Han pasado doce años y aún sigo aquí, encerrada. Era muy probable que el Mayor me hallará, demasiado probable. Me descuide mucho y baje la guardia. Pero bueno, aquí estoy anhelando mi libertad o más bien, planeándola.
No sé qué será de su vida, es un humano, ya se tendría que haber casado, tener hijos y toda la cosa que tenga que hacer.
Sé que falta poco para que todo esto termine. Hay varios devoradores de almas que ya se están cansando de vivir bajo una especie de monarquía. No falta poco.
Ahora que lo pienso, ya se cómo se sienten los canarios cuando vuelven a su jaula, tristes, guardando todas esas ganas de querer volar por lo cielos. También quiero volar. Quiero volver a sentir la tierra en mis pies, a ver el cálido amarillo de los girasoles, a volver a ver a Jacob. Espero que no me olvide, sería bastante feo eso, muy feo.
Espero que tenga un futuro feliz, lleno de prosperidad y bienestar. Y que su compañera sea alguien que lo alegre en sus tiempos de angustia.
Espero, anhelo y deseo, poder volver a verte. Fuiste el primer amigo que tuve, a la primera persona que le hable de mi pasado y la única que sabe qué clase de monstruo soy.
Falta poco, falta poco, suenan las puertas.
Falta poco, falta poco, escucho los gritos del Mayor.
Falta poco, falta poco, extraños entran a la prisión Inter dimensional y…y…y quién sabe qué pasará ahora.