miraban a la Tríada esperanzados, emocionados o simplemente tristes. Los opositores los miraban con enfado, resentimiento y algunos se sujetaban entre ellos para no atacarlos. Arceus apartó un poco a Allan, temeroso de que le hicieran algo.

—Nos vamos—dijo Lini. Estaba harta de ver todas aquellas reacciones. Ni debía haber gente que creyera ciegamente en ellos ni gente que los creyera totalmente culpables. ¿Por qué no lograban entenderlo?

La mujer emprendió el vuelo y se alejó de la ciudad rápidamente.

—¿A dónde vamos?—preguntó Allan al poco de dejar Sin atrás.

Pero Lini no le contestó.

Me da miedo que nos lleve a algún sitio peligroso.

Es la reina. Somos su Tríada, ¿por qué debería llevarnos a algún sitio peligroso, según tú? —preguntó Tanik.

En lugar de contestar, Allan observó un poco el paisaje mental de su takara shi. Él no se lo impidió, pero no parecía muy contento.

¿Cómo estás?—le preguntó Allan a pesar de todo.

No lo sé. Ayudaría que Karim dejara de negarse a hablar conmigo. Que se expresara. Joder, aunque no le guste soy su nanit, que me aproveche para algo—se quejó el chico.

No puedo ayudarte en eso—lamentó Allan—No lo conozco a ese nivel. Pero créeme que me sorprende que sea tan reservado.

Lo cierto era que en aquellos meses pasados en la isla de Tarani Oni apenas habían hablado. En alguna ocasión, Tanik se había acercado a él y habían estado charlando de que seguramente Karim era algo mayor que él, que había nacido en verano y que en Karish nunca lo habían apreciado, al contrario que a Tanik en Kirita, pero poco más. El chico nunca había querido estrechar lazos con su nanit. Y ahora, Tanik sentía más que nunca que necesitaba hablar con él y expresar su opinión sobre su ati. O incluso… hablar con Tirina y pedirle disculpas. ¿Por qué? Ellos dos, al fin y al cabo, no eran responsables de los actos de su ati, sin embargo… Tanik no conocía la opinión de Karim, pero él sabía perfectamente que aunque no tuviera lógica se sentía un poco culpable por la conducta del hombre con la pobre chica. ¿Le habría hecho eso a muchas chicas suyas más?




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